Arborización de las ciudades

Jueves, 23/10/2025 12:38 PM

La arborización de la ciudad, es un evento político-social de suprema importancia, sobre todo en esta época de crisis climática.

El descuido, la tala y el cemento, junto a la ausencia de educación comunitaria ambientalista, la falta de cultura ecológica, la ausencia de siembra, cuidado y preservación de áreas verdes, es lo que ha estado presente a lo largo y ancho de las zonas urbanas en nuestra nación, con su muy pocas excepciones.

Arborizar y reforestar es la posibilidad, la garantía (entre otros factores) de preservar la humanidad, hay que evitar el colapso destructor y la creación de ambientes inhóspitos, poco agradables e inhabitables.

Es necesario y urgente detener la política del cemento y de la Tala. Debemos sembrar oxígeno, agua, verdor, frescura dentro de un ambiente sano y de agradable clima.

Es parte del ecosocialismo, del mandato constitucional y de los distintos planes de la patria y de la 7T, una política ambiental que prevea la siembra de árboles, incluyendo frutales, de grandes follajes productores de gran sombra y de raíces profundas y por tanto no dañinas, con resguardo, cuido y permanente educación comunitaria.

Sobre armonía ambiental una muestra, la Avenida las Delicias en Maracay. Un verdadero paraíso, ha permanecido décadas brindado buen clima, variada floración y la presencia de aves, es ejemplo de arborización, de un espacio verde, de buen clima, en una vía de alto tránsito vehicular.

Hay que rescatar y volver a los túneles vegetales creadores de vida. Hoy desaparecidos o sepultados por el cemento y la tala, por Ejemplo, en Aragua: en la vía Cagua Santa Cruz; Turmero-el Macaro-Samán de Guere; La Encrucijada de Turmero a San Jacinto en Maracay. En esas rutas ¿cuántos árboles han desaparecido? Tristeza que grandes jabillos, samanes, caobos, mangos, jobos, ceiba, apamates, araguaneyes, etcétera, de gran altura y grosor, hayan caído abatidos por la motosierra.

Es obligante reforestar permanentemente, crear parques municipales llenos de árboles, con la presencia de guardaparques, corta fuego y un sistema de almacenamiento de agua para riego en época de sequía.

En los Municipios la política de arborización de la ciudad, debe incorporar la comunidad, la comuna, los consejos comunales, las organizaciones civiles, los deportistas y senderistas, juntas de condominios, centros educativos y de salud pública, con una permanente asistencia educativa para crear una sólida cultura y conocimiento en la necesidad de vivir en equilibrio ambiental, bajo principios ecológicos, cuidado y mantenimiento de las áreas verde, en su más amplio concepto (ornamental-frutal) con sus faunas silvestre.

Sin la presencia del pueblo organizado y de se corre el riesgo, que la excepcional política de siembra arbórea, impulsada por las Alcaldías, los Estados, pasado algunos años, no muy lejanos, se pierda en la nada, al no tener el soporte, el cariño y el indispensable protagonismo de todos los integrantes de la comunidad, que es el verdadero sujeto de la arborización de la ciudad, de su mantenimiento y cuido.

La comunidad requiere, por urgente, que los gobiernos municipales, la gobernaciones y el Ministerio de Ecosocialismo -sin exclusiones- emprendan inmediatamente la arborización de las ciudades, con previsión, soporte presupuestario, de carácter obligatorio, establecido en una vinculante Ordenanza que tenga previsto gastos para la siembra, cuido, mantenimiento e infraestructura requerida (camiones cisterna para riego en época de sequía, equipos y personal, vivero de reproducción, abonos, centro de selección y conservación de semillas, etcétera)

LOS ÁRBOLES son productores de comida, abrigo, vivienda, ornato, sombra y oxígeno entro otros beneficios, son sostén de la fauna y principalmente de las aves, asiento de su reproducción y hogar junto a otras especies de animales. Sembrar árboles es sembrar agua y vida.

Hay que establecer el respeto a la naturaleza de forma inmediata. Se debe paralizar la TALA Y LA POLÍTICA DE CUBRIR EL SUELO CON CEMENTO, por ser desquiciada e irracional como actuación de ornato público. Ello ocurre en muchos municipios, con el agravante que se financia la TALA Y DEFORESTACIÓN con el ERARIO PÚBLICO, el cual pertenece a todo un pueblo, al que se le agrede su ambiente y natura, en una labor destructora, ecocida y criminal, a los ojos de todo el pueblo. Hechos violatorios del ordenamiento jurídico nacional, de los principios y normas ecosocialistas. El orden legal no puede ser letra muerta, ni la filosofía ambiental un espacio para campaña publicitaria, ni parte de un discurso electoral.

