Obama en peligro

Cuidado con lo que deducen los amigos lectores con relación a esta hipótesis que, como tal, riñe con los pronósticos de esos engañadores de oficio, ahora encabezados por el cadáver insepulto Antonio Ledezma, y el celador del puesto de la intriga y la cizaña dejado en el vacio por el culilluo Manuel Rosales, es preciso decir, el sempiterno Federico Ravell.

De lo que opinen esos personajes de cantón (no dijimos de cartón) nos tiene con cuidado. Son capaz de aupar a sus mayameros asesinos, incluido su adorado Posada Carriles, a que participen con el hermano de Bush en una conjura contra “ese negro que le dio la mano a Chávez y ahora también esta proponiendo una nueva Ley de Educación.”

Y no tiene nada de extraño, si el pupilo de Bush padre, Posada Carriles, asesino encubierto acá por Carlos Andrés Pérez el mentor político de Ledezma y compadre de Rosales, se encuentra vivito y coleando en el corral del odio y la discriminación como lo es Miami. Protegido además por el gobierno residual de los Bush allá en Florida.

Ahora bien “de lo que opinen esos personajes…nos tiene con cuidado” en primer lugar porque se trata de un ser humano elegido por un pueblo que dio señales de un claro despertar. Nadie puede negar la euforia de los pueblos del mundo entero. De blancos y blancas, de negras y negros, como queriendo decir “por fin carajo” el pueblo norteamericano empezó a despertar. Asunto que no le gusta a los imperialistas: que los pueblos despierten. Es el caso de la falta de respeto a un presidente norteamericano, por parte de un golpista pelele como el de Honduras, una simple travesura o un desliz de ebrio. Acá deducimos que no, si allí por nada que tuviera que ver con el pretencioso policía del mundo, la base militar que tienen los yanquis sacó de su cama al presidente constitucional, lo reseñaron y lo llevaron ante el mandatario de Costa Rica, a quien ya habían ordenado recibirlo.

Entonces uno, con su hipótesis de reincidente montuno, sigue tocando la campana que es guarura de los pueblos, para que el de Norteamérica despierte, por fin carajo, y de una vez por todas rescaten a su presidente de las garras de los mismos que mataron a los Kennedy y a Martin Luther King. El primer Kennedy revivió una esperanza que, también como Obama, obtuvo el apoyo de una parte del sistema capitalista, como allá es costumbre. Pero con la desventaja, en el caso Obama, que el Pentágono no se las lleva con el pueblo, y en sus espaldas, el poderoso polígono le puso la sombra con todo y enchufe para grabarle todo cuanto diga y, si acaso se atreve a ordenar por teléfono algo que no sea lo de las guerras e instalación de bases, ya en plena ejecución y programadas por el asesino de lesa humanidad. Más claro. En condiciones así, y con la espada de Damocles pendulando en un hilo, serán otros los que programen.

PATRIA, SOCIALISMO O BARBARIE!


*pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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