El período 1940–1945 transformó el mapa político, la economía y la vida social de potencias como Estados Unidos y Reino Unido, y a su vez, colocó recursos estratégicos —sobre todo el petróleo— en el momento en que los dos países forman parte de la II Guerra Mundial, como países aliados, en el momento en que Venezuela, se erigía en uno de los grandes países productores de petróleo, jugando un papel decisivo como proveedor energético de los Países Aliados, fundamentalmente a Estados Unidos y Reino Unido.
Este periodo histórico en que se desarrolla la conflagración mundial, donde las potencia mundiales se disputaron el reparto del mundo, al analizar la participación de Venezuela como potencial proveedor de petróleo a los Países Aliados, hacemos un recorrido histórico, con un ligero estudio del antes, durante y después del periodo 1940 - 1945 y post-1945; donde podemos ver de manera superficial la situación política, económica y social de Estados Unidos y Reino Unido; luego centraremos la atención en Venezuela, en su rol como país suministrador de petróleo, las transformaciones legales y fiscales (la Ley de Hidrocarburos de 1943), cuánto valía el barril en ese lapso, estimaciones de ingresos y una valoración crítica sobre si el pueblo venezolano se benefició realmente de los beneficios del petróleo, durante ese periodo del conflicto bélico.
Los Estados Unidos, antes de 1940, estaba saliendo gradualmente de la Gran Depresión, la gran crisis mundial que se prolongó durante la década de 1930, que se originó, a partir de la caída de la bolsa de valores de Nueva York, conocido como el crac del 29, siendo la caída inicial el Jueves Negro, 24 de octubre de 1929, pero fue el catastrófico deterioro del Lunes Negro y el Martes Negro, 28 y 29 de octubre del mismo año, el que precipitó la expansión del pánico y el comienzo de consecuencias sin precedentes, y a largo plazo para los Estados Unidos. Rápidamente esta crisis se extendió a casi todos los países del mundo. Para el momento Herbert Hoover ocupaba el cargo de presidente, que ejerció desde hasta 1933, cuando asume como Presidente electo en las elecciones de 1932, Franklin D. Roosevelt, hasta su muerte en 1945, implementando a su llegada al gobierno el New Deal, ("Nuevo Trato" o "Nuevo Acuerdo" en español). Este acuerdo configuraba un conjunto de políticas económicas y programas sociales, implementados por Roosevelt, que se establecieron en 1933, para afrontar las consecuencias de la Gran Depresión.
La política exterior estadounidense evolucionó desde el aislacionismo, hacia un compromiso creciente con los Aliados. Tras Pearl Harbor (1941) la política estadounidense se militarizó. Después de 1945, el país se consolidó como potencia mundial; aunque Estados Unidos a principios del siglo XX, luego de la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898, que le permitió adjudicarse territorios, como Puerto Rico, en el Caribe; Guam, una isla ubicada en Micronesia, en el Pacífico Occidental y Filipinas, al sur de Asia, en el Pacífico Occidental, y consolidó su influencia en Cuba y su creciente industrialización y dominio económico. Pero su poder se afianzó aún más, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en la única superpotencia global, después de la disolución de la Unión Soviética, un estatus que mantiene hasta la actualidad.
Ahora veamos la situación de Reino Unido antes, durante y después de 1940–1945. La situación política en 1940 del Reino Unido, liderado por Churchill, sobrevivió al colapso europeo y adoptó una política de gobierno de guerra, que concentró recursos en la supervivencia, la defensa y la logística imperial, Después de 1945, la presión política y social condujo a la victoria laborista que implementa la Reforma del Estado de Bienestar y nacionalizaciones.
Respecto a la situación económica se reconfiguró como economía de guerra: racionamiento, ahorro forzoso, gran esfuerzo militar. La magnitud del esfuerzo bélico y los costos coloniales, dejaron a la economía británica extenuada, dependiendo de créditos estadounidenses y la pérdida relativa de capacidad industrial frente a los Estados Unidos. La situación social británica enfrentó racionamiento y austeridad.
