En este Mini/Ensayo abordaré una falsa creencia que poseen algunas personas, que consiste en concebir que el arribar a la tercera edad, necesariamente conlleva a deficiencia o pérdida de las facultades mentales o cognitivas.
En realidad, con la edad se tienden a perder ciertas condiciones intelectuales, fallas en la memoria, etc., pero eso es una tendencia y como tal es relativa, no necesariamente todas las personas presentan esas falencias, por el contrario la historia demuestra que grandes filósofos, artistas, pintores, escritores, etc., han culminado sus mejores obras en los llamados años dorados.
Lo cierto, es que si una persona en sus años de mozo o juveniles no ha logrado cultivarse o desarrollarse intelectualmente, es lógico que con el declive natural por efectos de la edad, esas falencias culturales y de conocimiento se acentúen.
Hay culturas como la de la República Popular China, en donde se respeta y se le extrae el mayor provecho a la experiencia de las personas de la tercera edad, que constituyen un activo intelectual muy importante; por ello en cargos claves o esenciales en el gobierno, ubican a muchas personas de edad avanzada, para aprovechar su sapiencia y experiencia; igualmente los contratan como asesores, luego el vertiginoso desarrollo de ese país demuestra con creces que no están equivocados, ya que es lógico utilizar un recurso tan valioso e importante que el estado tiene disponible.
Hay otros países donde ese caudal de inteligencia y experiencia se desestima y se lanza al pote de la basura, cuando debiera ser una guía que aportase insumos para una mejor ejecución de las funciones públicas.
El ser joven no es garantía de conocimiento, sabiduría o sagacidad intelectual, la juventud es una etapa de formación en donde debe acumularse el conocimiento y la experiencia en todos los ámbitos, la cual será la guía para el resto de la vida.
CONCLUSIONES.
Es inevitable que con la edad la fuerza física decaiga, es decir, que se pierda el torrente de energía que se tiene cuando joven, pero no hay que confundir eso con minusvalía mental, ya que quien ha tenido durante su vida una gran formación intelectual y prosigue cultivándola, se supone que la mantendrá en alto grado, independientemente del paso de los años.
Finalmente, considerando todos los argumentos expuestos, la respuesta a la pregunta que titula este Mini-Ensayo, es un rotundo NO.
Considero que la comunicación es un apostolado, es una tribuna para aportar en aras de nuestro bienestar colectivo y el caso acá planteado es un alerta para evitar derroche de un recurso intelectual, que está disponible y pudiera coadyuvar para lograr una mayor suma de felicidad al ciudadano venezolano.
Si estas reflexiones han sido de su agrado, mucho apreciaría que las distribuyan entre sus amigos y allegados.
"ARAR NUNCA ES MALO, AUNQUE SEA EN EL MAR"