El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, continúa con la ofensiva de mentiras contra Venezuela para intentar forzar injustamente el derrocamiento del presidente legítimo Nicolás Maduro. Las últimas declaraciones de Trump sugieren que se están interceptando y hundiendo las drogas fentanilo y cocaina en el mar Caribe gracias a los ataques contra pequeñas naves, cuyas tripulaciones y cargas no han sido debidamente identificadas. Sin embargo, informes del departamento de estado publicado en un artículo anterior, así como el mismo director del FBI, Kash Patel, lo desmienten, según la publicación descrita en el link: https://x.com/FBIDirectorKash/status/1978804030970175534?t=5VqJ1mOd0FtWWGozp52kEg&s=08
Kash se centra en la incautación de fentanilo en la frontera terrestre con EEUU, destacando específicamente los esfuerzos de la Operación Summer Heat (Calor de Verano). Esta operación, como se detalla en las publicaciones de los medios más importantes de EEUU, resultó en arrestos e incautaciones significativas via terrestre en la frontera con México y no confirma la narrativa de Trump sobre hundimientos ni incautaciones de esa droga en el Caribe. En cambio, enfatiza los éxitos de las fuerzas del orden a nivel nacional.
Ahora veamos de verdad dónde se produce el fentanilo y cómo ingresa a EEUU: según datos de agencias gubernamentales estadounidenses, como la DEA y el Departamento de Estado, así como el mismo FBI, la cadena de suministro ilícita de fentanilo comienza con precursores químicos procedentes de China, estos químicos se trafican a México, donde poderosos cárteles, como el de Sinaloa, los utilizan para producir el producto final. El proceso de producción es relativamente sencillo y puede llevarse a cabo en laboratorios rudimentarios, como lo demuestran informes de lugares como el estado de Sinaloa. Una vez producido, el fentanilo se introduce de contrabando en Estados Unidos, principalmente a través de los puestos de entrada oficiales, a menudo oculto en vehículos de pasajeros.
Este método aprovecha el gran volumen del tráfico transfronterizo, lo que dificulta que las autoridades detengan o detecten cada intento de contrabando. La frontera entre Estados Unidos y México es la principal vía de acceso, y solo una pequeña fracción de las incautaciones se produce en la frontera con Canadá. Por lo tanto, aunque Trump continúe hablando de intercepciones en el Caribe, los datos sugieren que la mayor parte del problema del fentanilo radica en la cadena de suministro entre Estados Unidos y México. El director del FBI, al centrarse en las incautaciones nacionales, subraya la eficacia de operaciones como Summer Heat para abordar el problema en el punto de entrada y distribución dentro de Estados Unidos. En suma, la ruta de producción y contrabando de fentanilo está bien documentada desde China hasta México y Estados Unidos, siendo este último el principal campo de batalla para las fuerzas del orden. Por lo tanto, la narrativa de hundimientos de drogas como fentanilo en el Caribe forma parte de una estrategia más amplia que incluye el cambio de gobierno en Venezuela para apoderarse de los recursos naturales más preciados del pais, como la reserva de petróleo más grande del mundo, el gas y los minerales raros, a pesar de que los datos apuntan a la frontera entre Estados Unidos y México como el cuello de botella crítico.
A su vez, sectores muy importantes de la política estadounidense han criticado la falta de enfoque en las estrategias de reducción de la demanda de drogas en Estados Unidos, como los programas de tratamiento de adicciones y del Impacto del fentanilo en las tasas de sobredosis: Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron estadísticas actualizadas en octubre de 2025 que muestran como las muertes por sobredosis relacionadas con el fentanilo siguen siendo alarmantemente altas, con más de 700.000 muertes anuales. Esto se atribuye a la resiliencia de la cadena de suministro a pesar de los esfuerzos de interdicción, de allí la desesperación de Trump por mostrar resultados en el Caribe, aunque sean ficticios.
Entretanto, la cobertura mediática ha sido mixta: algunos medios aliados a la administración de Trump elogian los esfuerzos de la administración, mientras que la mayoría critica el enfoque en las intervenciones orientadas a la oferta en lugar de las soluciones orientadas a la demanda. La narrativa sobre el hundimiento del fentanilo en el Caribe ha sido también debatida, y algunos expertos sugieren que es más simbólica políticamente que sustancial, en términos de impacto general.
La crisis del fentanilo sigue siendo un desafío multifacético, y los acontecimientos recientes muestran más los problemas persistentes. Aunque el aumento de las incautaciones en la frontera demuestra la eficacia de operaciones como Summer Heat, las causas fundamentales, la demanda, los precursores chinos y la producción mexicana siguen agravando el problema, y nada que involucre a Venezuela. El problema en las tasas de sobredosis indica que, si bien la interdicción es crucial, abordar la demanda mediante medidas de salud pública es fundamental.
Las ramificaciones políticas de la evolución del tráfico de fentanilo son como un rompecabezas complejo donde cada pieza revela una nueva capa de intriga. La administración Trump ha aprovechado la crisis del fentanilo para reforzar su agenda de "Estados Unidos Primero", centrándose especialmente en la seguridad fronteriza. Los éxitos de la Operación Calor de Verano, como destacó el director del FBI, Kash Patel, se están utilizando para reforzar la narrativa de un liderazgo fuerte y una acción eficaz contra el narcotráfico.
La gestión de la crisis del fentanilo por parte de la administración Trump podría definir su legado en materia de políticas de drogas. Si la crisis persiste o empeora, podría generar una reacción negativa y un impulso para estrategias más integrales que aborden tanto la demanda como la oferta.
En resumen, las ramificaciones políticas de la evolución del tráfico de fentanilo son multifacéticas y afectan las estrategias electorales nacionales, las relaciones internacionales y las orientaciones políticas a largo plazo. El enfoque de la administración Trump representa tanto una oportunidad como un riesgo, con el potencial de consolidar su base o exponer vulnerabilidades.
Los próximos meses serán cruciales para determinar cómo se desarrollará esta dinámica, por eso la reiterada desesperación de Trump por mostrar resultados internamente desde el punto de vista político y a su vez su tenaz persistencia en reforzar su política exterior mediante la apropiación ilegal de recursos en Venezuela, como han hecho antes en Irak, Libia y Siria.
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