En un entrevista publicada por el NYT el Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Elliott Abrams dijo que no apoyara nuevas elecciones en Venezuela si los candidatos son Maduro o Guaidó. El funcionario repúblicano señaló que su ellos quieren postularse, primero tendrán que abandonar sus cargos para evitar posibles diferencias sobre manipulaciones en las votaciones.
Por otro lado, Abrams también indicó que la Casa Blanca no dará su respaldo a que haya nuevas elecciones en el país suramericano si en la boleta electoral hay alguno de los dos hombres que se disputan el poder: Maduro o Guaidó. El diplomático estadounidense indicó que si ellos quieren postularse, primero tendrían que dejar el cargo para evitar que haya peleas sobre si se manipuló la votación.
Abrams anunció que Guaidó posiblemente pondrá fin a las negociaciones para el 1 de octubre con tal de prevenir que se extiendan si no hay resolución alguna.
“Queda muy claro que todavía no ha concluido que es un caso perdido”, dijo Abrams. “Puede que llegue a esa conclusión mañana”.
La Asamblea Nacional venezolana, controlada por la oposición, aprobó en enero una ley de amnistía con la expectativa de que convencería a militares leales al chavismo a desertar. Los líderes opositores aseguraron que esta no le permitiría ni a Maduro ni a sus asesores cercanos evadir posibles cargos criminales y que tampoco le daría cobijo a chavistas fieles quienes han sido acusados de abusos a los derechos humanos.
Sin embargo el discurso agresivo hacia el gobierno de Maduro se ha suavizado por Washington al ofrecer un trato diferente, donde manifestó: "No queremos procesarte y no queremos perseguirte.Queremos que dejes el poder"
“No es una persecución”, afirmó Abrams en una entrevista la tarde del martes 27 de agosto. “No estamos tras él, queremos que tenga una salida digna y que se vaya”. Agregó, como en un mensaje a Maduro: “No queremos procesarte y no queremos perseguirte. Queremos que dejes el poder”, indicó Abrams.
Este tipo de comentarios proporcionados por Abrams han sido duramente criticados por la posición de clara injerencia de los EEUU hacia los asuntos internos de otros países, donde la mayoría rechaza el constante asedio y acoso de esta nación hacia países que no siguen sus orientaciones ideológicas.