Inmigrantes del mundo, uníos: contradicciones que afloró Trump

El triunfo de Donald Trump marcó el culmen del auge del conservadurismo en lo político, económico, ideológico, militar y la ofensiva imperial; este hecho permitió que en Norteamericana se posicionaran las fuerzas más reaccionarias y oscuras. Trump no surge en contra del stablishment, es justamente este mismo y lo más reaccionario de esta estructura la que lo arroja, manteniendo y profundizando una nueva línea de acumulación política. Es decir, no son, ya, cuadros de la clase política pro burguesa, capitalista imperial a quienes se les asigne las tareas de estado y gobierno; no, ya no se les tiene confianza, son los mismos capitalistas, Trump, Macri o Lasso en Ecuador, quienes buscan asumir directamente las tareas de estado y gobierno, como un negocio más o como una extensión fundamental de su negocio para asegurar y acelerar los procesos de acumulación, explotación y despojo. Esto me permite inferir que lo que se ha llamado clase política, un estamento de la clase media, ya no es mirada como la aliada de los poderes económicos imperiales.

Trump concreta, explicita, expone y lidera un cambio de estructuras dentro del capitalismo cuyo origen se encuentra en una profunda crisis expresada en la desaceleración de la producción o recesión; la masificación de la inmigración hacia los centros imperiales como consecuencia y engendro de la globalización que contribuyó a su expansión; perdida de la identidad nacional con riesgos inminentes de implosiones producto del deterioro de las condiciones de vida, en EE.UU, Inglaterra, Francia, Alemania; la masificación de guerras imperiales inconclusas, entre otros factores. Estos son elementos que obligan a volver sobre sí, sobre los estados nacionales y realizar una rectificación estratégica que ha llevado a que reediten los esquemas del capitalismo salvaje, de los Chicago’s boy, y por consiguiente un retorno al proteccionismo, desde la economía misma y no desde estado, porque este se mantiene, no como benefactor sino, como gendarme y facilitador de los procesos de expoliación.

Hoy asistimos a la confirmación del fracaso rotundo, al desenmascaramiento de la absoluta falsedad de la teoría y del grito imperial del fin de la historia y de las ideologías que sirvió de basamento ideológico del capitalismo en las tres últimas décadas; escuchamos atónitos el llamado a la consolidación del PODER BLANCO y las luchas imperiales contra los inmigrantes, lo que conlleva a una agudización de contradicciones de clase y otras contradicciones que son derivadas de los modelos de acumulación impuestos a los países dependientes. El capitalismo es uno sólo y juega a asumir ropajes de acuerdo a sus crisis cíclicas; en un período se llaman mercantilistas, proteccionistas, neoliberales, pero la Mona aunque se vista de seda, Mona se queda. El postulado del fin de la lucha de clases no la pudieron sostener por más tiempo y empujaron a la sociedad norteamericana a una gran polarización en este período.  

El imperio ahora no requiere de globalización porque ya su economía es global y controla el mundo; no requiere de tratados de libre comercio porque sus corporaciones trasnacionales controlan las economías nacionales. Por esta razón quieren acabar con MERCOSUR, NAFTA, ALIANZA DEL PACIFICO APP, etc, o por lo menos recaracterizarlos para hacer más infame la explotación y los procesos de dependencia. Estos tratados o figuras cumplieron su función histórica de eliminar las economías nacionales, criollas y dar paso a las economías imperiales profundizando la dependencia económica, política, tecnológica y cultural. El Brexit en Inglaterra demuestra que el capitalismo está dando pasos hacia atrás, hacia otro modelo; Norteamérica se ubica en este contexto; Francia y Alemania camina hacia lo mismo en su luchas contra los inmigrantes, justificadas por no sé qué suerte de auto atentados terroristas; la Unión Europea se desmorona y solo les queda encerrarse sobre sí misma para volver a expandirse.

