Palestina alberga algunos de los olivos más antiguos del mundo, con ejemplares milenarios que pueden alcanzar hasta los 4.000 años de edad. Muchos de ellos han sido cuidados con esmero por varias generaciones de palestinos. Estos árboles echan raíces profundas y prosperan en tierras áridas, por lo que los palestinos los consideran un símbolo de la resiliencia, la perseverancia y la resistencia de su pueblo. Los olivos representan el sumud (término que significa "firmeza", "resistencia" o "perseverancia"), un ideal palestino que consiste en mantenerse en la tierra y preservar la cultura, la identidad y la dignidad frente a la ocupación. Quienes encarnan este principio son llamados samidín.
Israel ha arrancado más de dos millones y medio de olivos como parte de una estrategia sistemática de ocupación. Con esta acción, pretende la destrucción económica, cultural, psicológica y territorial del pueblo palestino.
La Flotilla de la Libertad ha asumido ahora el nombre de "Global Sumud" en un nuevo intento por romper el bloqueo de ayuda humanitaria impuesto por el Estado de Israel. Este 31 de agosto comenzaron a zarpar las embarcaciones que, desde distintos puntos del mar Mediterráneo, se dirigirán a Gaza.
La Coalición de la Flotilla de la Libertad se formó en el año 2009 con el objetivo de romper por vía marítima el bloqueo que Israel impuso a Gaza desde 2007. En 2010, la primera flotilla navegó hacia Gaza, pero en la madrugada del 31 de mayo de ese año fue brutalmente asaltada por las fuerzas navales israelíes en aguas internacionales, donde asesinaron a diez personas e hirieron a decenas. En 2011, partió una segunda flotilla con una decena de barcos que transportaban ayuda humanitaria; esta misión fue detenida por el gobierno griego siguiendo indicaciones israelíes. Durante los siguientes catorce años, la Flotilla ha realizado varias travesías y eventos en su intento por quebrar el bloqueo israelí, pero siempre ha sido interceptada por la entidad sionista.
Global Sumud es la flotilla propalestina más numerosa de la historia. Desde Barcelona (España), zarparon este 31 de agosto 20 barcos con más de 300 activistas. Esta nueva flotilla incluye delegaciones de 44 países y se le sumarán otras embarcaciones que partirán desde Italia, Grecia y Túnez en los próximos días. Esta flotilla no es simplemente un grupo de barcos con ayuda humanitaria. La humanidad viaja en esas embarcaciones, también lo hace la esperanza de más de dos millones de palestinos sometidos a las mayores crueldades imaginables por parte del estado genocida de Israel. Los corazones de millones de personas de todo el planeta también se juntan en las cubiertas de esos barcos, todos con el anhelo puesto en el horizonte que es Gaza y su sufrido pueblo.
La abominación sionista cuenta con todo el poder bélico, mediático y político para detener esta gesta humanitaria. Ya ha amenazado con tratar a los activistas como terroristas, lo que para Israel se traduce en licencia para masacrar o secuestrar y torturar.
Sin embargo, este cíclope brutal y arrogante, forjado en odio y sangre, tiene pies de barro que se deshacen con cada flotilla, con cada escrito, con cada mensaje de apoyo, con cada protesta, con cada izada de la bandera palestina, con cada kufiya que se porta con orgullo, con cada olivo sembrado… con sumud invencible.
Ya son legión los samidín que enfrentan al cíclope carnicero. Tarde o temprano, el pueblo palestino tendrá paz, libertad, su tierra y sus ciudades. Y tendrá, al fin, justicia.