Mayo 06 de 2017.- En varias partes del estado Táchira aparecieron volantes con amenazas que recuerdan al estilo que suelen utilizar los paramilitares en Colombia. Y es que pareciera que se hubieran desatado todos los demonios para acabar con la paz, uno de los bienes intangibles, pero vitales para la convivencia en cualquier país, y es que se nos olvida que una vez que se desata la violencia es bien difícil o tardaría muchos años en reencontrarla.
El estado Táchira es uno de los más afectados por la violencia y el fascismo, dado a su proximidad con el país vecino que aún no logra salir de una espiral de violencia que lleva casi 70 años y que ha logrado penetrar a través de canales de la oposición derechista del país una de las metodologías más terribles y crueles de guerra clandestina.
Por este estado andino pasa de todo, desde el contrabando de alimentos subsidiados, ganado y medicinas que van hasta allá por la frontera y la importación de estilos delincuenciales como el sicariato, el secuestro express y el paramilitarismo que hoy reina en actos que pervierten y atentan contra la paz del país.
Y lo que antes pareciera estar de manera clandestina, ahora se manifiesta de manera abierta con este tipo de volantes que pretenden intimidar a los que mantienen la cotidianidad del pueblo con la alimentación y los medios de transportación, fundamentales para la normalidad de cualquier país.
Es importante conocer y saber desde donde se originan este tipo de amenazas y parar a tiempo lo que podría iniciar otros métodos más rudos y directos.