Marea Socialista se pronuncia "Contra el Intervencionismo y por la Soberanía del Pueblo"

Recibimos en nuestra Redacción una pronunciamiento de Marea Socialista sobre las recientes declaraciones del almirante Kurt Tidd, del Comando Sur de los Estados Unidos, quien abogó ante el Senado de su país por una "respuesta a nivel regional" contra Venezuela, por considerarla un factor de desestabilización.

Marea Socialista analiza dicha amenaza en el contexto actual por el que atraviesa el país y rechaza esas declaraciones, mientras que a la vez llama a la "defensa de la soberanía popular", distinguiendo entre la defensa de un país y de un pueblo y la defensa de un gobierno que a su juicio también afecta a la soberanía con sus actuaciones políticas.

Marea Socialista emplaza tanto al Gobierno-PSUV como a la Oposición-MUD a ubicarse frente a las amenazas externas no desde sus propios intereses particulares sino desde la perspectiva del "pueblo soberano".

 

Contra el Intervencionismo y por la Soberanía del Pueblo

Marea Socialista rechaza de manera tajante las amenazas del almirante Kurt Tidd, del Comando Sur, quien aclaró que: "...la creciente crisis humanitaria en Venezuela podría acabar exigiendo una respuesta a nivel regional", lo que viniendo del máximo funcionario militar de los Estados Unidos para América Latina, tienen la connotación de un aviso de guerra. Se atreven a acusar a Venezuela de ser un factor "desestabilizador" en la región cuando es el imperialismo norteamericano el mayor factor desestabilizador de todo el planeta.


Estados Unidos actúa movido por el propósito hegemónico de frenar la creciente presencia de otros imperialismos "multipolares" emergentes que actúan en la región, que para él suponen una amenaza a sus intereses y los de sus socios europeos.

Alzamos nuestra voz con el pueblo Venezolano y denunciamos ante los pueblos del mundo el nefasto rol de gendarme mundial que los Estados Unidos pretenden continuar ejerciendo en nombre de sus intereses criminales y mezquinos. Con la solidaridad de los otros pueblos latinoamericanos y entre todos los pueblos agredidos, debemos gritarle al gobierno de los Estados Unidos que la supuesta "ayuda" de ese país, no consiste en otra cosa que la muerte, el caos y el saqueo de las naciones. ¡Fuera las manos de Estados Unidos de Venezuela y de América Latina!

La intromisión política o armada de los Estados Unidos, en cualquier parte, no contribuye a resolver ningún problema sino que, por el contrario, multiplica exponencialmente las calamidades y las desgracias de la gente, acentúa la opresión, genera las peores atrocidades y expresiones del terror; es utilizada como excusa indecente para la rapiña. Así lo demuestra su historial de invasiones y las calamidades desencadenadas en Irak, Libia, Siria..., por mencionar sólo algunas de sus últimas actuaciones.

No son los Estados Unidos quienes pueden resolver la "inestabilidad" y "crisis humanitaria" que tanto les "preocupa" en el caso de Venezuela, ni tienen derecho alguno a entrometerse en los asuntos de un Pueblo Soberano. Las claves de la solución de nuestros problemas están en el seno de los propios venezolanos y en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que nos dimos democráticamente y en revolución, siempre que nos atengamos fielmente a lo que hemos dispuesto en ella.

Estas declaraciones de Tidd, que aparecen en coincidencia con la controversial resolución aprobada por 17 delegaciones de la OEA, hacen parte del juego de "el garrote y la zanahoria", con el que los intereses capitalistas tratan de resolver los asuntos del control del poder y los negocios de los poderosos, sin contar con la verdadera participación y voluntad de los pueblos.

Sin embargo, pensamos que la defensa de la Soberanía como principio, se refiere a la Soberanía del Pueblo y no al capricho de los gobiernos o de las parcialidades políticas al margen de los ciudadanos. Defender a la nación venezolana y a su pueblo, no significa defender las actuaciones de un gobierno.

