La sinceridad de Bernal

Lunes, 26/06/2023 04:06 AM

El 27 de febrero de 1989 está registrado en la historia venezolana como "El día que bajaron los cerros", "El Caracazo". Aunque la vaina empezó en la planicie de Guarenas. Más aún, si se esculca bien se verá que en el pueblo de Villa de Cura, municipio Zamora, estado Aragua, también habían arrancado algunos incipientes actos de recuperación popular de las mercancías que produce el pueblo trabajador, que la democracia representativa le había dicho que podía tener si trabajaba duro, pero que el capital siempre le despoja.

Bien se sabe que el 27-F-1989 es el aldabonazo que marca el comienzo de la caída de la IV República. Peralta M, (2019), en El Guarenazo, despertar de un pueblo, afirma: "Aprendimos del 27-F que la clase política cambió, que todos los partidos disminuyeron su credibilidad y el bipartidismo se extinguió, que El Guarenazo parió a Chávez, que el pueblo unido derriba cualquier muralla" (p. 14). Estos eventos fueron la respuesta del pueblo de Venezuela a una estrategia de dominación neocolonial, a una política neoliberal, que buscaba congraciarse con el nuevo (ya viejo) orden mundial vislumbrado por los think thank en el Consenso de Washington. Fue no solo la primera rebelión popular en Nuestra América Insurgente contra el neoliberalismo y las medidas antipopulares impuestas por el Fondo Monetario Internacional y acatadas por el bipartidismo adeco-copeyano. También fue la expresión de un pueblo que intentaba otros derroteros porque ya no estaba dispuesto a seguir bajo el dominio de una clase política alejada de las demandas populares, entregada a los designios imperiales, corrupta a más no poder, administradora de los intereses de la clase empresarial.

La explosión social del 27-F fue consecuencia de un conjunto de situaciones que se juntaron. A tal efecto, las medidas económicas de shock fueron una más con el agravante que se convirtieron en detonantes de la rebelión. ¿Cuál es el origen de todo esto? El principio liberal del Estado mínimo y la mayor cantidad de mercado posible. Ese Estado mínimo no es sino un aparato político-jurídico de consenso y coerción, represivo, al servicio del capital, de los empresarios y de subordinación a las transnacionales y gobiernos corporatocráticos.

El gobernador del estado Táchira y miembro de la dirección nacional del Psuv, Freddy Bernal, en entrevista en el programa Análisis Situacional (17/06/2023) con el "mago" de las encuestas oficialistas, Óscar Schemel, (https://www.youtube.com/watch?v=O8iv_f6z2DU) ha dicho que es necesario "crear un nuevo modelo económico de desarrollo donde, entendemos, debe haber una alianza estratégica entre el privado y el Estado". (Seguramente, esa idea se la sembró el señor Cohén). A simple vista, pareciera una gran cosota, pero en realidad no hay ninguna novedad en el frente. Y como el señor Schemel es partidario de esa interesantísima idea, no tardó en preguntarle.

_Schemel: Este modelo económico que tú planteas, una alianza estratégica entre el capital privado y el Estado, ¿es una visión del chavismo, del PSUV? ¿Es una visión oficial del chavismo?

_Bernal: Yo lo llamaría modelo chino, Xi Jimping… ¿De qué tiene que encargarse el Estado? De garantizar seguridad ciudadana, seguridad jurídica, de evitar que haya monopolios, oligopolios, especulación y acaparamiento. ¿De qué debe encargarse el privado? De crear industrias, de crear empleos… Cada quien a lo suyo. El empresario a crear empresas, a generar empleo, a crear prosperidad. Y nosotros, el Estado, a garantizar las condiciones jurídicas…

_Schemel: ¿Hay consenso en el chavismo?

Bernal: Lo hay, lo hay. Y el presidente de la República lo demuestra constantemente.

Sobre esta declaración de fe en la anquilosada teoría liberal-mercantilista de Adam Smith y David Ricardo, hay que decir varias cosas. La primera, chavismo, en boca de estos dos señores, se refiere a la corriente derechista y neoliberal que se enquistó en el Estado y que dirige el presidente Nicolás Maduro, es decir, la corriente madurista, de la cual es parte toda la dirección nacional del Psuv y la mayoría de los altos cargos de gobierno. Lo segundo, es que es una clara confesión de que esta gente optó por el camino al infierno (Hugo Chávez) y lanzaron a la hoguera al Plan de la Patria y a la Constitución Bolivariana. La tercera, es que se le mintió descaradamente al pueblo bolivariano al pedirle que votara por el socialismo y resulta que en el centro de las políticas públicas del gobierno madurista está el capital y no el trabajo ni los campesinos, ni las comunidades empobrecidas. Cuarta, pasan por alto estos señores un hecho fundamental: más allá de la versión dosificada del paquete fondomonetarista y aunque se escondan detrás de las medidas bilaterales justificativas, es esta misma política económica la que nos condujo a El Caracazo, que ningún asistencialismo de bolsa de carbohidratos de la peor calidad va a detener. Quinta, siendo las cosas como las ha declarado el compa Bernal, no hay distinción en el programa económico entre el madurismo y las rancias precandidaturas opositoras, que, al fin y al cabo, parecen ser la misma cara de la divisa que más aman, el dólar, por supuesto.

Partiendo de este momento de locura o sinceridad sufrida por Freddy (el Psuv perdona un momento de locura), confirmando que no habrá cambios en el rumbo neoliberal del Estado-Gobierno-Psuv, pero seguros estamos que se volverán a guindar de los ojos de Chávez en la boleta electoral, no cabe otra sino llamar a los verdaderos chavistas, a los bolivarianos de convicción, a los defensores de la Constitución, a los que creen en la justicia social, en la equidad, en la propiedad social y colectiva, que aún militan en las filas del Psuv-Gran Polo Patriótico a que deslinden campo con esta corriente -que se gestó como una célula durmiente en el seno del gobierno bolivariano del huracán revolucionario Hugo Chávez- con el fin de defender públicamente el legado de lucha y entrega por el pueblo, por la Patria y por Nuestra América que nos dejó, colocarse del lado del pueblo trabajador, reconstruir la nación con las mayorías nacionales, en otras palabras, "abandonar el camino reformista" (palabras de Fabricio Ojeda) y combatir por la liberación nacional y el socialismo.

 

josefranciscoochoav1@gmail.com

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