Le dispararon al corazón con un arma silenciosa

Ejército israelí mató a un menor palestino e hirió a otro en el campo de refugiados de Al Deheisha

El cuerpo de Abed al-Rahman Obeidallah de 13 años de edad,  es llevado hacia su casa en procesión fúnebre en el Campo de Refugiados de Aida

El cuerpo de Abed al-Rahman Obeidallah de 13 años de edad, es llevado hacia su casa en procesión fúnebre en el Campo de Refugiados de Aida

Credito: palestinalibre.org

23 de Julio.- Un menor palestino murió hoy por fuego israelí durante enfrentamientos entre soldados y residentes que protestaban por la incursión del Ejército israelí en el campo de refugiados de Al Deheisha, en el sur de la ciudad cisjordana de Belén, informó el Ministerio de Sanidad palestino.

El fallecido, identificado como Tha'er Mezher, de 15 años, pereció en los disturbios, donde otro adolescente palestino también resultó herido, agregaron fuentes ministeriales.

«Mi hijo fue ayer al colegio y nunca volvió». El llanto de Dalal Obeidalah es desgarrador. Su hijo Abed al-Rahman tenía 13 años. Iba a cumplir 14 el 21 de diciembre, pero no lo hará porque el lunes lo mató una bala del Ejército israelí.

Acababa de llegar de la escuela al campo de refugiados de Aida, incrustado en la ciudad palestina de Belén (Cisjordania). «Mi hijo iba con su mochila, no llevaba armas, no tiraba piedras, pero le dispararon en el corazón con una bala silenciosa», explica Dalal, de 40 años.

Abed al-Rahman entró en Aida, donde residía, por el acceso de siempre que lleva a una gran puerta coronada con una llave símbolo del retorno de los palestinos a sus tierras confiscadas en 1948, cuando se creó el Estado de Israel. La familia Obeidalah procede de Al Qabu, un pueblo cercano a Jerusalén dinamitado por Israel en 1949.

En las cercanías de Aida había disturbios entre palestinos y soldados israelís. Alguno disparó a Abdel al-Rahman en el pecho y a un compañero suyo en la pierna. El Ejército israelí comunicó ayer que la muerte del niño fue «accidental» y culpa de una bala perdida.

Abdel al-Rahman se desplomó a los pies de la llave del retorno. Los vecinos han colocado allí un pequeño olivo donde un niño colgó un cartel: «Nuestro sueño es simple y legítimo, volver a casa seguros cada día».

El cuerpo inerte de Abed al-Rahman ha recorrido este martes, a hombros de una multitud, las angostas calles de Aida en una larga procesión funeraria. Centenares de personas se despidieron de él.

«En Palestina hay cada vez más indignación, vivimos bajo una gran opresión, en un sistema de apartheid. Todo esto explotará un día», afirma Mohamed al Azza, del Centro Lajee, un espacio cultural de Aida. «Israel nos quita más tierra, pero nadie le dice nada y por eso sigue matando. Vendrán las oenegés con sus informes sobre la terrible situación, pero no cambiará nada», lamenta Al Azza.

El dolor 8 Familiares de Abdel Rahman Obeidalah lloran durante el funeral, ayer.

Asaltos a la Mezquita

Un grupo de mujeres de Beit Jala asiente. «La presión y la violencia de los colonos aumentan, hay asaltos a la mezquita de Al Aqsa (Jerusalén). No sé si esto es el principio de una tercera intifada, espero que no porque se derramará mucha sangre, pero si no hay más opción, ocurrirá», dice Um Mohamed.«Lo que veis estos días es la ira popular por la violencia de los colonos, es la reacción a la ocupación israelí. Se necesita una solución política, pero si Israel no quiere solventar la situación, el círculo de violencia continuará», recalca Isa Qaraqe, jefe de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros palestinos.

Tras el funeral, jóvenes palestinos lanzaron piedras contra los soldados israelís en una calle de Belén, donde los comercios cerraron en protesta por la muerte de Abed al-Rahman. Los militares estaban apostados a unos metros de Aida, junto al muro que levantaron en Cisjordania. Los disturbios acabaron con al menos ocho palestinos heridos por balas de goma y 30 por inhalación de gases lacrimógenos.

En Qalqilia, a medio camino entre Jerusalén y Ramala, 25 palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con las fuerzas israelís, según la Media Luna Roja. Un policía de fronteras israelí también sufrió heridas. En otros puntos de Cisjordania y en Jerusalén hubo disturbios que acabaron con heridos.

En Yatta, próxima a Hebron, colonos israelís hirieron a un niño palestino de 10 años al atacar su casa. En otras localidades cisjordanas, grupos de colonos lanzaron piedras a coches palestinos e hirieron a un hombre. Cerca de Naplusa, intentaron atacar el convoy del primer ministro palestino, Rami Hamdala.


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