La Corte Penal Internacional

Domingo, 14/12/2025 12:28 AM

En una rueda de prensa (como todos los lunes) cargada de denuncias y reflexiones sobre la justicia internacional, el secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, cuestionó con dureza el papel de la Corte Penal Internacional (CPI).

Sus palabras resonaron como un llamado a la conciencia global: la CPI, dijo, debería desaparecer por vergüenza internacional ante su silencio frente a masacres y genocidios que han marcado la historia reciente.

Cabello subrayó que la CPI ha guardado un mutismo "grosero" frente a la masacre del pueblo palestino y otros episodios de exterminio en distintas regiones del mundo. Señaló que mientras comunidades enteras son víctimas de bombardeos y ejecuciones extrajudiciales, el organismo permanece callado, incapaz de pronunciarse ni de abrir investigaciones que dignifiquen a las víctimas.

El dirigente venezolano denunció además prácticas como el bombardeo de embarcaciones en el Caribe y el Pacífico bajo la excusa de combatir el narcotráfico. Según Cabello, tales acciones constituyen una aplicación de la pena de muerte sin juicio previo, contraria a los principios básicos del derecho internacional público. La CPI, sin embargo, se mantiene en silencio, legitimando con su inacción lo que debería condenar.

Cabello afirmó que la CPI no es más que un instrumento del imperialismo, utilizado para perseguir pueblos y gobiernos soberanos que no se alinean con los intereses de las potencias. "¿Que la Corte Penal se va? Creo que ellos tienen muy buen olfato. Es una cosa que no existe, es una cosa que la utiliza el imperialismo para perseguir pueblos, gobiernos, países", expresó.

El dirigente trazó un paralelismo con la Organización de Estados Americanos (OEA), señalando que, así como ese organismo perdió legitimidad y credibilidad, la CPI está destinada a enfrentar su propio ocaso. "Así como a la OEA le llegó su día, a la Corte Penal Internacional le está llegando su día", sentenció.

La crítica de Cabello no se limita a un rechazo político, sino que abre un debate profundo sobre la legitimidad de las instituciones internacionales que, bajo el discurso de la justicia universal, terminan siendo cómplices del silencio y la selectividad. En el marco del derecho internacional público y la defensa de la soberanía nacional, la CPI aparece como un tribunal que ha perdido su razón de ser, incapaz de responder a las tragedias humanas que claman justicia.

En este contexto, la pregunta que queda flotando es si la Corte Penal Internacional puede reinventarse para cumplir con su mandato original, o si, como sostiene Cabello, su destino inevitable es desaparecer por vergüenza internacional.

 

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