Este martes 19 de septiembre de 2017, Latinoamérica quedó marcada no sólo por los lamentables eventos naturales y antrópicos que se dieron en las hermanas Repúblicas del Caribe, azotadas por la furia de los huracanes y nuestro querido México, devastado por un terrible terremoto. Además, nuestra Venezuela Bolivariana se vio vilmente atacada por las iracundas voces del mayor enfermo belicista que ha tenido la historia de la humanidad, Donald Trump, así como de sus cómplices y no menos alterados mentalmente presidentes de algunas Naciones del lado occidental del Mundo.
En efecto, durante el debate general anual de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, fueron desfilando, tal cual evento de moda o popularidad, el propio magnate accidentalmente hecho presidente de los Estados Unidos, el inestable e impopular premier francés, el inmoral, corrupto y golpista representante de Brasil y un contradictorio, incontinente y escabroso presidente de nuestra melliza histórica, Colombia.
Pero sin duda que la más lamentable de todas las intervenciones fue la de Juan Manuel Santos. Ello porque el discurso del millonario norteamericano era previsible y algunos de sus súbditos presidenciales buscaban desviar la atención de sus graves problemas internos hablando de Venezuela, como ya se ha hecho costumbre en el ámbito internacional, pero lo del difuso presidente colombiano, fue digno de lástima y dolor por el pueblo colombiano.
Dijo Santos que le duele Venezuela, probablemente producto de sus constantes incontinencias, acentuadas después de sus múltiples reuniones con el presidente de los Estados Unidos. Espetó tal exclamación, sin hacer alusión al dolor que a Latinoamérica le causa la situación que vive el vecino país, ante el incremento de la expulsión de su territorio de gran cantidad de colombianos (hacia la Patria de Bolívar más de cinco millones), la mortandad profunda por hambruna en la Guajira colombiana de los niños y niñas indígenas, así como el exagerado incremento del narcotráfico recordado por el propio "rubio guerrerista del Norte" y por lo cual fue públicamente regañado.
Qué pasó mi apreciada Luisa, por qué esa "Ruptura del orden histórico", por qué rompiste con el hilo social trazado por los movimientos sociales que hoy confían en el trabajo de la institución que diriges para devolverle el rostro humano y popular a la tierra de Bolívar, tan cacheteada por el fascismo instaurado desde el Norte que no es el Sur, sino el centro de la hegemonía económica del Mundo, o es que de eso se trata, de defender a aquellos que buscaron aniquilar el movimiento al que perteneciste con el utópico objetivo de desterrar la injusticia material del país que te vio nacer.
Por otro lado, expresó el señor Santos su preocupación por el deterioro de la democracia venezolana, sin explicar cómo sufre de tal preocupación si en nuestro país se celebrarán elecciones en menos de un mes, aunado a que ya están pautadas dos procesos electorales más en 2018, uno de los cuales es para escoger al Presidente de la República, bien conocido por la oposición venezolana pues ya fue aceptada en la mesa de diálogo, aunado a que se encuentra claramente plasmado en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Aunado a lo anterior, al señor Presidente de Colombia se le olvidó desarrollar en su discurso un recuento histórico de todas las elecciones que se realizaron en Venezuela desde el año 1999 (diecinueve) con pleno reconocimiento internacional, con incluso figuras novedosas, muy distantes al diseño electoral de su país. De igual forma, la incontinencia intelectual del mandatario colombiano lo hizo omitir la valiosa ayuda que le dio el Comandante Hugo Chávez y el Presidente Nicolás Maduro al proceso de negociación con las FARC-EP y el ELN para la consecución de la Paz en el vecino país, de hecho, sin la participación de la "dictadura" venezolana no se hubiesen dado ambos procesos, como lo han reconocido los mismos voceros de las partes involucradas en el conflicto.
Contradictorio y poco ético que Juan Manuel Santos de las gracias a la ONU y a otros países sin mencionar a Venezuela, pero que podíamos esperar de un político de poca monta y lame pisos del Jefe Norteamericano, si traicionó a su propio amo Álvaro Uribe, invadió a Ecuador y lloró frente al féretro del Presidente Hugo Chávez: ¡Que dolor nos da Colombia!
Por otra parte, Santos habló de "presos políticos" en Venezuela, sin mencionar que a cada una de las personas detenidas en nuestro país, incluyendo a algunos políticos y desadaptados presos se les siguen causas con total apego a las normas constitucionales y legales, adjetivas y sustantivas, aunado a que la presidente colombiano, le dio miedo causando incontinencia hablar de los "presos políticos" de la dictadura española encabezada por el dictador Mariano Rajoy, quien encarceló a 14 altos funcionarios del gobierno de Cataluña solo por el hecho de promover una consulta democrática: que dolor nos da Colombia por tener un presidente como Juan Manuel Santos.
Igualmente, omitió este cachorro de Trump decir que en Colombia hay miles de presos políticos, si miles de presos políticos, perseguidos por grupos paramilitares creados por el Gobierno colombiano para silenciar a quienes se oponen al status quo creado durante décadas por las redes del narcotráfico y las grandes trasnacionales, generando la muerte o el exilio de miles de campesinos, sindicalistas, líderes políticos y sociales, incluso funcionarios del propio gobierno colombiano que se han atrevido a denunciar las atrocidades cometidas por los grupos en el poder.
Solo esperamos los venezolanos, por el bien de Colombia, que estas barbaries no se repitan con los hermanos del vecino país que se desmovilizarán de los movimientos sociales que intervinieron en los procesos de paz y que pretenden incursionar en el mundo político colombiano en aras de construir lo que durante años buscaron, un país con verdadera inclusión y Justicia Social, como si ocurre en Venezuela.
Finalmente, esperamos que el próximo presidente o la próxima presidenta de Colombia se enfoque en los graves problemas que tiene nuestro pueblo hermano con entereza y Justicia, sin lamer la bota del que por años los ha tratado como patio trasero, que no tenga la incontinencia verbal e inmoralidad de Juan Manuel Santos porque de verdad que en Venezuela "nos duele Colombia".
andrearno231@gmail.com