¡Otra derrota más!

En Estados Unidos la gente que mira a Bush como gallina que mira sal, se lo goza. No entienden cómo es que al presidente del imperio económico, belicista, mata gente, más atrinca la bola del mundo, un carajo del tercer mundo se lo esté vacilando así de esa manera. Sin vaselina, diría alguien. Para W. Bush Chávez no es el campeón mundial blanco que durante años han estado esperando los estadounidenses, pero sí es el hombre que le da coscorronazos allende la distancia, cada vez que se quiere meter con él. No es nada fácil atacar a Hugo Chávez Frías. El imperio, acostumbrado a derribar gobiernos cada vez que le daba la real gana, por estos lugares, se encontró con la piedrita en el zapato. Y eso comenzó hace más de 8 años, cuando Chávez dejó el calabozo de Yare. Los oligarcas se reunieron y dijeron a una sola voz, que había que salir de ese zambo, sin cartel aristócrata, pues amenazaba con ponerles los puntos a las íes a la desigualdad venezolana. Lo primero que hicieron fue acudir a la embajada gringa por La Floresta. Allí plantearon el tema y sus temores. El embajador de entonces les dijo que no había problemas. Que era cuestión de comunicarse con su gobierno en USA y san se acabó. Pero estaba más pelado que un bombillo por fuera, porque el hombre que emergió un 4 de febrero en rebeldía contra el gobierno “vende patria” de CAP venía con todos los hierros al rescate del sueño bolivariano. Comenzaron los viajes. Allá les dijeron que se prepararan para un abril 11 que sería “the end” de Chávez y su nefasta revolución. Los medios cipayos y los militares golpistas, contando con la anuencia del borrachito marihuanero de USA, volcaron su marcha a Miraflores y lo consiguieron: se llevaron preso al barinés e instalaron un gobierno peorro. Pero ese pueblo, del cual denigran los ricachones, se encargó de devolverle su puesto al presidente 47 horas más tarde y ahí se terminó el carburo. Doble bruto, perdón, W. Bush se moría de la ira. Se zampó varias “torres” y se bebió dos botellas de escocés en lo que espabila una ladilla. Preparó otro golpe, petrolero, y volvió a fracasar. Le haló las greñas a Condolencia y juró que, “Chaviu, lou pagaria”. Mientras tanto María Cochina, perdón María Corina viajaba, y viajaba buscando dólares para Sumarlo a su cuenta. Con los días Chávez crecía y Bush se enanizaba en el mundo. Rctvas y otros canales arreciaban sus iras, Chávez subía en las encuestas. El gringo juró que lo aplastaría al colocar un eunuco en la OEA, pero Chávez le lanzó un jab al ojo y lo dejó turulato al no dejarse vencer por el cipayo. Chávez se le metió en el corral y ayudó a los pobres de muchas regiones de USA, dotándolos de diesel en el duro invierno. Volvió a castigar con un uppercaut al gringo que camina como John Wayne. Los asesores de W. Bush lo conminaron a que hiciera una gira por Latinoamérica, porque Chávez le estaba metiendo medio palo y un cuarto en la UNIÓN DE ESTOS PUEBLOS. W. Bush que le tiene un pánico arrecho a Chávez, dijo; Yes, yes! Y se lanzó en la aventura. A todas partes que llegó la pobre bandera gringa ardió como diez mil veces y su figura de psicópata igualmente. Chávez fue a Argentina, Bolivia, Nicaragua, Jamaica y Haití y en todos estos lugares se vendieron todos los boletos y la lluvia de besos fue apoteósica. Los jueces dijeron otra vez: “Y el ganador, por décima vez, es el humanista, Hugo Chávez Fríassss”.

En la vida triunfan siempre los más aptos.

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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