De tantas fuentes consultadas, incluso, la de moda: inteligencia artificial, no se ha hallado en la historia presidencial de Venezuela otro personaje que posea mayor cantidad de nombre de pila. Para aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de conocer el "Almanaque de Rojas, hermanos", cuyo fundador fue el historiador y periodista Arístides Rojas, (siglo XIX), sobre este calendario, por referencia de antaño, le colocaban a uno el nombre. De acuerdo al día, usted quedada identificado o identificada con el onomástico que aparecía señalado en dicho catálogo; verbigracia: si en el registro aparecía "San Leopoldo", lo más seguro, era que le colocaran "Leopoldo", igualmente, para las hembras. Antes de la fundación del almanaque, la tradición pudo haberse sustentado en la designación del nombre, según las tradiciones romanísticas. De esto no escapa Carlos Valentín José de la Soledad Antonio del Sacramento de Soublette y Jerez de Aristiguieta.
Mi estimado público facehabiente, -ellos y ellas- ¿quién fue ese presidente que, con el nombre más largo quiso el destino que fuese así, al momento de nacer? Hasta ahora no ha habido quién demuestre lo contrario, por lo que se tiene por hecho la originalidad de su identidad en sus nombres de pila y nombres patronímicos. Se trata, pues, del General Carlos Soublette, presidente la República de Venezuela en dos ocasiones: La primera, desde el 11 de marzo de 1837, hasta el 21 de agosto de 1839. La segunda, desde 28 de enero de 1843, hasta el 20 de enero de 1847. En ambos mandatos se vio comprometido con los intríngulis de ese potro indomable que llaman la "Política", bien en cargos de la vicepresidencia o presidencia. Aunado a ello, fue miembro de las Asambleas Legislativas, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de las Cortes de Inglaterra y España. Desde muy joven se alistó a la filas del Ejército como porta estandarte. Así comienza su vida pública.
En palabras de L. Perú de lacroix, (Diario de Bucaramanga: 195, 196) el libertador Simón Bolívar se refería a Soublette, en estos términos: "(…) El general Soublette, a mi lado, es hombre seguro; hará siempre mi voluntad, puedo confiar en él, pero no si se halla distante y cerca de una voluntad fuerte como es la del general Páez. Usted no conoce a Soublette, a pesar de hallarse todo el día con él; voy a darle una pequeña idea de su carácter. En el día, el general Soublette - continuó S.E.- parece un hombre diferente del que se mostraba en Venezuela en años pasados, cuando ejercía allí el poder superior. Las críticas fundadas que hicieron entonces de su orgullo, de su genio duro, seco y altivo y todo lo que se imprimió sobre su arbitrariedad y despotismo (…)". De aquí puede desprenderse que, el Libertador poseía un ojo clínico sobre sus conmilitones, detallando las fortalezas y debilidades de cada uno, tanto en la guerra como en la administración pública. Liderazgo.
Ya, para despedirnos, según Ramón Urdaneta (Los presidentes: 74,75), relata la desaparición física de este personaje heroico de la independencia, de la siguiente manera: "El godo, blanco y mantuano general murió triste, muy pobre, senil, desintegrándose con el recuerdo de la gran sombra protectora que fue Páez. Para la madrugada del día de su muerte, el 11 de febrero de 1870 <
¡Muchísimas gracias por su atención!
¿Conoce usted un ex presidente venezolano que posea más de seis nombres de pila?