No hay trato, Sr. Trump

El gobierno de Trump se está preparando para presentar "el acuerdo del siglo" para resolver el conflicto entre Israel y Palestina. Los emisarios de Trump, Jared Kushner (yerno de Trump) y Jason Greenblatt (uno de los abogados empresariales de Trump) recientemente visitaron la región y sostuvieron reuniones de alto nivel en Israel, Egipto, Jordania, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. El único lugar significativo que no fue visitado fue, por supuesto, Palestina. Desde que Trump anunció y luego implementó el traslado de la embajada norteamericana desde Tel Aviv a Jeruslén, los palestinos han suspendido todos los contactos oficiales con el gobierno norteamericano. El gobierno de Trump respondió del mismo modo congelando todo el financiamiento de ayuda a Palestina y prosiguiendo adelante con el acuerdo de paz propuesto sin consultar con la dirección política palestina. El gobierno de Trump también ha anunciado públicamente que presentará su plan de paz "por encima de las cabezas" de la dirección palestina directamente al pueblo palestino. Jared Kushner planteó ese punto durante una conferencia de prensa exclusiva al periódico privado palestino "Al Quds" que sale en Jerusalén.

Se sabe que los emisarios de Trump han sido informados en toda la región lo que el Rey de Jordania, Abdallah II le dijo directamente al presidente Trump durante su reunión en la Casa Blanca esta semana, en el sentido que un acuerdo de paz sin un estado palestino soberano e independiente sobre la base de las fronteras del 4 de junio de 1967 sin Jerusalén del Este como la capital de Palestina; y sin un marco aceptable para tratar la cuestión de los refugiados palestinos, no habrá ningún trato. Filtraciones acerca del contenido de la propuesta de Trump, la cual incluye un estado palestino solo en una pequeña franja de Cisjordania, la capital de Palestina en un suburbio de Jerusalén denominado Abu Deis y no en Jerusalén del Este, sin el retiro de todos los asentamientos israelíes, con la seguridad israelí controlando al estado palestino y el valle del Jordán y nada sobre la cuestión de los refugiados palestinos está muerto antes de nacer. Y esta es no solo la opinión de los palestinos y de su dirección política.

La propuesta de Trump está al margen de toda legitimidad internacional y principios aceptables para una paz palestino-israelí que sería aceptable solo para una de las partes, es decir, el gobierno de Israel bajo Benjamín Netanyahu.

Algunos palestinos han argumentado incluso públicamente en páginas de opinión de algunos diarios locales que los palestinos debieran aceptar cualquier cosa que Trump esté listo para ofrecer, pero no como acuerdo de paz y fin del conflicto. Ellos sostienen que las crecientes movidas de los políticos israelíes para adelantar la anexión de grandes extensiones de territorio en Cisjordania y la fallida reconciliación interna palestina ahondando aún más la división entre Cisjordania y Gaza, los palestinos deben reafirmar su control sobre cualquier extensión de territorio y autoridades que Israel esté listo para retirar y transferir a la Autoridad Palestina.

Por otra parte, existen llamados de parte de políticos del Likud que sustentan las posiciones más derechistas dentro del partido de Netanyahu y aparentemente tendrían mucha influencia sobre él para sacar provecho del rechazo palestino de la propuesta de Trump para liquidar la Autoridad Palestina y sacarla del poder. Estos políticos sugieren que Israel podría negociar más fácilmente con algunos dirigentes locales palestinos a la manera del antiguo régimen tribal.

Estos planes son extraídos directamente del manual de gobierno del año 1970 cuando Israel trató de reemplazar la legitimidad de la Organización para la Liberación de Palestina, OPL con líderes tribales locales denominados "La Liga de las Aldeas". Ese plan entonces fracasó miserablemente y ahora lo hará del mismo modo.

Trump podría estar creyendo que el acuerdo de paz entre Israel y Palestina es una negociación de bienes raíces para la adquisición de un complejo hotelero en un vecindario de alto riesgo donde él pueda poner en la mesa las condiciones de "tómelo o déjelo".

Esos parecieran ser los términos que Trump entiende. Resulta dudoso que Netanyahu funcione con la misma tasación estratégicamente limitada y analizada. La debilidad de la evaluación y el análisis de Netanyahu radican principalmente en su creencia en el sentido que él puede dirigir con éxito el curso de Israel a través de las tormentosas aguas de la región al tiempo que siempre culpa a otros por su fracaso en conseguir un acuerdo. Pero la continua política de atrincherar el control de Israel sobre los palestinos, expandiendo los asentamientos en los territorios ocupados, aislando a Gaza hasta el borde del desastre y tratando de enfocar toda la atención internacional sobre Irán, erradicará con éxito y para siempre la solución de dos estados. Eventualmente, el público israelí despertará y comprenderá que han estado viviendo dentro de una falsa realidad con un muy falso sentido de seguridad.



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