El Efecto mariposa y las consecuencias futuras para Venezuela: La invocación del artículo 4 de la OTAN por Polonia

Viernes, 12/09/2025 09:25 AM

En la intrincada red de la política global, un evento en un rincón del mundo puede desencadenar una serie de reacciones que resuenan en lugares inimaginables. Esta premisa del "efecto mariposa" es una pieza clave de la teoría de la prospectiva, que busca anticipar futuros posibles a partir de los eventos del presente. Hoy, mientras la atención del mundo se centra en la escalada de tensiones en Europa, las alas de esa mariposa parecen agitarse peligrosamente en el Caribe, con Venezuela como posible epicentro de una nueva tormenta.

La decisión de Polonia de invocar el Artículo 4 de la OTAN ante la supuesta amenaza de una ocupación rusa en un nuevo conflicto que involucra a más de cuatro naciones europeas, ha activado una alarma global. Este acto no es un simple formalismo; es una señal de que las tensiones han alcanzado un punto crítico, reajustando alianzas y reorientando recursos. La invocación del Artículo 4 no implica una acción militar inmediata, pero sí un paso de consulta entre los miembros de la OTAN, lo que podría llevar a una respuesta colectiva. La inminencia de un conflicto a gran escala en Europa obliga a las potencias occidentales a dirigir su mirada y sus activos militares y diplomáticos hacia el este, dejando un vacío en otras regiones. Las economías resentidas por sus propios errores, invocan los mismos elementos que desencadenaron la primera y segunda guerra Mundial. La profesora Judith Valencia, nos expone en una charla transcripta del CELARG, llamada Soberanía, imperialismo, pensamiento crítico, que circula en los grupos de wasap, y es que a Rusia después de finalizada la Guerra, Occidente declaró a esta con el papel histórico de "enemigo a vencer".

Es en este contexto de distracción estratégica de la amenaza latente de una posible intervención por parte de los Estados Unidos en el Caribe, específicamente contra Venezuela, parece ganar terreno. La teoría de la prospectiva nos invita a preguntarnos: ¿Es esta una coincidencia, o una oportunidad estratégica para que EE. UU. actúe en un escenario de menor vigilancia global? La historia nos ha mostrado que, en momentos de crisis mundial, las potencias a menudo aprovechan la situación para resolver problemas regionales que consideran urgentes, aprovechando que la atención de la comunidad internacional está desviada.

Esta crisis sin lugar a dudas, podría influir en Venezuela, de la siguiente manera: Un conflicto prolongado en Europa consumiría la energía diplomática y militar de las potencias occidentales. Esto podría reducir la presión internacional sobre Venezuela, pero también abriría una ventana para una acción militar unilateral por parte de EE. UU., con la certeza de que una respuesta coordinada de otros países sería menos probable. EEUU, necesita energía, y puede convertirse en el proveedor seguro con el petróleo de Venezuela, para sus aliados de la OTAN.

Esta nueva situación nos lleva a pensar que habría una reconfiguración de alianzas, en la cual la crisis europea fortalecería la alianza entre Rusia y China, lo que podría llevar a un mayor apoyo a Venezuela. Sin embargo, también podría empujar a los países europeos a alinear sus políticas aún más con las de EE. UU., facilitando un consenso en caso de que se estimule a EEUU a participar directamente en la guerra, por lo que esto llevaría a desarrollar un impacto en la política exterior de EE. UU. Y este estaría en condiciones de aprovechar la oportunidad para reafirmar el liderazgo mundial perdido y demostrar su capacidad para manejar múltiples frentes. La política de "América Primero" de la era Trump podría dar paso a una postura más intervencionista, donde la amenaza de un conflicto en el "patio trasero" se utilice como excusa para una acción preventiva.

Así las cosas, el futuro de Venezuela, en este sentido, no puede ser analizado de forma aislada. Un posible conflicto en su territorio, en medio de esta reconfiguración de alianzas globales, tendría implicaciones políticas, económicas y sociales devastadoras. La incertidumbre sobre la respuesta de países como Rusia y China, y la posibilidad de que Venezuela se convierta en un peón en un juego geopolítico más grande, hace que este escenario sea especialmente volátil.

El "efecto mariposa" nos recuerda que lo que ocurre en Varsovia puede tener consecuencias directas en Caracas. Este no es un ejercicio de fatalismo, sino de prospectiva estratégica. Al comprender los complejos hilos que conectan estos eventos, podemos prepararnos para un futuro incierto y, quizás, influir en él. La pregunta que queda es si Venezuela está preparada para las consecuencias de una crisis que, aunque distante, podría estar tocando a su puerta. Yo me imagino que sí. Se observa que el discurso político y militar de la FANB, son asertivos y muestran un musculo interesante dentro del cuerpo de combatiente y el arsenal con el que cuenta, pero aquí, la diplomacia secreta y la negociación de conflictos, juega un rol fundamental.

Postdata: El efecto lo está sintiendo Brasil, a raíz de la condena a Jair Bolsonaro. Marcos Rubio y Trump revolotean como mariposas y Brasil se sobrecoge y pone sus barbas en remojo.

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