Borrar a Venezuela

En los últimos meses, la región del Caribe ha sido testigo de un incremento desproporcionado de la presencia militar extranjera bajo el argumento de combatir el narcotráfico. La operación denominada "Lanzas del Sur" ha desplegado buques, aviones y tropas en el sur del mar Caribe, justo en el perímetro geopolítico que rodea a Venezuela. Este despliegue, presentado como una acción de "seguridad hemisférica", encierra en realidad un trasfondo político que amenaza directamente la soberanía nacional y la estabilidad de la región.

La narrativa imperial insiste en que se trata de un esfuerzo coordinado contra las redes criminales transnacionales. Sin embargo, la magnitud del operativo y la ubicación estratégica de las fuerzas militares revelan un objetivo más profundo: presionar y cercar al Estado venezolano.

En este contexto, sectores de la ultraderecha "nacional" celebran con entusiasmo la operación, convencidos de que se trata de un mecanismo para "acabar con el chavismo". Lo que no advierten es que el verdadero riesgo no es político-partidista, sino existencial: la posibilidad de borrar a Venezuela como nación soberana.

La presencia de fuerzas militares extranjeras en aguas cercanas a Venezuela no solo tensiona la seguridad regional, sino que abre la puerta a violaciones sistemáticas de derechos humanos.

La historia latinoamericana demuestra que las operaciones militares bajo el pretexto de combatir el narcotráfico terminan afectando a las poblaciones civiles, criminalizando comunidades enteras y debilitando las instituciones nacionales. En este caso, el peligro es aún mayor: Venezuela podría ser reducida a un "territorio problema", susceptible de intervención y despojo.

La ultraderecha "nacional", al celebrar la operación, olvida que la militarización nunca se detiene en un solo objetivo. Una vez desplegadas, las fuerzas extranjeras tienden a expandir su radio de acción, imponiendo agendas que trascienden la política interna.

El riesgo es que Venezuela sea desdibujada como Estado soberano, convertida en un espacio tutelado por intereses externos. "Acabar con el chavismo" puede ser la consigna, pero el resultado final podría ser mucho más grave: borrar a Venezuela de la historia como nación independiente.

El Caribe, espacio vital y estratégico para el comercio y la seguridad energética, se convierte en un tablero de ajedrez donde la soberanía venezolana es la pieza que se busca sacrificar.

El sospechoso y manipulador discurso de lucha contra el narcotráfico funciona como cortina de humo para legitimar un cerco militar que, en última instancia, apunta a condicionar y borrar la autodeterminación del pueblo venezolano.



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Oscar Bravo

Un venezolano antiimperialista. Politólogo.

 bravisimo929@gmail.com      @bravisimo929

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