1 de Mayo: Los ex-trabajadores venezolanos en el Exterior

En días pasados me enteré en una página que recoge información y, por supuesto, calamidades de los pensionados y jubilados de Venezuela en el Exterior, que en algunas comunidades y provincias de España podrían aprobar, cumpliendo ciertos requisitos, una "pensión no contributiva" o un "salario social" o "pensión de inserción" a favor de los pensionados venezolanos que no hemos recibido nuestras pensiones desde hace ya dieciséis (16) meses. Así que me dediqué a investigar y leer la documentación contentiva de las bases legales y los requisitos para optar a dicha asistencia o beneficio y, cada línea fue, poco a poco, haciéndome tragar harina y alimentando mi indignación reactiva hasta finalizar en mi segunda crisis hipertensiva en lo que va de año.

Como yo no soy una española retornada, sino una viejecita venezolanisima por muchas generaciones; que me encuentro fuera de mi país por las razones que he publicado y descrito hasta la fatiga, deduzco luego de dicha lectura -caso de pretender obtener la citada ayuda

hasta tanto nuestro Gobierno se manifieste-, tendría yo, además de cumplir con una serie de trámites y demostraciones, que invocar condición de asilada o refugiada.

Pero bueno, la ley es la ley. Es dura, pero es la Ley, y entiendo que ningún país sea tan generoso como para subrogarse en la obligación de otro (Venezuela) y regalar pensiones, salarios sociales, etc., de oficio. Supongo que el lector estará pensando en lo generoso y dadivoso que ha sido nuestro país con otros nacionales y naciones: Cinco países le deben su libertad, y otros tantos la mejora de su economía, de su infraestructura y condiciones humanas.

Pero mi indignacion y posterior crisis hipertensiva no la causó ese texto pues si por esa ayuda es, no pienso solicitarla (antes muerta que perder la vida); ni tampoco por los tantos requisitos exigidos, pues como venezolana estoy más que familiarizada con los trámites infinitos y los respaldos portados en containers navieros (y siempre falta algún papel) durante mis 70 años de vida administrativa venezolana. No se trata tampoco de orgullo irracional. Diría que es, más bien, orgullo nacional:

En primer lugar, yo no soy refugiada. No llegue en patera desde Nigeria o Libia o Afganistán o Siria, ni tuve que saltar la valla de Melilla. Llegué libremente saliendo de un país democrático y defensor internacional de los derechos humanos; con dos maletas y en un avión de Conviasa sin que nadie me detuviera en Maiquetia, con la seguridad de que mi Gobierno socialista y humanista pagaría, como lo había venido haciendo, mi pensión de vejez, porque eso de aprovecharse de beneficios de los cuales muchos nacionales pobres no disfrutan me parece una grosería colosal.

Tampoco soy asilada, como nadie lo es y por eso también pudieron salir libremente del país. Se invoca el asilo para obtener "los papeles" más rápidamente, así como esa ayuda o pensión antes referida; aunque últimamente ya ningún país se lo está creyendo. Ni Estados Unidos, ni España ni Panamá; los favoritos para darse por perseguidos.

Salí el 20 de Enero del 2014 de mi país, la Republica Bolivariana de Venezuela, cuando aún la actual crisis económica, política, social y moral no había recrudecido. Con mis 70 años a cuestas viví muchas crisis en Venezuela: desde la dictadura de Marcos Pérez Jimenez cuando mi familia si que fue perseguida pero nunca se asilaron en ninguna parte. Mi mamá se quería ir porque uno de los días en que la Seguridad Nacional allanó nuestra casa, casi matan a mi hermana; pero mi papá no quiso salir de su país, aunque lo encanaban cada cinco minutos; y todas las crisis de la IV, pasando hasta por la de la UCV de los años 60 cuando hasta los tanques del Ejército entraron en la Ciudad Universitaria. Nunca más hubo Residencias universitarias. Crisis. Siempre crisis.

Salí de un país que continuando en crisis, puede pagar millones de $$ de deuda externa; que a través de Citgo dona 500 mil $$ para la toma de posesion del Presidente del país más poderoso y rico del mundo (yo si lo creo porque el poder es como Dios: trabaja in a very misterious way); de un país que contribuyó "significativamente" a la construcción de un aeropuerto internacional en una isla del Caribe cuyo idioma es el inglés; que no ha reformado su Constitución inspirada en la británica, y cuyo cuerpo de policía aún se identifica como "Royal Police Corp"; de un país que se jacta de tener, como en efecto tiene, las reservas de petróleo más grandes del mundo; de un país con inmensurables recursos energéticos; de un país del cual Repsol declaró el pasado 3 de Noviembre, haber obtenido un beneficio neto de 1.120 millones de euros durante los nueve primeros meses del 2016 a pesar "de los precios deprimidos del petróleo y el gas" provenientes de Venezuela, Brasil, Bolivia y Ecuador; de un país que acogió -entonces sí-, a desplazados de todas las nacionalidades a causa de guerras, guerrillas, pobreza, discriminacion y otras razones sin exigirles absolutamente nada; de un país cuya política de derechos humanos (salvo con los pensionados en el exterior) acaba de ser reconocida por la mayoría de los paises integrantes de la ONU; de un país donde las trans se están peleando por el oro y que, sin embargo, ni una explicación le ha brindado a sus pensionados en el exterior del por qué del año y cuatro meses sin pagarles su derecho humano y adquirido, causándoles daños físicos y psíquicos y perjudicando la imagen del país, cuando más se requiere reivindicar.

De un país con más recursos que muchos que si cumplen con su obligación de pagar pensiones en el extranjero: El Salvador, a través de la Superintendencia del Sistema Financiero; México; Ecuador, con un mínimo de $800 + 100 por cada dependiente, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana (bonito nombre); Bolivia que, al igual que Venezuela tiene suscrito desde 2011 un Convenio Internacional con España; Argentina, etc., etc. y otros países... y todos los países que honran este derecho fundamental.

Por las anteriores razones ni quiero, ni puedo ni solicitaré esa ayuda. Entiendo que los españoles retornados lo hagan. Al fin y al cabo es su país de origen y una verdadera dictadura y guerra los hizo emigrar. De más estaría no reconocer y agradecer públicamente a las autoridades españolas y a las personas que tomaron esta iniciativa. Pero qué vergüenza!

Prefiero confiar en las declaraciones del Embajador Mario Isea del día 20 de Abril: el Gobierno está estudiando una forma de pago y podemos mantener la tranquilidad. Bueno, digamos que sobrevivir sin dinero por más de un año no me ha mantenido muy tranquila y mucho menos pensar cuánto tiempo más se alargará esta inopia. Espero que nuestros sesudos economistas apremien esa fórmula de pago porque a estas edades y sin poder comprar muchos caros medicamentos, ya estamos anotados en la agenda de Atropos.

Así que, Nicolás: esperemos que entre los importantes anuncios del 1o. de Mayo que harás para los trabajadores, no olvides a los ex-trabajadores venezolanos en el exterior, porque a mis 70 años de edad ya se lo que significa y cuánto tiempo lleva "estudiar" una decisión en nuestro país y no sabemos si nos queda mucho tiempo.

 

iraidalambert@gmail.com



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