Tenemos un gobierno que vulnera la soberanía popular, que mantiene al pueblo bajo Estado de Excepción y supresión del sufragio, mientras aplica un paquete económico que descarga la crisis sobre la población y la somete a privaciones, a causa de un desfalco a la nación que no quiere afrontar y en función de dar prioridad al pago de una Deuda corrupta e ilícita, por encima de las necesidades de alimentación y medicinas.

No entendemos la Soberanía como apoyar eso. Tampoco entendemos que la defensa de la Soberanía nos obligue a apoyar a un gobierno que la pisotea entregando y depredando la zona vital del mal llamado Arco Minero del Orinoco, reprivatizando los recursos de la nación con nuevas empresas mixtas creadas con transnacionales o abriéndoles Zonas Económicas Especiales para el plan de instalar maquilas. No olvidemos que en el reparto económico mundial de hoy también China y Rusia se anotan entre las formas que asume el imperialismo. Por eso, para defender al país frente al intervencionismo, le exigimos rectificar estas políticas de entrega de la nación.

Por otra parte, el propio gobierno -la nomenclatura- lejos de apartar el peligro, pareciera azuzar el riesgo intervencionista con acciones imprudentes, sólo porque este cuadro le permite manipular para tratar de justificar su manejo autoritario y no democrático de la crisis. ¡Reclamamos más y no menos democracia para poder salir de esta situación!

En el caso de la cúpula de oposición de la MUD, siempre ha buscado recostarse en el imperialismo para disputar el poder a su servicio, y ya contaron con su apoyo para las aventuras protagonizadas en los días del golpe de abril 2002 y el paro-sabotaje petrolero, pero hoy no es ya contra la revolución del pueblo de Chávez sino frente a una burocracia y una neo-burguesía con la que compiten y a la vez pactan para disputarse el poder político y el control de la renta y los negocios. Emplazamos frente al pueblo a todos esos partidos y dirigentes a repudiar la amenaza intervencionista del Comando Sur.

Entre ambos; las cúpulas del gobierno y de la MUD nos tienen metidos en esta situación donde todos los poderes se desconocen entre sí y se dan golpes y contragolpes, usando al pueblo como carne de cañón, mientras se destruye todo vestigio de Poder Popular real. Por eso insistimos en que la Soberanía no reside en ninguno de ellos, sino en el pueblo que vive de su trabajo y a través de la aplicación y respeto pleno a la Constitución. Esa es la Soberanía que defendemos, no es la de los explotadores de siempre ni la de los ladrones que pretenden ser nuestros nuevos patrones.

Si la dirigencia de lo que fue una revolución pierde la conciencia y desvirtúa los principios que hemos defendido desde 1999, y desde antes, desde Bolívar, ya está en gran medida desarmada frente a cualquier amenaza invasora, porque ya entregó las banderas y sólo le quedan bambalinas. Con esto ha roto la unidad necesaria del pueblo para defender nuestra independencia, y esa unidad no puede ser en torno a la actual conducta del gobierno de la contrarreforma que va aniquilando las conquistas sociales, democráticas y soberanas de nuestra revolución. ¡No Necesitamos una Intervención ni un golpe de Estado!

El pueblo no puede respaldar a quienes simulan desde la oposición de derecha querer restaurar la democracia y el bienestar, bajo la planta insolente del imperialismo norteamericano.

Pero la unidad del pueblo contra las amenazas externas, imperiales, ya no es la unidad en torno a una dirigencia gubernamental que se trocó en burocracia inmoral. La verdadera unidad patriótica sólo es posible si unimos nuestras luchas por recuperar nuestros derechos, por la comida y las medicinas, por las pensiones, por un salario digno, por nuestro nivel de vida, contra la represión, contra la corrupción, contra la entrega de recursos de la nación y que la crisis la paguen quienes la crearon: los burócratas y los grandes capitalistas. Para no quedar atrapados en las manipulaciones de estos dos actores socio-políticos es que Marea Socialista está planteando la urgencia de construir un nuevo referente que rompa con la bipolaridad MUD-PSUV. Habrá unidad para enfrentar cualquier amenaza externa si peleamos juntos y juntas, como pueblo, por la democracia necesaria para poder definir nuestro destino.

¡Unámonos en Defensa de la Soberanía del Pueblo!



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