Hablando claro

La guarida colombiana

Mientras Venezuela se convierte en el único país del mundo que “aplica la justicia” en ausencia demostrando que, hasta para eso falta capacidad, la vecina Colombia se ha convertido en la guarida de cuanta peligrosa alimaña sale del país por tierra, mar o aire, huyéndole a la cana pero la a vez riéndose porque, “no hay nada más fácil que salir de Venezuela luego de una prohibición de salida del país o una orden de captura”.

Si es por tierra las alcabalas no existen; a no ser que se conozca una trilla o camino real donde los baquianos cobran como guía turística la salida del país y la entrada a Colombia por los caminos verdes. Se sabía de alimañas refugiadas y protegidas como reyes hasta mejor que los colombianos, como es el caso de Pedro Carmona Estanga, el dictadorzuelo que se les “escapó” de las manos a una catajarra de funcionarios que lo custodiaban.

Colombia, además de gobierno cachorro del imperio y enemigo de Venezuela, se ha convertido en la guarida donde se le da abrigo a ratas y ratones que salen de la patria de Bolívar cuando el barco se les comienza a hundir; la madriguera donde se esconden como conejos inventando una persecución política; el cubil que sirve a las fieras y otros animales salvajes para refugiarse luego de la fechoría.

Se ha convertido el vecino país en una cueva de protección a quienes cometen delitos; en el refugio de quienes son especialistas en decir mentiras y convertir a la víctima en victimario y los victimarios en víctimas; el paraíso donde van a parar las fieras salvajes vestidas de mansas ovejas; es decir, Colombia es la nueva madriguera donde se esconden como cualquier zorro los malhechores que dicen adiós al país luego de cometer los delitos.

Allá está la nueva “perseguida” buscando refugio como que si no han quebrado un plato; está tratando de esconder unas cuenticas que tiene el esposo Germán Ferrer y otros malhechores, de un poco más de 6 millones de dólares en bancos de Bahamas. Llegaron al aeropuerto El Dorado en vuelo desde Aruba. Dicen por ahí que, supuestamente, tenían todo preparado y que el gobierno lo sabía.

Luisa atribuye la “persecución sistemática” del Gobierno hacia ella y personal del Ministerio Público al proceso por los sobornos de la firma brasileña Odebrecht; una vulgar mentira. En sus años como fiscal jamás denunció o acusó a nadie por corrupción o extorsión con Odebrecht y mucho menos a quienes quemaron gente viva, lincharon, degollaron, y ahorcaron gente por parecer chavistas.

Ese salto al vacío fue que, a lo mejor sabía lo que le venía y creyendo que el gobierno caía en pocos días, se fue por el barranco y nadie la quechó. Ya es olvidada por la oposición que la “adoró” y la utilizó. “Te queremos, Luisa”, por unos días y chao pescao.

No sé si por el mismo puente, la misma trilla, o el mismo avión, fue la huida de otros valientes; esos alcaldes que guarimbeaban, desfilaban, marchaban, con encapuchados; esos que decían que jamás se iban del país porque a Maduro ya lo tenían acorralado, esos que se decían los más opositores, esos que también huyeron valientemente, unos por los caminos del cachorrito Santos y otros que ya tenían el espacio reservado en CNN para decir que “Venezuela es una amenaza para los Estados Unidos y por lo tanto hay que invadirla”.



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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