21-06-22.-Trabajadores repartidores pertenecientes a la empresa Yummy, que en su amplia mayoría son jóvenes, protestaron este viernes en Caracas, denunciando que las tarifas que cobraban por traslado fueron drásticamente reducidas. Además denuncian la inseguridad con que trabajan sin ninguna cobertura de seguridad social.
En distintos lugares los trabajadores precarizados protestaron. Uno de los lugares fue frente al Cubo Negro, donde se ubican las oficinas de Yummy Delivery. Mientras que en el "refugio" de los trabajadores motorizados de Los Ruices, se concentró un importante número de repartidores.
Ellos denuncian como, además de toda la inseguridad social y laboral en que trabajan, la empresa les reducen las tarifas con las que trabajan, aumentando la superexplotación. Así uno de los trabajadores explicó que hasta hace un par de meses, cobraban 75 % de lo acumulado en las carreras cubiertas y fue disminuido a 70 %, es decir, 5 % menos. “Antes, la carrera mínima dejaba ganancia de 2,25 dólares y ahora son 2. El porcentaje del kilómetro es menor, las carreras son muy, muy baratas. ¡Se pasan!”, detalló.
En lo que va de semana, los trabajadores repartidores protestaron en otras dos ocasiones más para denunciar esta situación de precariedad y reducción de las tarifas. A la que se suma el nivel de inseguridad laboral denuncian la alta precariedad donde todos los riesgos por razones de trabajo como accidentes, gastos directos corren por su cuenta.
Por su parte, la empresa viene haciendo oídos sordos a los reclamos de los trabajadores repartidores. Por su parte, trabajadores aseguraron que realizarán todas las medidas legales para hacer valer sus derechos, y continuar manifestándose en la calle.
La protesta de los repartidores de Yummy es una expresión de la realidad laboral de gran parte de la juventud venezolana, que acompaña la catástrofe económica y social a la cual ha condenado a la clase trabajadora la brutal crisis del capitalismo venezolano en manos del gobierno de Maduro. En medio de una destrucción inédita del salario y una pérdida como nunca de las conquistas laborales, a la juventud se le presentan como opción trabajos en los que no tiene acceso formalmente a ningún derecho económico, social o de organización que debiera corresponderle.
De hecho, en algunos casos, como es justamente el de los delivery, ni siquiera se les reconoce la relación laboral como tal, no se les reconoce la labor dependencia, sino que se los trata como si fuera una relación mercantil entre dos entidades (el trabajador y la empresa). Lo que se llama, en términos de la legalidad venezolana, simulación o fraude laboral.
