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El Bloqueo a Venezuela por las potencias europeas a inicios del siglo XX

Lunes, 29/09/2025 12:31 PM

Al comienzo del siglo XX, Venezuela fue escenario de un episodio de alta tensión internacional: el bloqueo naval de 1902 –1003, ejecutado por las potencias imperialistas europeas, principalmente por Alemania, Reino Unido e Italia, contra el gobierno del Presidente Cipriano Castro. Este acontecimiento tuvo profundo impacto en la política venezolana, en las relaciones internacionales de América Latina y la formulación de la doctrina panamericana de los Estados Unidos. El episodio no fue un simple choque militar, sin el reflejo de tenciones económicas, rivalidades imperiales y el posicionamiento estratégico de las potencias en un mundo, donde América Latina, aun aparecía como un espacio de influencia en disputa, ya que las potencias europeas buscaban mantener su dominación a través de medios económicos, y expandir sus intereses geopolíticos en la región, aprovechando la fragilidad económica y política de Venezuela.

En el contexto histórico, Venezuela en las últimas décadas del siglo XIX, atravesaba un panorama de inestabilidad política y crisis económica, tras continuas guerras civiles y una administración financiera desorganizada; el país acumuló grandes deudas externas, con bancos y compañías extrajeras, además de reclamaciones de ciudadanos europeos afectados por los conflictos internos, que demandaban desde otros países.

Cuando Cipriano Castro asumió la ´presidencia en 1899, heredó una nación debilitada, con compromisos financieros incumplidos y una reputación negativa, en los círculos diplomáticos europeos. Castro se mostró renuente a pagar las deudas heredadas, cuestionando muchas de las reclamaciones extranjeras, alegando que varias eran abusivas o fraudulentas, que en verdad lo eran. Esta postura de Castro para las potencias agresoras, era desafiante y fue interpretada como una negativa absoluta, lo que abrió la puerta a una acción coercitiva, por parte de estas potencias.

El desarrollo del Bloqueo, se lleva a efecto en diciembre de 1902, cuando buques de guerra de Alemania y Reino Unido, y posteriormente acompañados por Italia, establecieron un bloqueo naval en las costas venezolanas. El objetivo era presionar al gobierno de Cipriano Castro, para que reconociera las deudas y reclamaciones. Entre las medidas tomadas estuvieron: Bombardeos a fortificaciones costeras, como las de Puerto Cabello; confiscación de barcos venezolanos, acusados de contrabando o vinculados al Estado; paralización del comercio marítimo, afectando gravemente la economía local. La acción militar tuvo un doble carácter: por un lado, buscaba la satisfacción inmediata de las acreencias, con el gobierno, y por otro lado, pretendía enviar un mensaje a los países latinoamericanos, sobre las consecuencias de incumplir sus compromisos financieros.

La reducida Marina de Guerra venezolana, no opuso resistencia, ya que no estaba a la altura de las circunstancias. Estaba compuesta por diez buques cañoneros en su mayoría de procedencia civil, armados en servicio: Bolívar, Miranda, Monagas, Federación, Augusto, Ossum, Totumo, General Crespo, Margarita y Restaurador. A esta pequeña flota se le sumaban el transporte Zamora y el remolcador Zumbador.

Los cañoneros Totumo y General Crespo, fueron remolcados a mar abierto, por los alemanes y hundidos el 10 de diciembre; marinos armados, del acorazado británico HMS Retribution, abordan el Ossum y el Margarita, destruyéndoles las máquinas. El Capitán del crucero SMS Gazelle, Titus Türk, aborda la vieja cañonera Restaurador, en el puerto de Guanta, el 11 de diciembre de 1902; arresta a la tripulación y convierte el buque, en el SMS Restaurador, al servicio de la Marina Imperial Alemana. (Es de resaltar, que las siglas SMS significan: Seiner Majestät Schiff, en español: "Barco de Su Majestad") lo que quiere decir que el barco venezolano, denominado Restaurador, fue robado, por los ingleses y asignado al Rey de Inglaterra.

