La política de la región se juega en más de un tablero

En el debate para destrabar la crisis en Venezuela, Estados Unidos tiene la capacidad de disponer de su propia agenda, independientemente de lo que puedan pensar los otros gobiernos.

La reciente Conferencia internacional sobre la democracia en Venezuela que se realizó en Lima el 6 de agosto con la presencia de unos 60 países dejó a la vista que más que un tablero de ajedrez donde se mueven fichas, hay un Gran Maestro, que es Estados Unidos, que juega partidas simultáneas en numerosos tableros contra varios jugadores. En los tableros sobre las mesas de Lima había diferentes posturas sobre la solución a la crisis venezolana, como bien explicitó el canciller peruano Néstor Popolizio. La idea de la convocatoria era debatir para ver si se logra destrabar lo que parece un crisis sin salida, incluyendo la negociación entre el gobierno y la oposición.

Sin embargo, la Casa Blanca tiene la capacidad de disponer de su propia agenda, independientemente de lo que puedan pensar los otros gobiernos, incluso los que mantienen un alto grado de afinidad con Washington. Es así como EE.UU. envió tres representantes de primer nivel y gran peso político a la conferencia: el secretario de comercio Willbur Ross, el asesor de seguridad nacional John Bolton y Elliott Abrams, responsable especial de la política hacia Venezuela.

Mientras Abrams reiteraba que “todas las opciones están sobre la mesa” en clara alusión a una posible intervención militar, Willbur Ross delineó el “día después” de la salida de Maduro en un lenguaje similar al que se utilizó en 2003, cuando se explicaba con lujo de detalles la reconstrucción de Iraq, incluso antes de la invasión que derrocó a Saddam Hussein. Ross dijo en Lima que ya se había diseñado un plan a corto, mediano y largo plazo, además de enunciar fases para la “reconstrucción” de Venezuela en todos los aspectos de la economía, incluido el arreglo del lago de Maracaibo —rico en petróleo— o la rehabilitación de carreteras y puentes.

El discurso de Bolton excedió el marco de Venezuela y advirtió de la presencia de factores externos al “hemisferio” como Rusia y China en sintonía con la resucitada “Doctrina Monroe” que rezaba “América para los americanos”, porque exhortó a que las tropas rusas se retiren de inmediato de Venezuela y aseguro que Estados Unidos tiene “el imperativo moral de defender a nuestros vecinos frente a amenazas, ya sean internas o externas, que socaven la paz, la seguridad y la prosperidad”. Bolton reivindicó la inmovilización de los activos venezolanos, la primera en 30 años en este hemisferio según sus propias palabras, medida que provocó que el gobierno de Nicolás Maduro se retirara del tablero de negociaciones en curso con la oposición en Barbados, respuesta que muy posiblemente buscara la Casa Blanca al realizar el primer movimiento.

Estados Unidos, como un Gran Maestro, tiene la capacidad de jugar en varios tableros; pero como en la simultáneas, algunos adversarios se resisten, no abandonan, e incluso le ganan al más poderoso.

Tomado de: El Destape Web



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