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Los principios generales de la agroecología

Domingo, 21/09/2025 12:15 PM

La agroecología se ha consolidado como un enfoque científico, social y político, que busca transformar los sistemas agrícolas, hacia modelos más sostenibles, resilientes y equitativos. Nace como respuesta a las limitaciones de la agro-industria, impulsada por método capitalista llamado "Revolución Verde", que ha generado dependencia de insumos externos, degradación de los ecosistemas y pérdida de soberanía alimentaria. Los principios de la agroecología, formulados a partir de los aportes de investigadores como Miguel Altieri, profesor de Agroecología en la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) y Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), y Stephen Gliessman, también profesor de Agroecología, en el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Santa Cruz (California), constituyen las bases para entender cómo interactúan los procesos ecológicos, sociales, culturales y económicos con la aplicación del enfoque agroecológico. Estos principios permiten no solo producir alimentos sanos, sino también regenerar los territorios y fortalecer el tejido social.

Revisemos los principios ecológicos por los que este enfoque, garantiza, fortalece y protege la producción de alimentos a través de la agricultura, como metodología alterna al sistema agrícola tradicional, ya que puntualizan el funcionamiento de los ecosistemas, incluyendo la interdependencia de los organismos, la importancia de la biodiversidad y la multiplicidad de especies para la estabilidad ambiental; la necesidad de adaptación y el uso sostenible de recursos no renovables, a través del flujo de energía, proceso mediante el cual la energía se transfiere a través de un sistema técnico, que toma en cuenta los ciclos, en que los procesos naturales, esenciales para la vida, se mueven continuamente entre la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera y la biosfera, que incluyen procesos como la fotosíntesis, la respiración y la descomposición, garantizando la conservación y el uso de los elementos químicos naturales en los ecosistemas, que posibilitan la existencia de la vida en la Tierra.

Estos principios se aplican tanto a la comprensión de la naturaleza, como a la toma de decisiones éticas y políticas, para un desarrollo sostenible, como se refleja en el principio de precaución y la valoración de los servicios ecosistémicos, a enumerar: 1) la diversificación, que permite promover la inclusión de diferentes especies vegetales y animales, en los sistemas productivos (policultivos, agroforestería, rotación de cultivos). Esta diversidad asegura la estabilidad ecológica y reduce la dependencia de agroquímicos; 2) el reciclaje de nutrientes y biomasa: que busca reproducir los ciclos naturales, devolviendo al suelo los residuos orgánicos y evitando pérdidas de nutrientes, aplicando la utilización de el compostaje y el uso de abonos verdes, entre algunos de los ejemplos prácticos; 3) optimización del uso de recursos locales: la agroecología prioriza los recursos presentes en la unidad de producción (agua de lluvia, semillas nativas, estiércol animal), reduciendo los costos de producción y la dependencia externa; 4) la regulación biológica: se realiza mediante aplicación equilibrada en el manejo de la biodiversidad, favoreciendo el control natural de plagas y enfermedades, disminuyendo la necesidad de aplicar pesticidas sintéticos y 5) la conservación de suelos y agua: manteniendo la fertilidad del suelo mediante técnicas como terrazas, cobertura vegetal y labranza mínima, junto con la gestión eficiente del agua.

Los principios socioculturales de la agroecología incluyen: dignidad, equidad e inclusión, se priorizan los valores humanos, las necesidades de los productores y consumidores, y se promueve la igualdad de género, así como la participación equitativa de hombres y mujeres en la toma de decisiones); la agroecología promueve relaciones más justas en las cadenas de valor, fomentando la participación de pequeños productores, mujeres y comunidades indígenas; justicia social y medios de vida sostenibles: se orienta en mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales, garantizando precios justos para los productores y fortaleciendo su autonomía; cultura y conocimiento local: se valoran y se integran los saberes tradicionales y las prácticas culturales de las comunidades, así como las dietas saludables y culturalmente apropiadas; participación comunitaria y resiliencia: se fomenta la organización y colaboración de las comunidades, fortaleciendo su capacidad de adaptarse y recuperarse de situaciones críticas y eventos climáticos extremos.

Los principios económicos se centran en la sostenibilidad a largo plazo: procuran la viabilidad económica a futuro, pensando en los beneficios a largo plazo y en la capacidad de mantener la productividad sin dañar el ecosistema destacándose los siguientes principios como: la diversificación de la producción y los ingresos, fomentando la diversificación de cultivos y la integración de actividades agrícolas, ganaderas y forestales para aumentar la independencia financiera y la resiliencia económica; la reducción de la dependencia de insumos externos, ya que al disminuir la necesidad de comprar insumos como fertilizantes y pesticidas, se reduce la vulnerabilidad económica de los productores y los costos de producción; las cadenas de suministro cortas y mercados locales: se adopta acortar las cadenas alimentarias, eliminando intermediarios, para aumentar los ingresos de los agricultores y ofrecer precios justos para los consumidores, integrando la economía solidaria, priorizando la producción de alimentos para las comunidades locales, fortaleciendo la autonomía de los pueblos, incentivando mercados alternativos, como ferias campesinas, trueque y cooperativas, que promueven precios justos y cercanía entre productor y consumidor; aplicación del valor agregado: se apliacan estrategias que permiten a los pequeños agricultores, agregar valor a sus productos, mejorando sus oportunidades económicas y su competitividad.

Los principios éticos y de acción para la ecología, como: el principio de precaución, ante la posibilidad de un daño ambiental grave, se deben tomar medidas de prevención, incluso si no existe una certeza científica completa, mientras que el principio de sostenibilidad, se enfoca en satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las venideras generaciones para satisfacer sus propias necesidades

La valoración de los servicios ecosistémicos: es la acción de reconocer el valor económico y social de los servicios que la naturaleza provee, como el aire limpio y el agua, e integrarlos en la toma de decisiones; una acción clave en la ecología, desde la perspectiva social es, que busca disminuir el consumo, reutilizar materiales y reciclar residuos, para reducir el impacto ambiental; proteger la biodiversidad, ya que la variedad de especies y ecosistemas, es vital para la supervivencia y el funcionamiento saludable de los sistemas naturales, entendiendo que los recursos naturales son limitados y su uso debe ser responsable y sostenible, para evitar su agotamiento y proteger el medio ambiente; de igual manera, comprender que los organismos micros y macros, que conforman la biodiversidad, están interconectados con el medio ambiente y dependen unos de otros, para sobrevivir, con capacidad de adaptarse a los cambios constantes en su entorno, para asegurar su supervivencia.

Finalmente debemos entender, que la agroecología no es únicamente una técnica de producción, sino una visión integral que busca restablecer la armonía entre la sociedad y la naturaleza. Sus principios ofrecen lineamientos prácticos, para transitar hacia sistemas alimentarios sostenibles, respetuosos con la biodiversidad y con las culturas locales. Es por eso, que en un contexto de crisis climática, o cuando se manifiesta la pérdida de biodiversidad y desigualdades socioeconómicas, la agroecología se convierte en una alternativa viable y necesaria para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de los pueblos, por lo el enfoque de la agroecología, se convierte en un enfoque político, porque enfrenta desafíos y busca transformar las estructuras de poder existentes, en los sistemas agroalimentarios, proponiendo una transición hacia la soberanía alimentaria, la justicia social y ambiental, y la gobernanza democrática de los sistemas alimentarios, es decir, coloca a los pueblos en el centro de las decisiones y no a las grandes corporaciones agroindustriales o decisiones estrictamente emanadas del Estado, sin una la consulta consensuada con los sujetos protagónicos de la producción agraria.

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