Sin flota para enfrentar a los agresores, el presidente Castro se defiende, con una brillante proclama impregnada de patriotismo, en la que resaltaba con fuerza soberana la arenga: "¡La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria!", que ha quedado grabada como proclama histórica de patriotismo, en el sentimiento del pueblo venezolano.

Ante esta situación, Castro ordena la preparación general del ejército, para responder a la desigual confrontación y ensancha su plataforma política, mediante un oportuno acercamiento a su principal opositor el "Mocho" Hernández y a su Partido Liberal Nacionalista. En las principales ciudades del país se producen ruidosas manifestaciones de apoyo al Presidente Castro, en lo que se considera como una importante evidencia de nacionalismo antiimperialista. Incluso pacifistas como el Doctor José Gregorio Hernández, se enrolan como voluntarios patriotas, en la defensa de la Soberanía Nacional.

Entre los días 12, 13 y siguientes, el crucero protegido inglés de clase Astrea HMS Charybdis y el crucero alemán SMS Vineta, bombardearon con extrema precisión el Castillo Libertador y el Fortín Solano de Puerto Cabello, destruyendo sus cañones. Pocos días después, a la escuadra anglo-germana se unieron tres buques de la armada italiana, para servir a la expedición en tareas de acompañamiento logístico. El crucero italiano Elba, fue el primero en llegar en frente de la costa de La Guaira el 16 de diciembre y el día siguiente llegaron, el crucero armado Giovanni Bausan y el crucero acorazado Carlo Alberto. Italia fue encargada del bloqueo del puerto de Vela de Coro (Estado de Falcón). También se unieron al bloqueo buques de Holanda, Bélgica y España, en total, se unieron seis países europeos en contra de Venezuela.

Durante el bloqueo y en los meses siguientes, un movimiento popular de respaldo a Cipriano Castro se hizo sentir en Latinoamérica, pero solo un Gobierno protesta de manera expresa ante lo acontecido: la República Argentina, por intermedio de su canciller, Luis María Drago, expide el 29 de diciembre de 1902, un documento doctrinal sobre la ilegalidad del cobro violento de una deuda, ejercido por grandes potencias en detrimento de Estados pequeños, en su punto final se lee "En una palabra, el principio que quisiera ver reconocido es el de que la deuda pública no puede dar lugar a la intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones americanas por una potencia europea".

El sábado 17 de enero de 1903, el cañonero SMS Panther apoyado por el crucero ligero SMS Falke, ambos de la marina imperial alemana, persiguen a una goleta mercante, que había burlado el bloqueo e intenta pasar por la barra del Lago de Maracaibo, desprovista de balizaje ya que los venezolanos habían retirado las boyas del canal de navegación. El capitán del Panther, al no conocer la batimetría de aguas del sitio, encalló el buque, cerca del castillo de San Carlos de la Barra, quedando a tiro de los cañones de la fortaleza zuliana. De inmediato empezó un duelo de artillería entre las baterías del castillo y los buques invasores. Los artilleros venezolanos Manuel Quevedo y Carlos José Cárdenas, con un cañón Krupp de 80 mm, (que por coincidencia era de fabricación alemana) lograron hacer varios impactos en el Panther, averiándolo de consideración. En esta acción resultaron seis heridos en el Castillo San Carlos. El martes; el 20 de enero de 1903, llega procedente de Puerto Cabello, el crucero protegido, SMS Vineta, en auxilio del Panther, para realizar al día siguiente un bombardeo de ocho horas de duración, al indefenso pueblo de San Carlos, ocasionando cerca de 40 muertos. Poco después, el Panther logra salir del área.

Ante tal agresión imperial, la reacción de Cipriano Castro fue contundente al responder con su discurso nacionalista y antiimperialista, apelando al honor de la patria y denunciando la agresión, como un acto del imperialismo europeo; llama al pueblo a movilizarse en defensa patriótica y recurrió a la solidaridad continental, llamando a las demás repúblicas latinoamericanas, a no permitir la reimplantación de mecanismos coloniales en la región. Aunque el país carecía de capacidad militar para enfrentar a potencias navales europeas, la postura de Castro contribuyó a elevar el perfil de Venezuela, en la escena internacional y generó simpatías en sectores nacionalistas de América Latina.

