Por qué me declaré Antimariacorinista: Mis diferencias con la [Reciente] Premio Nobel de la Paz

Jueves, 16/10/2025 05:17 AM

​Preámbulo: La traición disfrazada de liderazgo

​El reciente reconocimiento otorgado a María Corina Machado como [Reciente] Premio Nobel de la Paz intenta blanquear una agenda que, en esencia, es una profunda traición a los intereses nacionales. Mi posición como antimariacorinista no se basa en una mera diferencia ideológica; se funda en la evidencia de un plan de entreguismo y servilismo al capital extranjero, que la coloca al servicio de quienes históricamente han buscado despojar a Venezuela de su riqueza.

​Esta líder no encarna la lucha por la libertad, sino la materialización de la conspiración lacaya contra la nación.

​El corazón de su agenda entreguista, el manifiesto que sella mi rechazo político, es su declaración programática, cruda e indiscutible, expresada en una entrevista con el hijo del [actual] Presidente estadounidense:

​"Sabe, olvídese de Arabia Saudita. Olvídese de los saudíes. Quiero decir, tenemos más petróleo. Quiero decir, potencial infinito. Y vamos a abrir los mercados. Vamos a sacar al gobierno del sector petrolero. Vamos a privatizar todas nuestras industrias. Venezuela tiene enormes recursos: petróleo, gas, minerales, tierra, tecnología. Y como usted dijo antes, tenemos una ubicación estratégica."

​1. El delito de lesa patria: La instrumentalización del bloqueo

​La postura de Machado no es una propuesta patriota que busque una solución real a la crisis. Es la culminación de un plan sistemático. El objetivo de las sanciones, el bloqueo financiero y la afectación directa a la economía nacional —promovidas abiertamente por ella y sus aliados extranjeros (estadounidenses y europeos)— ha sido precisamente crear las condiciones de colapso necesarias para justificar su agenda de entrega.

​Ella ha conspirado activamente con fuerzas extranjeras para dañar al pueblo venezolano con el fin último de forzar un cambio de régimen que le permita ejecutar su programa. Este accionar se enmarca perfectamente en los delitos de traición a la patria. El fin justifica el medio: el sufrimiento popular como herramienta para el entreguismo.

​2. La gerencia de venta: El rol antipatriótico de Machado

​Aquí reside la clave de su proyecto político-económico. Machado no busca ser una gerente pública con la misión de buscar soluciones para el desarrollo y atender las necesidades urgentes del pueblo trabajador, pensionado, militar y jubilado.

​Su verdadera aspiración es ser la gerente de venta de los activos o el patrimonio común de todos los venezolanos.

​La frase clave que lo revela es su doble mandato: "Vamos a sacar al gobierno del sector petrolero. Vamos a privatizar todas nuestras industrias." Esto se interpreta como una orden directa para:

  • ​"Sacar al gobierno del sector petrolero" para eliminar al principal gestor de la riqueza nacional.

  • ​"Privatizar todas nuestras industrias" para despojar al Estado de los bienes y transferir la propiedad al capital privado global.

​Este plan no contempla esquemas de asociación mixta o control estratégico estatal; busca el control total del capital privado sobre el petróleo, revirtiendo décadas de lucha por el control soberano del recurso. Es el entreguismo puro y simple, la negación de la propiedad nacional sobre la riqueza que yace bajo nuestro suelo. Esta posición no es patriota, y su objetivo real es cumplir el sueño de las compañías petroleras previo a la nacionalización.

​3. El espejismo geopolítico: Lacaya del imperio, no defensora del pueblo

​Machado proyecta a Venezuela como una tierra de "potencial infinito" y "ubicación estratégica", no para engrandecer a la República, sino para hacerla más atractiva a la codicia externa.

​Su visión es la de una Venezuela convertida en un simple hub energético, una plataforma de explotación donde la riqueza fluye hacia los accionistas de las corporaciones transnacionales y no hacia la financiación del desarrollo social. Es la visión de una lacaya del imperio, que garantiza la seguridad energética de los Estados Unidos y Europa a costa de nuestra dignidad nacional.

​La soberanía no se negocia, la traición se condena

​No se puede ser patriota y promover al mismo tiempo el despojo de los bienes nacionales. No se puede ser una líder legítima mientras se conspira con potencias extranjeras para asfixiar al propio pueblo.

​El Premio Nobel, en este contexto, es un velo geopolítico que intenta ocultar un plan de saqueo. Mi posición como antimariacorinista es una postura de dignidad nacional y defensa de la soberanía. La privatización total, promovida por una líder que aspira a ser la simple vendedora de la nación, es un acto antipatriótico que condena a la patria a una nueva y peor dependencia. Por ello, la posición de Machado es, y será siempre, la antítesis del proyecto de país que merecemos.

Nota leída aproximadamente 1370 veces.

Las noticias más leídas: