Medidas coercitivas unilaterales imperiales

Sábado, 06/12/2025 02:10 AM

Un atentado contra la soberanía de los pueblos

La Asamblea General de las Naciones Unidas decretó recientemente el Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales, reconociendo así la gravedad de un mecanismo que, bajo el disfraz de "sanciones", se ha convertido en un instrumento de presión política y económica utilizado por potencias imperiales. Estas medidas, aplicadas sin el aval del Consejo de Seguridad, carecen de legalidad en el marco del derecho internacional y constituyen una forma de asesinato económico contra naciones soberanas.

La manipulación del lenguaje: de sanciones a coerción

El término "sanciones" ha sido manipulado para legitimar lo que en realidad son acciones coercitivas unilaterales. Bajo esta narrativa, se pretende justificar bloqueos financieros, comerciales y tecnológicos que buscan doblegar la voluntad política de los pueblos. Sin embargo, el derecho internacional público establece que solo las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU pueden imponer medidas de este tipo, lo que convierte a las acciones unilaterales en ilegales y arbitrarias.

Venezuela: un caso paradigmático

En el caso venezolano, la agresión ha alcanzado niveles extremos: más de 1.000 medidas coercitivas unilaterales han sido impuestas contra el país, afectando sectores estratégicos como la energía, la banca, la salud y la alimentación. A ello se suman los bloqueos ilegales de activos en el extranjero, el cercado de su espacio aéreo y la persecución de transacciones internacionales. Estas acciones no solo buscan estrangular la economía nacional, sino también quebrar la capacidad del Estado de garantizar derechos fundamentales a su población.

Impacto humano y violación de derechos

Las medidas coercitivas unilaterales no son simples decisiones administrativas: tienen consecuencias directas sobre la vida de millones de personas. El acceso a medicamentos, alimentos y servicios básicos se ve comprometido, generando un sufrimiento colectivo que constituye una violación sistemática de los derechos humanos. En este sentido, la ONU ha advertido que estas prácticas representan una forma de castigo colectivo, prohibido por el derecho internacional humanitario.

La resistencia y la dignidad de los pueblos

Frente a este escenario, Venezuela y otras naciones afectadas han reafirmado su compromiso con la defensa de la soberanía y la autodeterminación. La resistencia no solo es económica, sino también política y cultural: se trata de preservar la dignidad de los pueblos frente a intentos de dominación que evocan las prácticas coloniales del pasado

Las medidas coercitivas unilaterales son un instrumento de guerra silenciosa, un mecanismo de presión que busca someter a los pueblos sin disparar un solo proyectil. La declaración de la ONU marca un paso importante en la denuncia internacional de estas prácticas, pero la verdadera batalla se libra en la conciencia y en la unidad de las naciones que defienden su derecho a existir libres de imposiciones imperiales.

 

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