Kid Chávez subió al ensogado. Lucía una bata con el nombre en diagonal de Venezuela Lucía sereno, tranquilo, como siempre, lejos del miedo escénico En la otra esquina, con cara satánica, cejas verticales, bigotillos al estilo del Capitán Garfio, ojos rojos, vidriosos, llenos de maldad y Kid Chávez subió al ensogado. Lucía una bata con el nombre en diagonal de Venezuela Lucía sereno, tranquilo, como siempre, lejos del miedo escénico En la otra esquina, con cara satánica, cejas verticales, bigotillos al estilo del Capitán Garfio, ojos rojos, vidriosos, llenos de maldad y locura, con una bata lúgubre que tenía en su frontal dos bombas atómicas dibujadas, un grupo de niños vietnamitas llorosos y mucha, pero mucha sangre, estaba el malvado Kid DIABLO. Su second era la negra de la tarjeta de Morrales, Kid Condón Leeza. Kid Chávez con su cara de humildad y sus ojos casi tristes, los miró de frente. El INVASOR Kid DIABLO tenía fama de arrechote. Sobre todo cuando se clavaba dos o tres palos de güiski y una “yerbita” ante de los combates.
Un gran historial lo acompañaba, a saber: ciento cincuenta mil personas en pocos segundos en Hisroshima y otra más en Nagasaki, más tres millones en Vietnan, decenas en Grenada, en República Dominicana, en Afganistán en Irak. Tenía dos grandes colmillos inhaladores de sangre, de los cuales brotaba un espeso y apestoso líquido. Sus grandes patas, perdón, pies calzaban botas metálicas, con sendas puntas de acero frontal. Masticaba chicle, como siempre haciendo el ridículo, pero el juraba que con eso se la estaba comiendo; que a todo el mundo le gustaba su aspecto de imbécil, al propio estilo de un Jerry Louis cualquiera. Kid Bush pertenecía a un mundo superficial, “donde todos los sueños se hacer realidad”, incluyendo el de bombardear pueblos. Los fanáticos se inclinaban por Kid Chávez. El referí los llamó al centro del ring. Varias volutas de humo danzaban en el espacio aéreo. Los corazones de los presentes parecían rocolas exhalando rock pesado. El mundo entero veía por televisión. Los pueblos, que se han ido despertando gracias a Kid Chávez, brindaban por él. El amor es una cosa seria. Une a la gente y produce esperanza. Y sonó el gong.
Kid DIABLO se acercó a Kid Chávez y…rodó como el energúmeno que es. El combate había finalizado. Ni un segundo duró lo que prometía un toma y dame. Se impuso la verdad, la gallardía, la dignidad, la valentía, la razón. Kid DIABLO quedó fulminado EN LO QUE ESPABILA UNA LADILLA EN LA CASA DE CONDOLEEZA. Un olor a azufre, empero, obligó a que todos salieran del recinto. Afuera vitorearon a Kid Chávez. Kid Diablo perdió una vez más ante la razón. Ante la justicia, ante UN HOMBRE, que no va a las asambleas a servir de escenografía, sino que acude a decir lo que muchos, si fueran un poco más claro con aquello de la hermandad y la lucha, también se unirían a la gran batalla contra el imperialismo que somete, roba, humilla y veja a los que cree los más débiles. Aquello no fue pelea un carajo. El DIABLO no pudo con un hijo de Cristo Jesús. Amén y que se derritan todos los diablos del mundo.
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