Más de 160 artículos de opinión publicados en las Redes Sociales en defensa de la Revolución Bolivariana, del propio Gobierno y de nuestros líderes, nos facultan para hacer un llamado de atención en estos momentos difíciles que vive La Patria, ante las agresiones y amenazas del imperio en contra de nuestro país.
Sumado a ello hay que tomar también en cuenta las narrativas mediáticas, los 'falsos positivos', los 'fake news' que otros países de Occidente, aliados a EEUU, utilizan para atacar a nuestra nación.
Si bien el Gobierno de EEUU, con el presidente Donald Trump a la cabeza, viene arreciando cada vez más sus políticas coercitivas en perjuicio de la nación venezolana y del propio presidente Nicolás Maduro, no es menos cierto que existen reglas diplomáticas que nos llaman a la reflexión y que nos orientan en no caer en el mismo tono agresivo, ofensivo y descalificador, que el propio Trump alienta en contra de nuestras autoridades.
A propósito, esperamos que está nueva entrega no vaya a ser tomada en cuenta para decir que estamos asumiendo una postura de cobarde, pues si nos toca agarrar un fusil para defender la Patria, a mis 71 años, estamos dispuesto hacerlo.
Simplemente deseamos evitar que nuestra nacion sea sometida a un baño de sangre innecesariamente, pues la guerra que se gana, hay un decir, es la que se evita.
No podemos olvidar que Estados Unidos siempre ha hecho uso de la supremacía militar para satisfacer sus caprichos, por ello intimida e invade a las naciones que considera hostiles, incómodas, como es el caso de Venezuela, solo porque asumió un gobierno popular de corte socialista y se declaró libre, soberana e independiente.
La invasión reciente cumplida por EEUU en contra de Irán nos demuestra que esa práctica guerrera siempre está latente a ser usada por los estadounidenses en contra de los países vulnerables que no cuentan con poderío bélico. Por ello nuestra reflexión.
Un proverbio bíblico dice: "La mansa repuesta quita el enojo". Este mensaje habla de diplomacia, más no de rendición. Habla de dar repuestas oportunas y no provocadoras, que invita a apagar el fuego con agua y no con gasolina.
Por ello estimamos que es necesario que nuestros gobernantes están llamados a bajar el tono ofensivo y retador, más no el derecho a la defensa, pues caer en el terreno del "brabucón", es como querer tomar el perro bravo por las orejas, según destaca otro proverbio bíblico.
Retar al presidente Trump para recibirlo como se merece, con un pueblo armado, alienta más al enemigo que cuenta con buenos pertrechos, y es de armas a tomar, como siempre lo ha ha venido demostrando.
Si Trump ordena invadir nos pudiera llevar al país a sufrir una calamitosa situación, por demás dolorosa, que muchos no desearíamos.
No podemos olvidar el triste episodio de cuando EEUU invadió también a Panamá para derrocar al Gral. Manuel Antonio Noriega, que fue capturado por los marines estadounidenses, y luego lo encarcelaron, hasta su muerte.
El diálogo siempre ha sido una bandera que el presidente Maduro ha venido enarbolando a lo largo de su gestión para evitar recrudecer las diferencias, por ello no debería, quizás por el dolor y el apasionamiento, apartarse de esta regla diplomática que siempre debe prevalecer cuando no se desea llegar a la confrontación y mantener la paz.
Es tiempo de enmendar errores y de sentarse a dialogar.
Otros flagelos que ponen en riesgo la sobrevivencia del Estado socialista venezolano es la alta corrupción y el propio nepotismo.
A lo largo del tiempo, estos males rondan lo interno del proceso revolucionario, que en el caso del primero de ellos ha sido enfrentado con sutileza y poca efectividad.
En ciertas situaciones, cuando ya no se tiene remedio, para enfrentar la corrupción se ha actuado con diligencia, pero casi siempre el mal se consolida antes en perjuicio del erario público nacional.
Singapur es todo un ejemplo de como esa nación acabó con la corrupción. Valdría la pena estudiar la historia de este país asiático, que nos serviría de orientación para acabar con este flagelo que tanto daño viene ocasionando le al país.
El nepotismo y el compadrazgo también son otro cáncer que poco a poco se ha ido extendiendo en la Revolución. Esto ha hecho que otros líderes que merecen ser tomados en cuenta estén relegados solo impulsando a otros miembros de la revolucion carentes de cualidades y de principios que impulsen los valores bolivarianos.
Retomando la idea central de esta nueva entrega, hay que persistir, de buena manera y con diplomacia, en convocar al presidente Trump para que suscriba un acuerdo de entendimiento que permita limar las tensiones entre ambos paises.
Es preciso lograr nuevos convenios que favorezcan, en igualdad de condiciones y respeto, tanto a Venezuela como a los EEUU, sobre todo en materia petrolera, como ocurría en el pasado.
Venezuela siempre ha sido un aliado cercano al pueblo estadounidense, por ello nuestro país no está negado a que esa vieja política se retome, sin perjuicio para nadie.
A Trump hay que hacerle entender que está siendo mal asesorado, que son más las cosas que nos unen a EEUU, que aquellas que nos separan, y que ha venido siendo utilizado, con falsas narrativas por voceros de la extrema derecha venezolana para profundizar una separación con el gobierno bolivariano, todo con el claro interés de recuperar el poder y llegar a Miraflores.
Sería interesante para nuestro país ver que Trump y Maduro se estrechen las manos, tal como lo ha hecho el jefe de Estado venezolano con sus homólogos de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi ji ping, respectivamente.