¡Vengan, desgraciados!

Antes que nada tenemos todos que agradecerle al presidente norte-americano Donald Trump por exhibir abiertamente a todo el mundo las reales intenciones intervencionistas del capitalismo frente a la liberación de los trabajadores venezolanos. Al final de todas las cuentas es para eso mismo que existe el imperialismo: garantizar a los intereses del gran capital al derredor del mundo, carrear a los bolsillos de los de arriba los frutos de la explotación sobre los trabajadores del planeta. Entonces que el degenerado Trump levanta su voz podrida para amenazar a Venezuela Bolivariana con sanciones caso se realicen las elecciones – ¡que se realizarán! – a la Asamblea Constituyente proletaria, de trabajadores, en el próximo 30 de julio.

¿Por qué agradecerle a él, al estúpido? Es siempre provechoso, aconsejan los buenos estrategas militares, tener en cuenta la estupidez, la estulticia, del enemigo. Y como era de esperarse, la amenaza del grotesco presidente de la más grande potencia imperialista del mundo se cambió en elemento catalizador de los bríos de un pueblo que tiene en la lucha por su dignidad nacional la marca mayor de su historia. Una sola voz se oyó por los cuadrantes de la patria de Bolívar y Chávez en respuesta a la amenaza: ¡Venezuela no se rinde!

La verdad es que la convocación de la Constituyente Proletaria Bolivariana – como pedimos permiso para denominarla nosotros del Movimento Marxista 5 de Maio-MM5/Brasil – constituye un marco histórico en las luchas del proletariado no solamente de Venezuela, sino de todo el mundo. Que eso quede muchísimo claro para todos aquellos que luchamos por el socialismo. Marco histórico por la exacta e indiscutible razón que por primera vez, desde la Gran Revolución Rusa del 1917 – que ahora cumple su glorioso centenario –, los trabajadores, los proletarios, asumen la lucha por un poder proprio, un poder de los trabajadores, por los trabajadores, para los trabajadores. Con todo el derecho, el presidente Maduro podría y puede lanzar el grito de guerra histórico: ¡Todo poder al proletariado!

Sí, exactamente, todo poder al proletariado. Les pregunto a los lectores sí alguna vez el imperialismo reaccionó tan furiosamente frente a la convocación de constituyentes en otros países. Y les respondo a ustedes, compañeros: por la decisiva razón que esas constituyentes fueron burguesas, repito, burguesas. Simple de así. La gran lección, pues, que nos da a todos los trabajadores del mundo la decisión del presidente Maduro y las fuerzas verdaderamente – verdaderamente – bolivarianas y chavistas de Venezuela es la de que solamente el proletariado puede decidir el destino del… proletariado. Que la burguesía y los lambe-botas pequeños burgueses se vayan para Miami chapuzar en la lama de la degeneración.

A Trump y a sus serviciales traidores el proletariado venezolano y latinoamericano una cosa solamente tiene a decirles: ¡Vengan, desgraciados, que aquí encontrarán sus tumbas!

¡Viva la Revolución Bolivariana!

¡Viva el socialismo!

¡Viva la Constituyente Proletaria!

 

leoleal46@uol.com.br



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1471 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas