Es sorprendente que actualmente en el siglo XXI miles de millones de personas se dejen cautivar por las mentiras, mienten todos lo que los rodea: la familia, la escuela, la iglesia, los sacerdotes, los pastores, los rabinos, las instituciones, los médicos, las universidades, los profesionales, las redes sociales, los políticos, el gobierno, en fin, no hay actividad humana que no esté plagada de mentiras. La mentira más reciente y evidente es la nominación del premio Nobel de la paz a la derechista María Corina Machado.
No existe en las viejas hemerotecas, tampoco en las videotecas, una obra publicada en los últimos 20 años que describa alguna actividad de la recién galardonada que esté vinculada a promover la paz mundial, mucho menos a la de su país. Todo lo contrario, su hacer político está emparentado con golpes de estado, conspiraciones, violencia callejera, magnicidio, actos terroristas, asociación con sectores narcoterroristas para derrocar, primero al presidente Chávez y ahora, al presidente Maduro. En el accionar durante su trayectoria política se destaca el apoyo a las criminales jornadas genocidas contra los palestinos por parte de Netanyahu, además, enfatiza frecuentemente la solicitud de una invasión militar extranjera a la tierra donde conviven más de 30 millones de venezolanos y no nacionales, con las graves consecuencias que una incursión militar pueda acarrear: destrucción, muertes de inocentes, entrega de los recursos naturales a empresas multinacionales, destrucción de los servicios (agua, luz, gas), pobreza, migración, entre las desgracias que ella promueve. Sin olvidar la solicitud de aplicación de medidas coercitivas ilegales contra el pueblo venezolano. Sorprende, que no es nada nuevo, como el comité Nobel miente de forma descarada en la selección del premio Nobel de la paz y cuando esto ocurre algún beneficio obtendrán los miembros de esta organización. La única paz que promueve la goda María Corina es la paz de los difuntos.
En verdad esto no es nada nuevo, la mentira es una institución de los gobiernos democráticos, los líderes ofrecen de todo durante la campaña y luego, una vez que llegan a la presidencia se olvidan de lo ofrecido. La iglesia es una institución cuya base fundamental es la mentira, ningún libro sagrado resiste un análisis científico de sus preceptos o dogmas: imposible creer que el mundo se hizo en siete días, que Eva salió de una costilla de Adán, que la virgen María después que parió a Jesús se mantuvo virgen, que Jesús resucitó al tercer día después de crucificado, que Israel es Tierra prometida, que dios mandó las siete plagas para acabar con Egipto, que Mahoma ascendió al cielo y en una bestia alada…A pasar de tantas ficciones las iglesia, sobre todo la Católica Apostólica Romana, la Protestante, la Judía y la Musulmana han jugado un papel preponderante en la Tierra, así mismo responsables de la mortandad de miles y miles de personas en sus irracionales y nefastas guerras. Debe ser el encanto de la mentira.
Los terrícolas son propensos a aceptar la mentira, es por eso que las agencias de publicidad hacen su agosto para promocionar todo tipo de productos a través de la masmedia, o en las redes sociales en su totalidad perjudiciales para salud, al igual que lo fármacos que en su mayoría no tienen utilidad para la salud. No creo que tendría espacio para revelar todas las mentiras de los gánsteres bancarios, de los centros financieros que estafan a todos los que no tienen idea de estos manejos.
El mundo actualmente está viviendo situaciones muy delicadas como consecuencia de las mentiras de Donald Trump en su segundo mandato, mentiras que ponen en peligro la paz mundial. Una de sus mentiras fue la acusación al gobierno de China, sin prueba alguna, de ser responsable de producir y propagar el virus del COVID-19, sin olvidar cuando el rubicundo aseguró que el muro que separa México de EEUU estaría concluido durante su primer gobierno. Es bueno señalar que Trump reiteradamente afirma que los inmigrantes aumentan la delincuencia, sin embargo, estudios del Cato Instute y del American Immigration Council demuestran que los inmigrantes indocumentados tienen una tasa de condena penal significativamente más baja que los nacidos en EEUU, siendo el 45 % menos propensos a ser condenados por delitos. No se debe olvidar que Trump proclamó fraude, una vez que Biden le ganó las pasadas elecciones, así mismo como la falacia que China estaba administrando el canal de Panamá, al igual que le cambió el nombre del golfo de México por el golfo de América, a pesar de todo, se sigue llamando golfo de México.
