“Cualquier hombre que traicione a su pueblo vendiéndose al extranjero, ¿cómo hará para dormir tranquilo?”
Cuando Obama entró al terreno de la candidatura por ese país vulgar, racista y altanero, algunos, recurrimos a la inocencia, creímos que algo distinto estaba por llegar: lo único que ocurrió es que gobierna un negro. Y en esto resulta difícil de entender como un hombre de la raza vilipendiada, ofendida, segregada, sometida por los Europeos, los padres de los gringos estadounidenses, al parecer obvia la historia, diciendo que “yo vivo es el presente y el futuro”
Creímos que Obama tendría otra forma de ver la política interna de una nación que aunque se jacta de su poderío en todas las áreas, se la pasa metiendo la pata y es cobarde (Quien vea enemigos que no existen es un pusilánime)... USA es un país que da lástima y Obama ya da lástima, todo se diluyó como el agua entre los dedos. Empero USA tiene lamesuela, eunuco, infelices, que no ven con el alma sino con el ano. América, por desgracia a tiene uno de ellos, se apellida Uribe y viene siendo un símil de aquel Santander que acabó con muchos sueños. Un colombiano al cual le queda grande esa denominación.
Obama, un intelectual llevado a la política, no llenó las expectativas que el mundo cansado de guerra, atropellos, prepotencia y amenaza, creyó encontrar en él para que eso disminuyera por lo menos. Al igual que todos sus antecesores, Obama sigue con el cañón nuclear apuntando al mundo. Al igual que todos sus antecesores, ve amenazas por todas las esquinas del orbe atentando contra la nación robada a los aborígenes. Se imagina un inmenso copo de cohetes perforando la tierra donde sus antepasados eran vendidos como objetos de limpiar poceta.
Obama no es distinto a los otros que han gobernado esa nación. Su espíritu es el de la guerra, no le importa que los muchachos de USA caigan acribillados, dentro de un tanque explotados por una mina, en un caserío de Afganistán o Irak…hay que defender el imperio económico, que olvidó hace siglos que la sangre siempre es roja, eso es histórico. Los vendedores de esclavos de Alabama, no lo sabían, los traficantes de niñas, niños, mujeres, de Alabama si que lo sentían y por eso cuando Obama llegó a la presidencia de esa nación, creyeron que la justicia reinaría en el mundo, pero como dijo el poeta, “los sueños, sueños son”
Obama se puso prepotente. El flaco muchacho de elegante presencia se esfumó para darle vida a una nueva versión del Tío Sam de piel negra. Obama el del verbo fluido y gracioso, se lo tragó el imperio que anhela atrapar al mundo entre sus colmillos para inhalarle la última gota de esperanza, para regurgitarlo en un bellaco al propio estilo de “jolivud!, del capitán América, de Superman, Batman y Robin. En Colombia Obama se consiguió su Lex Luthor, su Pingüino, que aunque aparentan ser sus adversarios, no pasan de ser parte del cómics que envenena mente e invade inocencia
Obama es un gringo más. Los demócratas y los republicanos son iguales a Obama. El bipartidismo gringo es una jugarreta del imperio para dividirse espacios, en los cuales se sabrá quien comete más crímenes, más invasiones, más injusticias en el mundo. Obama es sortario. Nunca Estados Unidos había pretendido sembrarle a Venezuela una base en su propias nariz, pero Obama contó y cuenta con un eunuco, con un traidor, con una ofensa al gentilicio Latinoamericano llamado Álvaro Uribe Vélez. La política exterior gringa se imagina vencedora por esta traición del colombiano Álvaro Uribe Vélez, pero. cuando los pueblos de esta inmensa región les den una respuesta contundente a sus pretensiones , entonces en una de las páginas que quedan escritas en el Pentágono se leerá que “fuimos engañados por el patio trasero Álvaro Uribe Vélez” y por eso fracasamos.
¿Hasta cuándo los hombres se venden para humillar a sus pueblos?
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