El momento político en el continente y la ley de ZEE

Como solemos acostumbrar, se habla de la crisis del capital o del modelo capitalista, lo cierto es que ese modo de producción vive y ha vivido en crisis desde su aparición en la faz de la tierra y es que no puede ser de otra manera el devenir de un modelo que se basa en la exacción de riqueza por parte de unos pocos hacia la inmensa mayoría; este hecho genera el surgimiento de sociedades profundamente desiguales en cuanto a posibilidades de existencia, niveles de vida y oportunidades para la gente, siendo que las diferencias se agudizan con el tiempo es inevitable el surgimiento de profundas crisis sociales hacia dentro de los países y agudas contradicciones entre naciones, lo que inexorablemente desemboca en insurrecciones, revueltas y guerras.

Hace 200 años el proceso de expansión de los capitales que se habían venido acumulando desde la invasión del continente americano por Europa conllevo a la defenestración de los regímenes monárquicos de base feudal o por lo menos su sometimiento y control como en el caso del imperio británico por parte de la burguesía. Emergen pues los estados nacionales, como consecuencia del desarrollo histórico del capital, es decir, el estado nacional es la expresión política de la organización social en un territorio dado por parte de las fuerzas expansivas del capital. Esto último habrá de ser un importante factor para que la corona británica apoye la independencia hispanoamericana.

Así, hemos devenido las naciones de Latinoamérica durante estos 2 últimos siglos de historia en una fuerte lucha de 2 flancos, por una parte puertas adentro de cada estado nación, tratando de desmontar las visiones discriminatorias, oligárquicas y racistas de gobierno heredadas del régimen colonial y hacia afuera una lucha permanente contra las imposiciones del imperialismo angloamericano. Es importante señalar que ambos vectores se solapan y actúan al unísono, por el contrario en la lucha de los pueblos suelen darse segmentaciones en la interpretación del conflicto, v.b el nacionalismo burgués puede entrar en contradicción contra el imperialismo, pero al final pacta con las fuerzas económicas reaccionarias del estado nacional lo que conlleva a la derrota de los procesos insurgentes e incluso suelen darse retrocesos a estadíos previos al momento de la eclosión de la insurgencia social.

Así llegamos al hoy día en que de nuevo el capital expande sus horizontes y ya requiere una libertad total a nivel planetario para el flujo de capitales y mercancías, el estado nacional solo le interesa para mantener la estanqueidad de la fuerza de trabajo, con lo que se asegura una disponibilidad de extracción de plusvalía humana a muy bajo costo, es la globalización que llaman y es esa crisis entre el estado nación y el surgimiento de un gobierno global adecuado a los intereses del gran capital lo que ha venido a ser contradicción fundamental de las crisis sociales que hoy se viven en todo el planeta, la confrontación entre el capital financiero y el capital industrial ha devenido en una verdadera guerra de baja intensidad que se debate en todos lados, desde Nueva York hasta Zimbabue y desde Berlín hasta Manila.

Para muestra basta ver la fuerte confrontación de los sectores industriales estadounidenses con Donald Trumph a la cabeza y el capital financiero globalista cuya expresión política tiene en este momento a Joe Biden como rostro visible en la escena internacional.

Venezuela no escapa por supuesto a este conflicto, el nacionalismo surgido y expresado en el estado desde 1999, nos convirtió en una piedrita incomoda en el zapato del globalismo imperial, la reacción no se hizo esperar, una guerra asimétrica sostenida en el tiempo, un conjunto de sanciones explicitas que entraban el desenvolvimiento político del estado, todo ello aunado a los grandes errores cometidos en lo económico, político y administrativo. Esta sumatoria de factores nos tiene hoy día contra la pared. La única  opción válida es luchar para enfrentar al poderoso adversario, claudicar ante los intereses globalizadores no puede ni debe ni siquiera considerarse.

 Venezuela ha ocupado un rol de vanguardia durante los primeros lustros de este siglo, procesos como la recaptura del poder en Bolivia por la expresión política de las comunidades originarias, las luchas sociales en Colombia y Chile, el triunfo de Pedro Castillo en Perú comienzan a darle razón histórica al proceso que se inició en Venezuela aquel 27 de febrero de 1989, serán capaces los representantes de la clase política venezolana, sobre todo los que se hacen llamar revolucionarios de claudicar ahora?

Ojo con esa ley de Zonas Económicas Especiales.

 

catedrasaberlibre@gmail.com



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