LA ARBORIZACIÓN DE LAS CIUDADES es un asunto de todos, es un asunto de interés nacional, no puede ser a la medida de los criterios excluyentes de gobiernos locales, y mucho menos, sin la participación del pueblo organizado. No es una mano salvadora, no es labor de Superman, la arborización de las ciudades, debe ser parte del ejercicio protagónico y participativo de todo el pueblo en el ejercicio de las normas constitucionales y legales, por el derecho de vivir en una ciudad armónicamente humana que valorice, aprecie en su justo valor la preservación del planeta, las fuentes de agua, la cubierta vegetal, el abrigo y alimento de la fauna y de las aves y tenga muy presente el sentido de conservación del ambiente del padre de la patria Simón Bolívar. La autonomía municipal -el capricho personal sobre embellecimiento y la estética capitalista-, el que se vea bonito, no puede transgredir normas legales y constitucionales, el proyecto país, referidos al cuido y preservación del ambiente, que equivale al cuido de la humanidad, de la tierra, de sus especies vivas.

Es hora de detener el desequilibrio ecológico, el negativo y suicida impacto ambiental, como expresión de una fanática, afiebrada política municipal de destrucción de los espacios verdes.

Es aterrador ver cómo es sustituido el suelo, su capa vegetal, por la "siembra del cemento", y la política de tala Es un "después de mí el diluvio".

Da dolor ver como las hermosas arboledas de reciente tiempo, a lo largo de avenidas, han dado paso a una irracional política de cemento, capa dura, lisa y resistente, reflejan los rayos del sol y encandilan, ciegan la vista e incrementan la temperatura y contribuye con la desertificación del planeta. Lo extremo es que una vez sustituido el suelo y talado los árboles por piso de cemento, esté, el piso, se pinta de variados colores, añadiendo mayor contaminación química al ambiente. ¡¡Terrible los efectos!! ¡¡Calor y más calor!!

La nefasta política del cemento tiene que cambiar, suprimirse de forma obligatoria, mediante normas (Ley) muy severas, de ingentes sanciones de estricto cumplimiento y vinculantes.

El gobierno debe impulsar la siembra de árboles mediante ordenanzas y vigilar su cumplimiento, es decir, las cámaras legislativas producir las normas jurídicas en tal sentido, con asignación presupuestaria, como parte obligatoria del gasto público, que garantice el financiamiento y la permanente arborización seria y verdadera. Árboles y arbustos (incluyendo frutales) en calles, avenidas y jardines donde correspondan, bajo estricto criterios ambientalistas y corresponsabilidad con la comunidad.

Es urgente no continuar cubriendo de cemento donde existe suelo y tampoco construir Islas cubiertas de cemento, en avenidas, donde existió suelo, el descaro es que en casos excepcionales, en esas islas separadoras de canales de circulación vehicular ,con el piso de cemento, hay breves y pequeños espacios interrumpidos, sembrados de nuevas matas ornamentales, apropiadas para jardines, en vez del pertinente arbusto o árboles de gran copa y de raíz profunda, que no dañan ni perjudican, productores de sombras, oxígeno y conservadores de la capa de ozono.

Se debe preservar el suelo en las islas de las avenidas, no cubrirlo de cemento, destinado para la siembra de arbustos o árboles.

La arborización de las ciudades es fundamental para detener la CRISIS CLIMÁTICA. Hay que paralizar de manera inmediata la política de cubrir los suelos de cemento. El municipio debe legislar para crear las normas ambientales que prevea la ARBORIZACIÓN, incluyendo de manera imperativa, ÁRBOLES FRUTALES en avenidas, parque, plazas, urbanizaciones y barrios, de obligatorio cumplimento en la gestión pública, con asignación presupuestaria que garantice, además, de la siembra, su cuido, mantenimiento, incorporación de la ciudadanía y educación ambiental y ecológica, con programas dirigidos a la comunidad, en todo lo relacionado con la CULTURA AMBIENTAL, mediante foros, conferencias, seminarios, talleres dónde se involucren los centros educativos, los cronistas comunales, la red de historia e instituciones y organizaciones sociales, como las comunas, consejo comunales, juntas de condominios, sindicatos, gremios, comerciantes.

La educación, la cultura y la participación, de la comunidad organizada, en el cuido, la vigilancia, es fundamental en una política de arborización, mientras no se siembre, no hay posibilidad de educar al pueblo de vivir en una sociedad ambientalmente organizada, vivible en una ciudad verde sembrada de frutas en todo espacio público, en beneficio del clima, de la comunidad y el fortalecimiento de la soberanía.

Polvorín.

Explosión de ideas insumisas

Un combate por la vida.

 

 

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