Obama y el consumo de alucinógenos

Problema de estado en cualquier parte del mundo. Pero antes de entrar en detalles respecto de la yerba maldita, purgante de la mente y atrofia del cuerpo, tenemos que aclarar la confusión del final del pasado artículo. Quien hizo confesión de su apasionamiento por la lectura del Dietz, ante el gobierno de Israel, fue el general del desierto Collin Powell. No Obama. Entonces el Ariel Sharon, mandamás de los judíos, se sintió aupado en sus andazas provocadoras de conflictos y matanzas contra los vecinos árabes; cebado con mayor crueldad contra Palestina, la más débil.

Ahora sí. En cuanto a “la esperanza”, como un joven norteamericano artista no maleable, pintó al nuevo Presidente de USA, una interrogante ¿tendrá el negro Obama el coraje para actuar con firmeza contra el flagelo del consumo de la droga maldita en el propio territorio de los Estados Unidos de Norteamérica? Esperemos que sí.

Por la otra parte, convengamos que su antecesor inmediato alucinara contra los demás países más débiles y menos involucrados en el vicio, a quienes les “sembraban” en el morral de la dignidad las culpas de que la mafafa llegara a los permisados expendios de Washington, Miami y Nueva York, por ejemplo. No somos bobalicones, es que al hijo del capo mayor, le conviene mantener en el pedestal de los intocables a sus proveedores, sin importarle el daño a los jóvenes norteamericanos y, de coletazo, a los muchachos de nuestros países del sur americano, hasta el punto antihumano de la circunstancial “generación boba”.

Desde acá vemos a un Obama circunspecto y sobrio, a quien no le hemos podido, aún, detectar un desliz alucinante. Además, no lo deseamos, no obstante lo que dijo contra Irán, que interpretamos como un desahogo contra la presión logística de los judíos retrógrados.

Está en él, púes, salvar a la humanidad del monstruo que ataca a su propio patio, sin perder el tiempo ni recursos para eliminarlo en nuestros patiaderos, donde languidecerá si no consigue el “robusto mercado” de los norteamericanos y sus sucursales europeos.

Ahora bien, no debemos descuidar que a este flagelo se agrega el de los perros de las armas, por no decir “…los perros de la guerra”. Es que a estos países están entrando últimamente, desde Bush para acá, arsenales de armas por los llamados “caminos verdes”. Vemos con impotente ira cómo a los llamados “jíbaros”, por ordenes de los capos mayores, residentes allá en Washington DC, les suministran dólares y armas de potente calibre con las que liquidan al joven que ve en el deporte la salvación del cuerpo y de la mente, y atemorizan a las policías débilmente armadas.

Detecte, Presidente Obama, a esos asesinos de la propia juventud norteamericana, que también por mampuesto aniquilan a los jóvenes suramericanos desde México para abajo, con el añadido criminal de que algunos gobernantes lacayos del imperialismo en bancarrota de su país, le “siembran” el polvo diabólico a los luchadores por la redención de estos pueblos, para culparlos del trafico a ese país donde el consumidor mayor enjuicia (enjuició) a muchos hombres y mujeres inocentes, después que los vasallos extraditan.

Uno acá también duda. Sí, pero condicionada la duda a la oferta de la oportunidad, que no del oportunismo. De esto una pregunta: ¿Se atemorizará el 44 presidente del país todavía más poderoso del mundo, cuando el monstruo de la amapola haga resonancia con sus gruñidos? Amanecerá y veremos.

En cuanto a nosotros en Venezuela un tañío por el SI a la enmienda que sí es alternativa, cuando llama a postulación al vencimiento de cada periodo de los funcionarios de elección popular, incluidos quienes hayan ejercido el mismo cargo en el periodo inmediato anterior. Vicente Díaz miente.


Patria, Socialismo o barbarie.


* pedromendez_bna@yahoo.es




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Pedro Méndez*


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