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La Revolución Verde y su Contraste con la Agricultura Tradicional

Lunes, 18/08/2025 12:25 PM

La Revolución Verde, un período de transformación agrícola que se extendió desde la década de 1940 hasta la de 1970; representó un cambio radical en la producción de alimentos a nivel mundial, impulsado por avances científicos y tecnológicos; contrastó con las prácticas agrícolas tradicionales, que habían sustentado a las comunidades rurales, durante siglos. Aquí estaremos explorando algunos detalles sobre los principales, impactos y contrastes nocivos, que se han podido observar entre la Revolución Verde y la agricultura tradicional.

La Revolución Verde surgió, según sus defensores, como respuesta a la creciente preocupación por la inseguridad alimentaria y la hambruna, en muchas partes del mundo. El ingeniero agrónomo estadounidense Norman Bortaug, considerado como el padre de la Revolución Verde, lideró investigaciones que permitieron obtener variedades de cultivos más productivas y resistentes a enfermedades y plagas. Estas investigaciones, iniciadas en México, se extendieron a otros países, como India y Pakistán, logrando aumentos significativos en la producción de alimentos, basándose en el desarrollo de variedades de cultivos de alto rendimiento, como el trigo, el arroz y el maíz. Estas variedades fueron modificadas genéticamente, para producir mayores cantidades, por hectárea. Norman Borlaug, desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de estas variedades, especialmente en México e India.

Para maximizar el rendimiento de las nuevas variedades, se promovió el uso intensivo de fertilizantes sintéticos, como el nitrógeno, el fósforo y el potasio; también se fomentó el uso de pesticidas, fungicidas y herbicidas, para controlar plagas y malezas, protegiendo así, los cultivos de alto rendimiento; también se impulsó la mecanización agrícola, con el uso de tractores, cosechadoras y otras maquinarias, para aumentar la eficiencia y reducir la mano de obra; de igual manera se promovió la construcción de sistemas de riego a gran escala para garantizar el suministro de agua a los cultivos, independientemente de las condiciones climáticas.

Se utilizaron y aún se siguen utilizando, una variedad de pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos, para aumentar la producción agrícola, que han sido fundamentales para el aumento de los rendimientos de los cultivos, pero también trajeron consigo, consecuencias negativas para el medio ambiente y la salud humana, a la vez que, estas prácticas dependen en gran medida del uso de la maquinaria agrícola, lo que ha hecho romper el equilibrio ambiental, afectando el aire, el agua y el suelo. El objetivo principal era aumentar la producción de alimentos, pero, con consecuencias muy negativas para el medio ambiente y la salud, generando el desequilibrio ambiental.

Si bien es cierto, la Revolución Verde, logró un aumento significativo en la producción de alimentos, especialmente de cultivos como el trigo, el arroz, la soja y el maíz, pues, no ha resuelto el problema del hambre y la desnutrición de manera efectiva en el mundo; este aumento en la producción contribuyó a reducir, pero no erradicar el hambre y la desnutrición que afecta a importantes sectores sociales del Planeta, ya que su sentido y orientación capitalista, ha contrastado con el humanismo, hacia los sectores más pobres del planeta; ha generado una dependencia de insumos externos, como fertilizantes, pesticidas y semillas híbridas, que suelen ser costosos y requieren divisas para su importación, lo cual ha hecho que los agricultores, sean más vulnerables a las oscilaciones de los precios de los insumos y a las políticas de las grandes empresas agroindustriales, transnacionales, que han monopolizado la producción agrícola, haciéndose cada día más ricos, mientras los pequeños y medianos productores del campo, cada día presentan situaciones decadentes. La Revolución Verde ha beneficiado principalmente a los grandes agricultores, los que pueden permitirse las nuevas tecnologías, dejando a los pequeños y medianos agricultores en desventaja.

He aquí algunos de los contrastes, de cómo el uso intensivo de fertilizantes y pesticidas, ha contaminado el suelo y el agua, afectando la salud humana y la biodiversidad; la promoción de variedades de alto rendimiento condujo a la pérdida de variedades locales y razas criollas, reduciendo la agro-biodiversidad, contrastando la agricultura tradicional al atentar contra la diversidad de cultivos, basado en el policultivo, que ha caracterizado a la agricultura tradicional, que es el cultivo de múltiples especies en el mismo espacio, reduciendo la vulnerabilidad a plagas y enfermedades y el mejoramiento de la fertilidad del suelo, utilizando semillas de variedades locales y razas criollas, adaptadas a las condiciones ambientales específicas de cada región.

En la agricultura tradicional, el manejo de los suelos ha consistido en la rotación de cultivos, para mantener la fertilidad y controlar plagas y enfermedades; la aplicación de abonos orgánicos, para mejorar la estructura del suelo y aportar nutrientes, con técnicas basadas a través de los conocimientos, ancestrales, transmitidos de generación en generación a través de la observación y la experimentación, adaptada a la variabilidad del paisaje, aprovechando el microclimas y los nichos ecológicos específicos.

La Revolución Verde logró aumentar la producción de alimentos a nivel mundial, pero también generó dependencia de insumos químicos y prácticas agrícolas insostenibles, causando impactos ambientales negativos. La agricultura tradicional, por otro lado, se basa en la diversidad, el manejo del suelo y los conocimientos ancestrales, promoviendo la sostenibilidad y la resiliencia. Ambos enfoques tienen lecciones que ofrecer, pero es fundamental encontrar un equilibrio que garantice la seguridad alimentaria sin comprometer la salud del planeta.

Ante el peligro de la degradación ambiental, que presenta la agricultura impulsada por la llamada Revolución Verde, es necesario buscar alternativas más sostenibles, como la agricultura ecológica o el manejo integrado de plagas, que reduzcan el uso de pesticidas y herbicidas sintéticos, por lo que una de las salidas para la preservación del ambiente y la vida, en todas sus manifestaciones es necesario promover practicas biodiversas, la rotación de cultivos, la asociación de cultivos, (policultivo) y el uso de variedades de cultivos resistentes a las plagas, como estrategias que pueden contribuir a reducir la dependencia de productos químicos.

No podemos negar que la Revolución Verde ha sido un paso importante en la historia de la agricultura, por el aumento de la producción de alimentos, pero no ha sido la solución al problema del hambre y la desnutrición mundial, tampoco podemos negar que también ha servido para profundizar la degradación ambiental; que ha enriquecido a las grandes trasnacionales, productoras de los insumos agroquímicos, creando dependencia en los productores, por lo que, desde el campo, donde se produce los insumos alimentarios, nos debemos plantear estrategias para abordar este grave problema, de manera efectiva, como implementar políticas y programas que promuevan la seguridad alimentaria, la justicia social y la sostenibilidad ambiental, como base de una alimentación sana, que nos proporcione una vida digna, y libre de alimentos contaminados.

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