Vete al carajo cipayo

“Cipayo: soldado indio al servicio de una nación europea” (qué es lo mismo que gringa)

¿Y cómo hay que llamar a un hombre que permite que a su país lleguen soldados extranjeros a pisotear la tierra que lo vio nacer y a traicionar a todos sus connacionales sometiéndolos a la sumisión extranjera? Eso es lo que es Álvaro Uribe Vélez; ¡un cipayo!

Pero lo más increíble de esta situación es que este cipayo tiene las santas bolas de defender esta posición, es decir se pone en “cuatro” y dice que es guitarra. Nos gustaría ver una base de soldados colombianos en USA. Pero así es que practican el subdesarrollo aquellos hombres a los que el pueblo lleva al poder y después se abren como patillas. Otra pregunta que uno se hace en esas gotas de inocencia que le corroen el alma. ¿Quién ha sido el vecino histórico de Colombia? ¿Estados Unidos o Venezuela? ¿En cuál lugar viven más colombianos en USA o en el país revolucionario con dignidad y patriotismo llamado Venezuela?

El cipayo Álvaro Uribe Vélez es una papaya. Puede un gringo entrar a su casa y nada que dice. Puede ese país al cual el mundo tiene en la mira como uno de los causantes de las mayores desgracias habidas y por haber, colocar siete bases en tierra colombiana y Álvaro Uribe Vélez dice que eso es bueno, ¿no es posible que a cada hombre o mujer que se lance a una confrontación para llegar a la presidencia de un país se les hagan exámenes mentales? ¿Qué justifica Álvaro Uribe Vélez para permitir que hoy en día a ese país por el cual el Libertador Simón Bolívar murió, las botas del usurpador extranjero se marquen en su suelo?

Habla de que los gringos lo van a ayudar a controlar la droga. Él sabe que eso es mentira, porque él, Álvaro Uribe Vélez creció entre el polvo de la cocaína, entre las hojas de marihuana, oliendo el ofensivo cuerpo de la acetona y demás elementos químicos con los cuales los vándalos crean la demoníaca droga. Es hijo de uno los grandes traficantes de droga en el mundo y como se sabe “hijo de gato caza ratón”.

Auspiciado por los Estados Unidos y por la rancia oligarquía que vive de matar jóvenes en el mundo, léase con droga, este colombiano con rostro de personaje de Moliére, se cree la tapa del refresco. Su amigo Obama, sus socios del crimen organizado, su Hilaria Clinton, lo auspician y él se cree un pitado rey del mundo. La historia le pedirá cuenta a este cipayo. Nada podrá hacer para justificar su traición a Latinoamérica, a los pueblos que históricamente han sido sometidos por el imperio y al cual él se alía como una yunta de anime.

Ahora en la patria del genial Cantinflas, la patria compuesta por millones de indígenas que vitorearon a Evo Morales, el cipayo Álvaro Uribe Vélez llega con su arrogancia de lame suela, de cipayo, de eunuco a querer confrontarse con el hombre más latinoamericanista de las últimas décadas, Hugo Chávez Frías. Es una pelea de burro contra tigre de papel. Uribe no calza los guantes de Chávez y esto no por patriotismo mojigato. Simplemente lea usted, amigo, la reciente historia, ¿quién la ha protagonizado para bien de los pueblos y quien lo ha hecho para traicionar a esos mismos pueblos. No hace falta ser un idealista, un filósofo de alcurnia; cualquier mujer u hombre de pueblo entiende de donde sale el humanitarismo y de donde emerge la traición. “Águila no caza mosca”, Uribe ¡vete al carajo!

aenpelota@hotmail.es


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Ángel V Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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