Los trabajadores activos, jubilados y pensionados del Metro de Caracas tenemos vencido la convención colectiva desde el año pasado, y por lo tanto los aumentos salariales por esta vía, también tienen el mismo atraso. Eso ha hecho, aunado, a la súper inflación que atraviesa el país, ha hecho que la situación económica de los trabajadores sea bastante crítica, más aun los jubilados que somos los más desfavorecidos desde el punto de vista económico en el momento en que se asignan los incrementos salariales. El sólo hecho de que el sector al que pertenecemos se le discrimine con el 80% del último salario devengado, o que a cualquier aumento contractual o por decreto se le descuente el 20%, es un imperdonable gesto de injusticia. Con todo respeto señor presidente, usted que se jacta de ser el presidente obrero, esta cláusula no ha cambiado desde que usted era sindicalista en el metro, ósea hace más de 20 años, y tenemos un sindicato que se dice ser socialista, a los cuales le hacemos un llamado para que aclaren lo concerniente a las gestiones que se deberían estar realizando a nivel presidencial, y en consecuencia informar oportunamente a los trabajadores sobre las expectativas al respecto. Igualmente, es necesario que como representantes de la masa laboral, propongan o diseñen la estrategia que se implementaría como paliativo a la actual situación, en el supuesto de que el contrato se mantenga congelado en el despacho presidencial.
Uno no entiende, si tenemos un presidente que procedente de la masa trabajadora del Metro, un ministro del trabajo que viene del Metro, un presidente del sindicato que se dice ser socialista, que tan solo una llamada puede hablar con el presidente de la Republica, y exponer la criticidad económica en la familia metro para la aprobación de la convención colectiva, cuando el mismo presidente, el primero de mayo dio intrusiones para firmar todas las convenciones colectivas pendiente.
El presidente de la republica sabe lo difícil que era aprobar un contrato colectivo en aquellos tiempo, teníamos que ir a paros, área por área para luego ir al paro definitivo del metro, ser perseguidos por la policía Metropolitana, por la Disip, para que por fin la empresa se sentara a discutir clausula por clausula, delante de los trabajadores, hacer presión por aquí por allá hasta que por fin se aprobara el contrato. Y ahora que debería ser más fácil, tenemos esta incertidumbre donde nadie sabe nada y el paréntesis silencioso de los representantes sindicales en todos estos largos días, lo que ha hecho es aumentar el estado de crispación, instalándose la impotencia y la angustia en el ánimo de los trabajadores.
Es necesaria la participación de todos, haciendo un llamado a la conciencia y al concepto de sobrevivencia de nuestros compañeros activos y no activos, para que se incorporen a esta iniciativa de solicitar respuestas a lo ocurrido con nuestro contrato. Se trata en primer lugar de garantizar nuestra alimentación y la de la familia. Con este sueldo increíblemente famélico que devengamos, ya se hace cuesta arriba comprar alimentos con estos precios dolarizados, y escandalosamente abultados por "los bachaqueros".
Este escrito no es un petitorio subversivo, si alguien lo quiere ver así. Éste es un llamado desesperado que no tiene nada que ver con política, y sí mucho con el problema humanitario que padecemos los venezolanos, y sobre todo los jubilados y pensionados, que irresponsablemente hemos sido desplazados e ignorados, luego de haber dedicado buena parte de nuestros esfuerzos, para contribuir al desarrollo y evolución de la empresa más exitosa en materia de transporte masivo de Venezuela.
Señor presidente, en estos momentos que el país está presentando una crisis, política económica y de orden social, cosa como la que se está presentando con el contrato del metro, no lo ayuda para nada, solo las agrava, y de verdad, más aun cuando se esta haciendo a una Asamblea Nacional Constituyente, con que animo un trabajador del metro en esta situación se sienta con ganas de apoyar esta iniciativa.
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