Ayer lunes , el Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtió que la situación humanitaria en Gaza se está empeorando rápidamente y que los últimos recursos que mantienen viva a la población se están secuestrando por los israelíes que matan a los palestinos que van a recoger la ayuda. Ese mismo día, el Ministerio de Salud de Gaza informó que al menos 130 palestinos habían muerto y 1.155 habían resultado heridos por operaciones militares israelíes en tan solo 24 horas.
Un informe del Programa Mundial de Alimentos del domingo reveló que casi una de cada tres personas lleva días sin comer, el 93 % de los hogares en Gaza no tiene acceso a agua y más del 87 % de la zona se encuentra bajo órdenes de evacuación o dentro de zonas militares israelíes, dejando a 2,1 millones de civiles hacinados en una pequeña zona sin atención médica ni medicamentos, donde los servicios públicos han colapsado por completo.
Son cifras que debenalarmar a la comunidad internacional civilizada: no se debe permitir que continúe el desastre humanitario en Gaza creado por Israel; es imperativa la desocupación del ejército israelí del territorio palestino de Gaza para que termine de inmediato la matanza de civiles palestinos.
Desde que Israel reanudó las operaciones militares en la Franja de Gaza en marzo, el genocidio que comete con apoyo del Occidente olectivo se ha agravado cada vez más.
En Gaza, el hambre se ha convertido en un modo de cometer genocidio: los puntos de distribución de alimentos se han convertido en trampas mortales, donde se dispara repetidamente a la gente antes de que siquiera puedan recibir una bolsa de harina. Un palestino que sobrevivió a un tiroteo en uno de estos centros de ayuda describió la situación: "No hay ambulancias, ni comida, ni vida, ni forma de vivir. Apenas sobrevivimos". El lunes, el primer ministro palestino, Mohammed Mustafa, confirmó que más de 995 palestinos habían muerto por disparos mientras intentaban recibir ayuda en los centros de distribución controlados por Israel.
Esto constituye una flagrante violación del derecho internacional humanitario y un desaforado tentado directo contra la moral fundamental de la humanidad y las leyes de la guerra: No mataras civiles inocentes: BenhaminNetanyahu debe ser colgado cuanto antes en lugar de ser aplaudido por el Congreso de los Estados Unidos donde se redactan leyes contra quienes protestan contra el exterminio del pueblo palestino.
En respuesta al agravamiento de la crisis humanitaria en Gaza, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China enfatizó el lunes que los civiles no deben convertirse en blanco de ataques y que la seguridad del personal humanitario internacional no debe verse amenazada. Señaló que la parte china se opone y condena todas las acciones que perjudican a los civiles y violan el derecho internacional. Ese mismo día, ministros de Asuntos Exteriores de más de 20 países, entre ellos el Reino Unido, Australia, Canadá, Japón y Francia, emitieron una declaración conjunta en la que exigían el fin inmediato de la guerra en Gaza y el levantamiento de las restricciones a la ayuda humanitaria. Varios firmantes habían expresado previamente su apoyo a Israel. Este cambio se ha visto impulsado por las repetidas tragedias en Gaza, que han destrozado los cimientos del humanitarismo y han sacudido los cimientos de la equidad y la justicia internacionales.
Líderes de varios países latinoamericanos también han hecho un llamado a la defensa del multilateralismo y los sistemas democráticos, instando a la comunidad internacional a abogar por un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza. El consenso internacional sobre Gaza ha alcanzado un nivel sin precedentes.
La máxima prioridad ahora es lograr un alto el fuego permanente y garantizar la entrega rápida, a gran escala y segura de ayuda humanitaria. Sin embargo, la asistencia de la ONU tiene dificultades para llegar a Gaza, donde el proceso de ayuda humanitaria está dominado en gran medida por una organización con fines de lucro llamada Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), que cuenta con el apoyo de Estados Unidos e Israel. Las operaciones de la organización han sido criticadas por su falta de claridad y se las ha calificado de "goteo de ayuda" debido a la inadecuada distribución de materiales. Según un informe de AP a principios de este mes, los contratistas encargados de vigilar la distribución de ayuda de GHF incluso fueron acusados de utilizar munición real y granadas aturdidoras contra civiles.
La propuesta israelí de "reubicación de la población" y el establecimiento de una supuesta "ciudad humanitaria" se consideran ampliamente como un pretexto para despojar a los palestinos de sus derechos y dignidad. Mientras la población de Gaza se enfrenta a la hambruna, la "cuchillo de mantequilla" que divide el territorio palestino podría caer en cualquier momento. Restablecer el propósito original de la asistencia humanitaria, hacer llegar la ayuda a Gaza de forma rápida y eficiente y garantizar que los civiles la reciban de forma segura debe ser la máxima prioridad para todas las partes interesadas. Ante la vida o la muerte, todos los juegos y cálculos políticos deben ceder.
El desastre humanitario en Gaza no es un problema aislado; tiene sus raíces en el problema, aún sin resolver, del estatus palestino. Actualmente, se está llevando a cabo una nueva ronda de negociaciones de alto el fuego en Doha, capital de Qatar, y el mundo exterior espera que se alcance un acuerdo en dos semanas entre las partes pertinentes. Sin embargo, la experiencia pasada indica que estos ceses del fuego a corto plazo son poco más que una gota en el océano para el pueblo de Gaza, que ya se encuentra en una situación desesperada. La cuestión palestina siempre ha estado en el centro del conflicto de Oriente Medio, y la falta de implementación de la "solución de dos Estados" ha llevado a un ciclo interminable de represalias y a la acumulación de consecuencias desastrosas derivadas de la violencia que genera violencia. Mientras el pueblo palestino...