La intervención de los Estados unidos: históricamente las intervenciones de Estados Unidos han sido tradicionalmente una constante, y en este conflicto no se hizo esperar; el conflicto se volvió más significativo porque coincidió con la consolidación de los Estados Unidos, como potencia hemisférica, bajo el gobierno de Theodore Rooseveelt. El Gobierno de Washington observó con recelo la presencia militar europea en el Caribe, un espacio considerado estratégico, tras la guerra hispano-estadounidense en 1898, en la que derrota a España en 1898, acabando de forma definitiva con su imperio, en el continente americano y adicionalmente, Estados Unidos adquirió Cuba y Puerto Rico, como trofeo de guerra, ambas islas de un gran valor económico y estratégico fundamentales para el control del mar Caribe. y con la inminente construcción del canal de Panamá.

Si bien Roosevelt no apoyaba la moratoria de los pagos de Venezuela, tampoco estaba dispuesto a permitir una intervención prolongada de las potencias europeas en el continente y se ofrece como intermediario, promoviendo una negociación diplomática, que derivó en el protocolo de Washington, el 13 febrero 1903, en el cual Venezuela se comprometió a destinar, una parte de los ingresos aduaneros para saldar sus deudas. Este desenlace reforzó la Doctrina Monroe de 1823, y preparó el terreno para el Colorario Roosevelt (1904), que legitimaba la intervención de los Estados Unidos, en países latinoamericanos, para garantizar el pago de las deudas y evitar justificaciones de las potencias europeas para intervenir directamente. D

El Bloqueo naval de 1902-1903, generó profundas huellas, en varios niveles: se reconoce históricamente que en Venezuela se consolidó por el momento, la figura de Castro como líder nacionalista; se exacerbo el sentimiento antiimperialista y de resistencia, frente a las potencias extranjeras, pero también dejó en evidencia la vulnerabilidad del país, ante la presión internacional: en América Latina, el episodio fue percibido como un intento de restauración de colonialismo; estimuló debates sobre la necesidad de modernizar las economías y fortalecer las instituciones para evitar pretextos de intervención, mientras en el plano internacional, marcó un punto de inflexión en la política exterior estadounidense, consolidando su papel de árbitro en América latina; se mostró la capacidad de las potencias europea para actuar coordinadamente, aunque también sus límites, frente a la creciente influencia de Estados Unidos, en el hemisferio. La acción de las potencias europeas impulsó la Doctrina Drago, impulsada por Argentina, que estableció la prohibición del uso de la fuerza para cobrar deudas de naciones soberanas.

La Doctrina Drago es un principio del Derecho Internacional público, propuesto por el argentino Luis María Drago, abogado y político argentino, (Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina), que establece que ningún país puede utilizar la fuerza militar para hacer efectivo el cobro de deudas a otro estado americano. Esta doctrina, es la respuesta a las intervenciones europeas por deudas de Venezuela, que fue consagrada en la Convención Drago-Porter de 1907, en La Haya, que es el tratado internacional que formalizó la prohibición del uso de la fuerza para cobrar deudas contractuales entre potencias europeas, contra estados latinoamericanos. La versión de la convención incluyó una modificación, propuesta por el diplomático estadounidense Horace Porter, de ahí el nombre de "Drago-Porter".

El resumen, el bloqueo naval a Venezuela de 1902-1903, no fue solo un episodio local, sino un acontecimiento de trascendencia continental y mundial; fue una manifestación visible de un choque de intereses entre un Estado latinoamericano empobrecido, las ambiciones imperiales europeas y el ascenso de los Estados Unidos, como potencia hegemónica en el Caribe; el bloqueo puso de relieve la relación asimétrica, entre naciones deudoras y acreedoras, y dio origen a una nueva etapa en las relaciones internacionales del continente, marcadas por la "protección" estadounidense, bajo la doctrina Monroe y su colorario intervencionista. En este sentido, el bloqueo a Venezuela simboliza el tránsito de América Latina, de la esfera de influencia europea, a la órbita geopolítica de Estados Unidos, un cambio que definiría gran parte de la política del Siglo XX, y las intromisiones en el continente del imperialismo yanqui.

 

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