Uribe y Aznar: Los fanfarrones

No hemos olvidado las “grandes” manifestaciones propiciadas por el enano mental, heredero de los inmensos capitales del franquismo, en la Patria de La Pasionaria. Allá, como Uribe en Colombia contra las FARC, también la oligarquía gritaba hasta salírsele la baba envenenada: “muera la ETA”.

También en España, como en Colombia, el terrorismo hacía estragos en la población indefensa y, en la mayoría de los casos, endilgado a los hombres de la revolución española después que los sicarios de allá, como los paracos de Uribe, cumplido el mandado se refugiaban en el “templo” del anonimato mejor protegidos por un estado mayor policial y/o militar cómplice y anti humano.

Tampoco hemos olvidado que el enano mental español, como el mal vecino contra las FARC, le indilgó al Presidente Chávez una alianza inexistente con la organización guerrillera ETA, sin tomar en cuenta que desde acá fueron deportados, a pesar de un buen comportamiento y la queja de la mayoría de nosotros los venezolanos, dos compatriotas de Pablo Picasso que llegaron a estas tierras tratando de salvarse del terrorismo implantado en esa tierra ibérica.

Luego desde entonces, los aspavientos no son nuevos. La conseja también es la misma. Pero a Uribe puede sucederle igual que a su mentor de ocasión. Es decir, lo mismo que a ese consejero de quien recibió instrucciones en su ultimo viaje por Europa, de manera que movilizara, como en efecto lo hizo, las huestes oligarcas colombianas en un arrebato desesperado ante la realidad de los acontecimientos que les son adversos, ya que el consejero mayor de ambos se encuentra hasta el cuello de problemas, que no le permiten discernir (nunca lo ha hecho) una estrategia que, desde su posición imperialista, no conlleve al terrorismo.

En todo caso, no es a Uribe a quien debemos recordarle lo que le sucedió al entonces envalentonado pirujo español. Sí a los que, aún con la sinrazón, simpatizan con la política de amedrentamiento al pueblo colombiano, a quien los godos de esa hermana nación creen dormido hasta la eternidad. También a quienes creen que los hombres y las mujeres de la patria de Gaitán, no llevan la arrechera por dentro a temperatura de ebullición y a punto de estallar.

Repasemos. Aznar, como Uribe ahora, aspiraba a la continuidad en el poder (¡como le critican a Chávez!). Con esos fines Aznar alborotó hasta el extremo los diablos contra la paz, en conchupancia con el azufre de los medios de comunicación empresariales y comprometidos. Cometió terribles actos de terrorismo que, cual Carlos Andrés Pérez, le endilgó a los revolucionarios españoles. Para congraciarse con el jefe transitorio del imperio yanqui y para cumplir el vil acuerdo del trío del mal en Las Azores, envió a la masacre del pueblo iraquí a cientos de jóvenes militares españoles. Convocó manifestaciones “millonarias”, según el lente interesado y cómplice. A esa fanfarria mentirosa ¿qué le devolvió el bravo y ya arrecho pueblo español?. Algo harto merecido: la derrota.

Ahora bien, el mundo sabe que en terrorismo, cizañas y mentiras, a Uribe no hay quien le gane, más que su mentor mayor, el genocida número uno del mundo encarnado en George doble v Bush. Y aunque el colombiano Uribe lo niegue públicamente, los 6 millones de hermanos regados por todo el mundo lo saben y lo cuentan. El 2010 será crucial para Uribe. No solo porque no volverá. También vale cómo saldrá. Mientras tanto, aún presidente Uribe, no nos conteste. Respóndale a los colombianos y a las colombianas sin mentirles pues, de todas maneras ese pueblo le devolverá, como los españoles al pirujo, “algo harto merecido: la derrota”.

*pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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