Las consecuencias de los bombardeos por parte de los nazis, en áreas urbanas, durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo un profundo impacto en Londres, que desde septiembre de 1940, la Luftwaffe, fuerza Aérea alemana Nazi, lanzó unas 20.000 bombas sobre la ciudad, matando a miles de personas y dejando a muchas más sin hogar, lo cual produjo grandes molestias a la ciudadanía, fomentando después de la Guerra, fuertes movilizaciones de protestas, y un enérgico consenso en la gente común, de descontento popular, sobre la austeridad el racionamiento prolongado y la responsabilidad colectiva, que condujo a demandas sociales, y expectativas de reformas que desembocaron en políticas públicas.
Ante toda esta situación de conflagración mundial, veamos el papel de Venezuela en el contexto político durante 1940–1945. Entre 1941 y 1945 Venezuela estaba gobernada por el Presidente Isaías Medina Angarita, que continuo la apertura moderada, iniciada en la década anterior y que implementó reformas institucionales, en especial, reglamentaciones sobre hidrocarburos, en un contexto internacional donde la potencias, pujaban por asegurar suministros energéticos. En octubre de 1945 Medina fue derrocado por un movimiento cívico-militar que dio paso al Trienio Adeco, presidido por Rómulo Betancourt,
Pero, para ahondar un poco más sobre el estudio histórico, del petróleo venezolano aportado a los Países Aliados durante la guerra, nos preguntamos ¿qué representó el petróleo venezolano para los aliados durante la II Segunda Guerra Mundial? Venezuela antes de la guerra ya era un gran exportador y su producción creció notablemente durante la guerra, que transformó el petróleo en un recurso estratégico de primera magnitud, indispensable para el funcionamiento de la maquinaria bélica de ambos bandos. La capacidad de sostener operaciones militares terrestres, aéreas y navales dependía de un suministro constante de hidrocarburos. En este escenario global, Venezuela emergió como un actor crucial, posicionándose como el principal exportador y el tercer productor de petróleo del mundo antes del conflicto, solo superada por Estados Unidos y la Unión Soviética.
La preeminencia geográfica y productiva del petróleo de venezolano atrajo un gran interés, tanto de los Aliados, como los del Eje. Para Venezuela, el objetivo primordial entre 1939 y 1945, fue asegurar la protección de su producción petrolera y mantener su comercialización, dado que este recurso ya era el pilar fundamental de su economía. Además, su ubicación estratégica en el Caribe la convirtió en un punto logístico clave para las fuerzas Aliadas.
La producción se duplicó en el periodo de la guerra, y para 1945, las fuentes históricas sitúan cifras cercanas al orden de un millón de barriles por día. Esa producción y la red logística: terminales/refinerías en la región del Caribe, sirvieron para abastecer aviones, flotas navales y fábrica de los Aliados; además la amenaza enemiga en el Caribe, como la incursión de operación de submarinos alemanes entre 1942 y 1944, en aguas del Caribe, mostró la importancia estratégica de la región.
La contribución petrolera de Venezuela a los Aliados, fue decididamente estratégica y fundamental para el éxito de su esfuerzo bélico. Aunque inicialmente Venezuela mantuvo una estricta neutralidad, la inviabilidad de vender petróleo a ambos bandos, sumada a la presión geopolítica, sobre todo la ejercida por los Estados Unidos, llevó a Venezuela a alinearse con los Aliados. El presidente Isaías Medina Angarita declaró su solidaridad con Estados Unidos y los Aliados en diciembre de 1941, tras el ataque a Pearl Harbor, y se comprometió a garantizar el suministro de petróleo venezolano.
La producción petrolera venezolana, que era de 539,000 barriles por día en 1939, experimentó una caída inicial a 504,000 barriles por día en 1940 debido al conflicto. Sin embargo, se recuperó y creció exponencialmente a partir de 1942, alcanzando los siguientes volúmenes: 1943: 490,000 barriles por día; 1944: 704,000 barriles por día; 1945: 885,000 barriles por día y a finales de 1945, superando el millón de barriles diarios. Este incremento representó un aumento del 42% solo entre 1943 y 1944.
