Sacaba y Senkata: Memorias de una Matanza

Sábado, 30/08/2025 08:44 PM

Con el regreso de la Derecha a la República de Bolivia, estas masacres quedarán impunes, ya dos de los responsables: Jeannine Añez, la dictadora que encontraron escondida debajo de un colchón y Luis Fernando Camacho, líder de las protestas violentas, han sido puestos en libertad.

Lo advertí en reflexión anterior donde hice un primer análisis sobre la victoria de la Derecha en Bolivia, producto de la falta de una visión estratégica de la izquierda, que esa situación traería graves consecuencias para toda la región y particularmente a Bolivia.

La derecha neofascista boliviana nunca se durmió en un los laureles, luego de la victoria por primera vez de Evo Morales y su liderazgo se mantuvo activo, conspirando, solo opacado por la abrumadora victoria de las fuerzas que apoyaron los cambios revolucionarios en ese país.

El primer asomo, de que no estaban muertos sino, de parranda, trabajando soterradamente para nuevamente resurgir. Se presento la oportunidad a propósito de la Cuarta Victoria Electoral de Evo Morales.

Allí utilizaron el argumento que han venido manejando contra los gobiernos de izquierda que repiten victorias electorales: El Supuesto Fraude.

En efecto: Cuando Morales fue reelegido para un cuarto mandato el 20 de octubre con el 45,3% de los votos, muchos de sus detractores argumentaron, aunque sin pruebas contundentes, que la votación fue fraudulenta.

La OEA, bajo la Secretaria de Almagro jugó su papel en la conspiración:

"La Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un informe preliminar el 10 de noviembre en el que se detectaron "graves irregularidades" en las elecciones."

La Derecha creo las condiciones para irrumpir con un golpe de estado contra Evo Morales. Liderizada por Luis Fernando Camacho, dieron comienzo a caos llenando las calles con violentas protestas.

La prensa reseñaba como había hecho estallar las calles:

"En Sucre, la capital de Bolivia, los opositores prendieron fuego a la sede regional del tribunal electoral. En La Paz, la policía disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes anti-MAS, quienes lanzaron petardos a cambio. Los niños de clase media lanzaron dinamita a los policías. Una multitud de estudiantes, en su mayoría de clase media, utilizó hondas improvisadas con rocas y piedras para protegerse."

Incendiaron a Bolivia, dividieron a la Policía y al final enarbolaron la consigna que tenían entre manos: Pedían la Renuncia de Evo Morales.

Activistas de la oposición de derecha y neofascista irrumpieron en las protestas lideradas por indígenas y quemaron la wiphala , la bandera multicolor que representa la unidad de las distintas tribus indígenas, es decir sacaron de sus mangas el odio que siempre le han tenido a los sectores indígenas.

Crearon las condiciones y sobre la base de la violencia que desataron en toda Bolivia, impusieron a una dictadora Jeannine Añez:

"Dos días después, Áñez emitió una orden ejecutiva que permitía al ejército usar la fuerza sin consecuencias legales (lo que, en esencia, les otorgaba impunidad). Áñez también había declarado que Morales, que había salido para México, sería procesado si regresa a Bolivia"

Es precisamente en ese marco de violencia e impunidad creada por la derecha neofascista boliviana que se produce la conocida masacre de Sacaba y Senkata:

"El 15 de noviembre se vivió la represión más mortífera en Bolivia en catorce años, cuando las fuerzas de seguridad mataron a nueve manifestantes cerca del puente Huayllani en Sacaba, Cochabamba, e hirieron gravemente a cientos. Manifestantes indígenas y campesinos pertenecientes a seis federaciones cocaleras intentaban marchar desde la pequeña ciudad hacia la capital del departamento cuando se encontraron con un cordón militar y policial. Mientras la marcha pacífica intentaba avanzar, soldados y policías dispararon gases lacrimógenos y munición real.

La población campesina e indígena se preguntaba: ¿Esta es la Democracia?

Luego de estas masacres, vinieron los calificativos contra los sectores populares e indígenas que la derecha neofascista los calificaba de salvajes, de intentar volar unas plantas eléctricas etc., para justificar la matanza y la violación masiva a los derechos humanos.

Luego de restablecerse, nuevamente, el proceso democrático en Bolivia, con el gobierno de Arce, estos golpistas estaban siendo juzgados por sus crímenes, pero ahora, se invierten los papeles, la derecha, vuelve a ser protagonista y recuperara sus privilegios.

Sin estabilizarse todavía en el gobierno, porque en octubre es la segunda vuelta, para decidir entre ellos (los dos candidatos son de derecha), quien gobernará Bolivia, ya se ven algunas de las consecuencias:

Los golpistas, los culpables de las masacres contra el pueblo boliviano ya están de nuevo libres. Y esto es un ejemplo, de las graves consecuencias que para Bolivia, sus masas campesinas, indígenas y toda la región, tendrá, el encumbramiento de la Derecha Neofascista en la República de Bolivia.

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