El Premio Nobel de la Paz 2025 fue otorgado a la líder opositora de la extrema derecha venezolana, María Corina Machado, gracias al lobby de tres representantes de Miami al parlamento estadounidense, uno de ellos, el actual secretario de estado de Trump, Marco Rubio. El comité noruego que lo otorga lo justifica porque se trata de un reconocimiento a "la resistencia popular y a los derechos humanos", algo inherentemente político (los Nobel suelen serlo: se han otorgado premios de la paz a activistas, disidentes e incluso exlíderes como Obama en 2009 por sus esperanzas de "diálogo", acto seguido: Bombardeos contra pueblos indefensos y desarmados).
Pero hubo un giro inesperado: la Casa Blanca (bajo la presidencia del aspirante al premio, Donald Trump) contraatacó con dureza, y su portavoz, Steven Cheung, criticó duramente al Comité Noruego del Nobel por "priorizar la política en lugar de la paz", desairando a Trump a pesar de su impulso a un alto el fuego en Gaza y años de cabildeo para obtener el premio. A su vez, Richard Grenell, asesor de La Casa Blanca y aspirante a la jefatura del departamento de estado, afirmó que "el Premio Nobel murió hace años".
Machado incluso dedicó su victoria a Trump, lo que echó más leña al fuego. "Fue muy amable la señora esa. Yo no sé lo pedí, seguramente me lo hubiera entregado si se lo pido", dijo Trump con ironía.
Son históricos los casos clásicos de premios que se enredan con la geopolítica, premios Nobel anteriores (como el de 1973 a Henry Kissinger en medio de las controversias sobre Vietnam) han suscitado acusaciones similares de "sesgo político".
En la red X, la publicación del anuncio de @NobelPrize explotó: más de 65 millones de visitas, 189 mil "me gusta" y una avalancha de respuestas que debatían todo, desde la situación política de Venezuela hasta el "desaire" a Trump. (Una respuesta incluso bromeó irrespetuosamente sobre un supuesto temor a la "presión política", para que no lo otorgaran al "PAYASO" ???? de la Casa Blanca"; (¡Qué Descaro!).
Entretanto, algunos usuarios de las redes sociales insinuaron que el premio a la Machado se trata de un ardid de Trump y Rubio para reavivar a la alicaída oposición venezolana, en su búsqueda al cambio de régimen, en medio del acoso desde el mar Caribe a Venezuela, por la fuerza naval estadounidense.
Los resultados de esta Saga están por verse, pero Trump seguramente lo pensará dos veces antes de imponer en Venezuela un gobierno con "líderes" de pacotilla, que ya tienen más de un cuarto de siglo de fracaso en fracaso, mientras que Grenell espera pacientemente el cambio de Jefe en el departamento de estado.