El principal destino del petróleo venezolano fue Estados Unidos, que ya desde la década de 1920, era su "destino más importante". El crudo venezolano también realizó una contribución "particularmente importante" al esfuerzo bélico del Reino Unido, especialmente después del cierre del Mediterráneo en 1940, tras la entrada de Italia en la guerra y la caída de Francia, cuando Italia invadió Grecia, en octubre de 1940, buscando asegurar sus flancos, lo que llevó a enfrentamientos navales y aéreos, lo cual limitaba significativamente el acceso al petróleo de Oriente Medio, aunque Gran Bretaña obtenía la mayor parte de su petróleo y productos refinados de Estados Unidos, también dependía en gran medida del crudo proveniente del Caribe, incluyendo Venezuela, principalmente a través de compañías estadounidenses. La provisión venezolana fue, por tanto, una contribución estratégica vital, para Reino Unido durante su incursión bélica.
En resumidas cuentas, los principales beneficiarios económicos, por el suministro del petróleo venezolano, fueron las grandes empresas transnacionales, predominantemente estadounidenses, británicas y holandesas, que operaban en Venezuela. Para 1937, el 92% de la producción petrolera venezolana estaba bajo el control de dos gigantes: Jersey Standard, a través de su filial Creole, y Royal Dutch Shell. Estas corporaciones se beneficiaron enormemente de la demanda bélica, contribuyendo el petróleo venezolano de manera significativa, al desarrollo industrial y automotriz de Estados Unidos. El Estado venezolano también se benefició, aunque su participación en las ganancias iniciales era limitada. Sin embargo, aprovechando la desesperada necesidad de petróleo de los Aliados y la amenaza de la nacionalización petrolera mexicana, el gobierno venezolano renegoció los términos de las concesiones con las compañías extranjeras.
Esta negociación, en la que participó el Departamento de Estado de Estados Unidos, como ente acondicionador del negocio petrolero, culminó en la promulgación de la Ley de Hidrocarburos de 1943. Mediante esta ley fue elevada la tasa de regalías a un 16.67%, del volumen de producción. Además, la ley estipulaba que las compañías debían refinar al menos el 10% de su producción de crudo en Venezuela. Como resultado de estas renegociaciones y del aumento de la producción, los ingresos petroleros del Estado venezolano en 1944, fueron un 66% más altos que en 1941. Para 1947, los ingresos totales del gobierno por concepto de petróleo habían aumentado en un impresionante 358%. Estos ingresos permitieron a Venezuela ser uno de los pocos países latinoamericanos capaces de financiar su propia modernización en la posguerra
La Ley estableció un marco de regalías e impuestos que elevó la participación del Estado, hasta cerca del 50% de las utilidades. Esto supuso un avance histórico en la captura de renta petrolera, siendo el precio promedio entre 1940 y 1945, entre 1 y 1.3 dólares por barril, lo que suponemos fue un precio acondicionado por la influencia del Departamento de Estado de Estados Unidos, en aquella negociación, con una producción de aproximadamente un millón de barriles diarios en 1945, los ingresos brutos alcanzaban unos 442 millones de dólares anuales. Sin embargo, la porción real que recibía el Estado dependía de costos y contratos. Aunque la renta estatal aumentó y financió cierta modernización, la redistribución de esa renta petrolera hacia el pueblo fue limitada. Persistieron las desigualdades y las problemáticas sociales, el pueblo seguía ausente de una asistencia social digna, campeaba la pobreza extrema por lo que el beneficio del petróleo sólo lo disfrutan las cúpulas gobernantes que se repartían el botín, con los grandes empresarios, haciendo cada día más ricos a los ricos, y más pobres a los pobres.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Venezuela experimentó algunos avances importantes en su economía, y otras áreas. Políticamente, el gobierno venezolano frente a la conflagración mundial del momento, evolucionó, de una postura de neutralidad ante el conflicto, a un apoyo, inicialmente encubierto y, finalmente, a una declaración de guerra formal, al Eje en febrero de 1945. La presidencia de Isaías Medina Angarita, fue clave en este período, al asegurar el suministro de petróleo a los Aliados y fortalecer la cooperación, incluso permitiendo el uso temporal de tropas estadounidenses en suelo venezolano; presencia que se evidenció en la Isla de Patos, ubicada entre el Golfo de Paria y Trinidad.
Estados Unidos salió fortalecido económica y políticamente de la II Guerra Mundial, Reino Unido resistió pero quedó debilitado, y Venezuela jugó un papel energético estratégico. El petróleo venezolano sostuvo a los Aliados, mientras que la Ley de Hidrocarburos de 1943 permitió al Estado venezolano mejorar su participación en la renta. Sin embargo, la distribución hacia el pueblo fue insuficiente, reflejando en beneficio muy limitados.
En lo que se refiere al triunfo de los Países Aliados sobre los del Eje, la derrota de los nazis, es indiscutible, que el petróleo venezolano adquirió una importancia vital, para los aliados que, gracias a él, pudieron derrotar al nazismo. Según analistas, afirman que sin el petróleo venezolano esta guerra jamás hubiera sido ganada por los aliados, ni por Estados Unidos, lo cual es reconocido por Charles Hamilton, Vice-Presidente de la Gulf Oil Corporation que afirmó lo siguiente:
"Supongamos que las reservas de Venezuela no hubieran sido utilizables para el mundo y especialmente para nuestra causa, y que hubiéramos tenido que suplir el petróleo que ellos produjeron cerca de un millón de barriles por día, pues bien, ello hubiera afectado directamente a nuestra economía. ¿Habría habido suficiente petróleo para los automóviles civiles? ¿Lo habría habidos para conservar la marcha de nuestras industrias?…"
En el año 1950, Oscar Chapman se desempeñó como Secretario del Interior de los Estados Unidos, durante la presidencia de Harry S. Truman, de 1949 a 1953, expuso:
"…La contribución de Venezuela, en este aspecto de esfuerzo bélico, nunca ha recibido el reconocimiento que merece. La Producción de este país aumentó en un 50 % durante la guerra… Este país y el mío produjeron casi todo el petróleo adicional que necesitó la maquinaria aliada. Por supuesto, los Estados Unidos con su larga tradición productora, dieron la mayor contribución; pero si se juzga el aporte desde el punto de vista relativo, el esfuerzo de Venezuela no fue superado por nadie…"
Económicamente, las exportaciones venezolanas aumentaron considerablemente, con el petróleo constituyendo la mayor parte de su comercio internacional. Este flujo de divisas contribuyó a estabilizar la economía venezolana, en un período de incertidumbre global. La Ley de Hidrocarburos de 1943, no solo incrementó las regalías, sino que también incluyó la industrialización de la actividad petrolera en los acuerdos, reflejando el interés de las élites gobernantes en el desarrollo productivo más allá de la mera recaudación fiscal. Sin embargo, en cuanto a los beneficios tangibles para el pueblo venezolano en general, la situación es más compleja.
Si bien los ingresos del Estado se dispararon de manera exponencial, las fuentes no detallan exhaustivamente un beneficio directo o mejoras generalizadas y equitativas, en las condiciones de vida, el costo de vida o los servicios sociales, para la población venezolana, durante el período bélico. La riqueza generada por el petróleo, aunque sustancial para el Estado, no se tradujo en una mejora directa y significativa para todos los estratos sociales. La riqueza generada contribuyó a la estabilidad económica y al poder financiero del Estado, sentando las bases para futuras inversiones y desarrollo nacional, pero no se describe explícitamente como una solución que impactara directamente a la población, de forma masiva o equitativa durante este periodo.