Este es un momento de incertidumbre frente a las decisiones de los centros imperiales y justamente este sentimiento que atraviesa a jefes de estado, organizaciones globales, naciones y pueblos en lucha indican que hay cambios profundos y que no sabemos aún cómo se van a comportar, cómo se van a expresar y de qué manera nos van a afectar. La perplejidad se puede ir superando, deduciendo que si colocó en el centro de su campaña a la raza aria como fuerzas del cambio, no busca construir sinergias, respeto, consensos globales, de hecho, esto explica porque en los últimos tiempos se incentivó desde el imperio la xenofobia.  Otra pista es que aumenta desmesuradamente el presupuesto militar y ha afirmado que requiere ganar las guerras que están inconclusas en el mundo para terminar de organizar el mapa y la arquitectura imperial en el mundo. Es decir, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, son el objetivo de guerra inmediato y por el modo como Trump viene conduciendo la política interna estimo que serán hechos de guerra rápidos, fulminantes que aseguren la estabilidad y control del continente.

Está abierto un escenario propicio para el ascenso de la lucha de clases en Norteamérica y de construcción del paradigma socialista, siempre vigente y alternativas democráticas, populares y revolucionarias; las profundas divisiones de clase y la polarización que se descubrieron en este período indican nuevos derroteros para los revolucionarios en el mundo con un nuevo aliado, llevado a la arena política por los nefastos interés de la derecha fascista global; los inmigrantes constituyen un eje de contradicción de clase que sobrepasa las fronteras para irse erigiendo como un sector de clase global que  irrumpa con propuestas políticas.

Los pobres y explotados del mundo, los países dependientes fueron descubriendo en la globalización, otrora su enemiga, sus fortalezas; las economías criollas no podían competir con las corporaciones transnacionales pero fueron adecuándose y construyendo sinergias, concordancias, a lo que contribuyó indiscutiblemente el estadista, revolucionario y el hombre más influyente del último siglo Hugo Rafael Chávez Frías; se planteó la construcción de un mundo multipolar y construcción y/o fortalecimiento de espacios alternativos de poder, reestructuración de la OPEP, PETRO CARIBE, BANCO DEL SUR, NO ALINEADOS, ALBA, CELAC, UNASUR, MERCOSUR, G77+CHINA, BRICS y tantos otros espacios en los que se le izo frente a las políticas imperiales.

Los gobiernos democráticos, revolucionarios, los pueblos y el movimiento popular no le tuvieron miedo a la globalización por lo que se tomó la determinación política de globalizar las luchas por la liberación y contra el imperialismo, hecho que dio resultados. Es cierto que estamos en un período de ofensiva de la derecha y de reacomodo del imperialismo; que se han perdido algunas posiciones importantes, como Libia, Brasil, Argentina, pero también es cierto que en los últimos 15 años el imperio y sus aliados no ha podido consolidar su proyecto hegemónico, expoliador, depredador y demoníaco. Esto pone a la vista la vigencia de un escenario de respuesta global contra el imperio, que pasa por la recuperación y estabilidad política en Siria, la reactivación de las luchas por la justicia, la democracia y los derechos humanos en España, Francia; auge del movimiento de masas, social y político por la paz en Colombia; centralización de las luchas en Argentina, Brasil, Honduras.

En este período de reacomodo imperial corresponde a las organizaciones de inmigrantes jugar un rol político determinante que permita concebir y construir colectivamente una estrategia global contra los centros imperiales y por la construcción de espacios de participación democrática, de hermanamiento de las naciones del mundo, de respeto a las culturas originarias para impedir el desarraigo que termina neutralizando y coptando a los inmigrantes y convirtiéndolos en resortes del imperio. Corresponde, desde nuestro continente, a los Movimientos Sociales del ALBA ser proactivos, propositivos y protagónicos conduciendo la solidaridad internacional con las luchas de los inmigrantes, reeditando, en otro sentido, el llamado y el grito de Marx, INMIGRANTES DEL MUNDO, UNIOS.

Los inmigrantes no salieron a veranear, han salido forzados por las guerras imperiales, por las políticas de ajuste estructural conducidas por el imperio en sus países de origen, como consecuencia de la sobreexplotación y empobrecimiento acelerado; entonces es conveniente desarrollar la lucha de clases desde dentro de los centros imperiales para que paguen la deuda histórica con los inmigrantes del mundo. Juntos, pueblos en lucha, movimientos sociales, políticos, revolucionarios e inmigrantes podemos derrotar los nuevos propósitos y el nuevo modelo de acumulación capitalista.

traslashuellasdeamerica@gmail.com

Twitter: @patriadiversa



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