Las mentiras del gordinflón no tuvieran trascendencia sino condujeran a irreversibles desgracias, como son las falacias por medio de las cuales acusa al gobierno de Venezuela, una forma de justificar la presencia de destructores artillados con misiles, aviones, hasta un submarino nuclear. Es harto sabido, verificado por informes de la ONU, la DEA y otras agencias de EEUU que Venezuela no es un país productor de drogas, por lo tanto, no es posible que la exporte hacia otros países. A pesar de todo, el rubicundo Trump acusa al gobierno de Venezuela de controlar el negocio de la droga a través del "Cartel de los Soles" y "tren de Aragua". La primera de estas organizaciones pertenece al imaginario colectivo de un grupo de derechistas, dado que hasta los momentos no han apresado un solo narcotraficante con un alijo de droga comercializado por el cartel de los soles. Además, agentes de inteligencia de EEUU aseveran la inexistencia de esta organización criminal, más allá de las mentes estúpidas de ciertos sectores que quieren derrocar el gobierno. De la segunda, es decir del tren de Aragua se trata de una banda de criminales que operó hace años en Venezuela y que fue neutralizada por el gobierno de Maduro. Según los vendedores de humo, el tren de Aragua es una especie franquicia que opera en EEUU, Chile, España, Colombia, Ecuador y en cualquier país que la derecha internacional tenga un vocero. Solamente una mente estúpida puede creer que el gobierno que maneja la cuenta y la factura por la venta del crudo va meter sus manos en un negocio como el de la droga. Algo que no se puede decir del gobierno de EEUU que se hace el loco con el lavado de dólares producto de la venta de toneladas de todo tipo de droga, que se puede esnifar, tomar, beber o inyectar, por ser este el país de mayor consumo de estupefacientes.
Las mentiras del colorado Trump no paran, el ahora autonombrado vigilante de las costas caribeñas, con presencia militar notable que amenaza la paz de todo un continente, está asesinando a pescadores que laboran en el mar Caribe. Recientes videos mostrados por el presidente de EEUU, como un trofeo, se observa la destrucción de por lo menos cuatro lanchas, sin dar pruebas que tales embarcaciones estaban cargadas de drogas, tampoco se conoce de la nacionalidad de los tripulantes ya que todo explotó y, por fortuna, los muertos no hablan. La operación militar de la cual se siente orgulloso el gordinflón no dejó ninguna prueba de lo que allí ocurrió, más allá de los asesinatos de unos infortunados que viajaban en las lanchas: muertos sin nombre, sin familia y sin nacionalidad. No se extiende las razones de militarizar el mar Caribe si es por el Pacífico s por donde se envía la droga hacia el norte.
Desde hacía tiempo el gordo Trump se venía promocionado como el próximo premio Nobel de la paz, como consecuencia del acuerdo de alto al fuego al que llegaron con Hamás e Israel. Mentira que no funcionó porque María Corina y su gente estaban haciendo su trabajo, para que el comité de escogencia se decidiera por la peor candidata. La misma que le dio apoyo a Netanyahu en sus acciones de exterminio del pueblo palestino en Gaza. Se puede hacer una sugerencia: como consecuencia a los misiles que le entregó Trump a Netanyahu para llevar a cabo el genocidio y las amenazas continuas de invasiones a los países caribeños se podría inventar otro premio para el gordinflón y así se le pase la congoja.
Parece ser que los humanos se acostumbraron a la mentira porque está presente en todas las acciones de la vida, quizás por esto Hitler tuvo razón cuando expresó: "Las grandes masas sucumbirán más fácilmente una gran mentira que a una pequeña". Lee que algo queda.