Tentativa propuesta: La Geopolítica Cuántica, y la moraleja de un cuento

Martes, 19/08/2025 05:44 AM

La geopolítica que conocemos, con sus viejos esquemas de confrontación y balances de poder, ya no basta para interpretar el mundo de hoy. Es por eso que propongo un nuevo lente: la lógica pitagórica, que nos enseña a buscar la armonía en medio del aparente caos. Al igual que la física cuántica, nos revela que nuestra propia mirada, nuestras convicciones y nuestra imaginación modelan la realidad que nos rodea.

Esto me lleva a reflexionar sobre los sesgos que a menudo nos limitan, como el anclaje y la heurística de disponibilidad. Liberarnos de ellos no significa renunciar a la creatividad, sino anclarla en la realidad de los hechos y los datos. Es la forma de abrir nuestra mente a lo desconocido, de encontrar patrones y proporciones en el desorden, y de comprender la gran sinfonía que es nuestro universo social.

Pero esta visión va más allá de lo puramente perceptivo. La verdadera armonía no puede existir sin una profunda equidad social. La geopolítica, por muy cuántica que sea, sigue siendo el campo de batalla de las luchas por los recursos y la distribución de la riqueza. Por eso, las diferentes visiones e ideologías, desde las más tradicionales hasta las más modernas, tienen la vital y urgente necesidad de adaptarse a las nuevas formas de relaciones de producción y capital. Es a través de este proceso dialéctico, que se manifestará en la política real, donde distinguiremos qué es una simple ficción y cuál es el verdadero camino para la liberación de la humanidad de las élites.

En el marco de la multipolaridad, esta nueva visión del mundo se convierte en el sendero hacia un Nuevo Orden donde la paz no es un concepto etéreo, sino el resultado tangible de la justicia y la armonía.

Cuento: La Ciudad de los Ecos Silenciosos

En la antigua ciudad de Armonía, la gente creía que los conflictos eran solo choques inevitables de fuerzas opuestas. Pero un sabio llamado Eón veía más allá: percibía un eco invisible que resonaba antes de cada evento. Comprendía que la percepción de la gente estaba más influenciada por sus emociones que por la realidad misma.

Cuando un gran conflicto estalló, Eón guió a la gente a mirar no la lucha entre los bandos, sino la falta de armonía que los separaba. Les enseñó a buscar patrones ocultos y a dejar de lado la emoción para encontrar un punto de encuentro real. Poco a poco, a medida que la gente cambiaba su forma de ver el mundo, un nuevo eco de entendimiento se hizo presente. El conflicto se disolvió, no porque un bando ganara, sino porque la propia realidad se transformó. Así, la ciudad de Armonía descubrió que el verdadero poder reside en la conciencia que redefine su propia existencia.

MORALEJA

Por ahora, esta historia de la ciudad de Armonía no es más que una ficción, un cuento. Mientras el genocidio en Gaza no se detenga, y ese niño que narra en el cuento no muera miles de veces en la vida real, la paz que se alcanza en la historia no es más que una utopía. La verdadera armonía solo puede existir cuando la realidad refleje el deseo de paz, no solo la narrativa de la misma.



Hemos jurado vencer y venceremos.

Nota leída aproximadamente 1909 veces.

Las noticias más leídas: