Durante unos 2.000 años, desde los filósofos y matemáticos griegos clásicos, se consideró que sumar, restar, multiplicar y dividir no podían ser consideradas como matemáticas. Decían que eran parte de la logística, pero matemática NO.
Para ellos (los griegos clásicos) y para toda la civilización occidental lo verdaderamente matemático era la geometría, hasta que en 1865 James Clerk Maxwell pudo darle dignidad a las operaciones algebraicas básicas dando inicio al cálculo infinitesimal, integrando en su formulación de la teoría clásica de la radiación electromagnética: geometría, física y álgebra con lo que ¡POR FIN 


ingresaron al "reino sagrado" de las matemáticas! 


Estas operaciones básicas del álgebra pudiéramos verlas hoy día desde nuestra perspectiva neuroeducativa, muy creativa y disruptivamente, más o menos así: Los números vendrían a ser el alfabeto dentro del código de las mediciones y las cantidades; y sumar, restar multiplicar y dividir vendrían a ser la vocales
Una vez que esto se tiene claro en el cerebro humano, de forma amena, amable, agradable y sencilla, entonces se puede comenzar a pensar (los griegos jamás separaron las matemáticas de la filosofía, por cierto)... ¡Si, pensar! Las matemáticas llevan implícitos el pensamiento, la abstracción, la imaginación, la curiosidad, la creatividad y la intuición 
Así que si queremos actualizar la manera de enseñar las matemáticas en la escuela hay que comenzar por el cerebro del que aprende para que las matemáticas dejen de estar asociadas al miedo y sean vistas como procesos aliados del juego, la alegría y el placer de pensar.
Recordemos además que tenemos un lóbulo parietal que nos da la capacidad natural del sentido matemático desde que nacemos y aquí, en este lóbulo parietal, encontramos también nuestro sentido de ubicación en el espacio, el control maestro del procesamiento del gusto y el control de los esfínteres urinarios, con lo que pudiéramos integrar, o asociar sabia y amorosamente, estas actividades en el desarrollo y fortalecimiento de aquella capacidad matemática natural.
Tomado del Curso NEURODIDÁCTICA DE LAS MATEMÁTICAS del Prof. Rafael Rodríguez V.
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