Una buena educación evita decir bravuconadas y locuras

Domingo, 13/07/2025 12:10 PM

Apenas una fina línea diferencia a maduro de maría machado. Una y otro son comunes en compartir que el país les importa pero para poner el énfasis en el disfrute enfermiso del poder, hay allí una mala educación política y las consecuencias la sufre es el pais. De ahí que, les tiene sin cuidado expresarse con bravuconadas irresponsables como la hecho por maduro recientemente al ordenar desarrollar armamento misilístico, mientras que su preocupación debería ocuparse es de desarrollar la salud, la educación y la economía. Del otro lado, y con poca salud mental, fue la desgraciada solicitud que hiciera la esquizofrénica machado a trump, para que apriete el gatillo nuclear contra Venezuela. Lo cierto es que los venezolanos estamos presos de dos bandas alienadas del pueblo.

Es incontestable que el país está enfermo, porque estas dos fracciones lo mantienen sometido a este sistema de explotación y empobrecimiento, al mismo tiempo que envuelto en las contradicciones intercapitalistas. Todo lo cual ha cobrado un pesado precio en destrucción nacional. Se acentúa entonces que el mayor requerimiento, es una cura radical, que retome la transición socialista y la resurrección de la democracia participativa y protagónica. Porque para repetirlo en otras palabras, lo que tiene a Venezuela enferma es seguir conectada al sistema internacional del capital, condenada a ser una nación suministradora de materia prima y cargar con la condición de país subdesarrollado y dependiente.

Por lo tanto, Venezuela no quiere guerra ni necesita de ninguna guerra, de persecuciones políticas, tampoco sabotajes terroristas de la oposición de derecha, asimismo rechaza contundenremente las sanciones imperialistas. Por el contrario, lo que requiere es que se le convoque al trabajo libre y creador; lo que más demanda es un desarrollo con paz social y estabilidad económica, administrada por las clases trabajadoras mismas, mediante instituciones que funcionen con lógicas comunales, espacios donde la gente tome decisiones sin obstrucciones burocráticas, sólo mediante el uso de la ciencia de la planificación, que proporcione la debida claridad sobre lo que se debe producir, cómo producirlo, y de qué manera distribuirlo equitativamente, para que cumpla con el principio de: "a cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades" . Y que todo prospere en una atmósfera de realizaciones individuales y colectivas, de paz y libertad. Esa utopía la puede hoy cristalizar el pueblo venezolano.

Tal actitud, de aparente pasividad del pueblo venezolano hoy, que algunos no saben interpretar correctamente, significa una voluntad colectiva de transformación que no cualquiera está en condiciones de liderar. Se necesita una dirección política colectiva que emerja del propio desarrollo histórico de la nación venezolana. Por eso, insistimos que la forma más adecuada para integrar ese espiritu que insurge de nuestra venezolanidad, no puede ser otro que una Junta Patriótica de Salvación.

Lo que Venezuela necesita es llevar a cabo, con urgencia, un ataque pero al núcleo del modelo de producción capitalista explotador y al mal gobierno, que lo único que producen es pobreza y desigualdad. Lo que el pueblo venezolano quiere es desarrollar "misiles" hipersónicos en salud y educación pública de altísima potencia y calidad que destruyan las causas que generan ruina y el ocaso del bienestar colectivo. Este tipo de armamento sí lo necesita la sociedad y tiene el talento y las condiciones de comenzarlos a construir desde ahora mismo.

Pero, el pueblo venezolano necesita que sus clases trabajadoras perciban salarios indexados a la canasta básica. Le urge recuperar su industria petrolera esquilmada por la corrupción, y que sus rentas estén bajo el control de un nuevo estado comunal, para reinvertirlas en el desarrollo de la agricultura y la ganadería, en la salud y la educación pública, en ciencia, tecnologia y en el bienestar general de su legítiimo dueño, el pueblo venezolano.

Además, es un clamor general, que se libere a todos los presos políticos y se suspenda todo tipo de persecución por pensar distinto, asimismo rescatar a los venezolanos secuestrados por el delincuente bukele.

Sin embargo, para lograr estas exigencias, es necesario que políticos dañinos como los maduristas y mariacorinistas paren de destrozar el país y salgan del poder para que no sigan poniendo en peligro la vida de todos los venezolanos.

Porque de la resistencia indígena a Bolívar, pasando por Zamora hasta llegar a Chávez se ha comprobado que sólo el pueblo en armas y en revolución, transformado en una República de productores libremente asociados que produzca los bienes y servicios para satisfacer las necesidades del estómago y del espíritu, puede ser capaz de defenderse de los peligros de cualquier agresión y construir un futuro de bienestar y paz.

Hay signos abundantes de descontento. Sin embargo, el sentimiento de desilución que ya es nacional pero todavía disperso y que aun no se junta, para que pueda reavivarse patrióticamente, ha de alcanzar organicidad y articularse como una fuerza material social, haciéndose preciso superar cualquiera de los obstáculos para despejar el camino hacia una causa común, una Junta Patriótica de Salvación, unificadora de fuerzas populares transformadoras que se vayan educando en la dirección científica de la sociedad, con una disciplina conciente y guiadas por un programa correcto, porque asi es que se podrá defender y liberar a Venezuela de cualquier tipo de guerra de las potencias capitalistas que hoy luchan entre ellas por el reparto del mundo.

La tarea estratégica hoy del movimiento popular revolucionario en la situación actual de Venezuela, no es otra sino la unidad del pueblo trabajador en torno a un esfuerzo cooperativo auténtico, en una Junta Patriótica de Salvación que conserve la fuerza y la tolerancia necesaria para recomenzar desde cero a realizar la tarea de redimir al pueblo venezolano. Es la única garantía para consumar esa empresa de alcance histórico como la edificación de una Venezuela con nuevas relaciones sociales de paz con justicia y libertad.

¡ Construyamos entonces entre todas y todos la Junta Patriótica de Salvación !

¡ Retomemos el Plan de la Patria 2013 - 2019, único programa de paz !

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