Venezuela respira “paz” y Trump quiere dominarla

Venezuela inquieta. Venezuela con los brazos abiertos. Venezuela regada por el mundo. Europa por siempre estará empeñada con Venezuela, porque miles de sus hijos llegaron a ella con una mano atrás y otra adelante en busca de sosiego que jamás les faltó y, ahora son parte del país como dignos ciudadanos y, lo demás es Historia.

Trump no sabe nada sobre Venezuela a no ser que para él, Maduro es un dictador, y que en ella hay todo lo que su país necesita para subsistir que, no sea el estímulo perverso de "El Tren de Aragua" y "El Cártel de los Soles". Y de allí no pasa, ni pasará. Y un estirado carajo con lo demás que, a Marco Rubio como fascista le fascina. Comprensible por demás como producto cubano.

Alguien dijo: "El que la hace la paga y sino lo paga también". ¿Quién escapa y cómo? ¿Acaso no existe en el mundo la justicia social?

"Hasta la victoria siempre". Frase digna del Ernesto "Che" Guevara que, le sigue dando vuelta al mundo y, un clamor de esperanza pica y se extiende como un souvenir del pensamiento humano. Las injusticias existentes son tantas que dan asco como barreras de imposición que, algún día serán dominadas para el bienestar atractivo de la humanidad y, EE.UU no escapa de ellas y más ahora con Trump presidente de lo más odiado a la buena de dios.

Quizás obtener una victoria sin pelear: no sea acto de cobardía, aunque por más que se piense, soltar al mundo gritos de comprensión es mejor que darle a Trump las posibilidades que busca para invadir a Venezuela que, ella también vive del cacao y de su buena voluntad y, de las ricas empanadas margariteñas.

"Contamos con armas silenciosas" -dijo Diosdado. A lo que Trump ripostó "yo" aún no he decidido cómo abordaré la situación de Venezuela. ¡Vaya, vaya! Y este hijo de la suya quién se cree es, ¿acaso el Superman de quién? En alguna parte de la Constitución venezolana lo menciona, porque de lo contrario es pura injerencia y, lo más seguro que nos mandará su Arca de Noe de sálvese el que pueda mientras pueda que las que están en El Caribe no son, Santa María, Niña y Pinta como barcas de Colón en presencia de otro nuevo descubrimiento, sino por más sufrimiento del que tiene por los gringos, Venezuela.

¿Será Trump el padre putativo de los venezolanos? Parece que no pues, él no quiere a los venezolanos ni dentro ni fuera de los EE.UU. ¿Y entonces? Será que querrá comprarse una chiva por real y medio. O tomarse un guayoyo con Maduro en Miraflores sin Diosdado presente. Y Trump allí que su palabra es la ley y pobre de aquel que lo contradiga.

Trump es como la caja de Pandora que no vale la pena abrirla -ni de vaina.

Y seguirán llegando más naves a El Caribe que hasta un portaviones va hacia allá mientras, en EE.UU la droga se la sigue tragando con mafias intestinas, pero Trump para allá no ve como ve a los inmigrantes que dan sus sueños de vida por darle vida a esa nación y, el gobierno de Trump los recoge y los echa como seres inmundos, pero algún día se darán cuenta que sin ellos EE.UU no vale nada.

¿Trump ama a María Corina como ella lo ama a él? Eso está por verse pues, la contradicción es más profunda, aunque pareciera que son la misma afrenta para Venezuela.



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Esteban Rojas


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