Después de haber ido a Venezuela a encontrarse con exponentes de la derecha golpista, Pierferdinando Casini ha obtenido para sus protegidos el apoyo de la Comisión Exterior del Senado, de la cual es Presidente.
Hoy, 24 de enero, con el apoyo de las fuerzas del Gobierno, la mayoría de los senadores (con el voto en contra de Izquierda Italiana y del Movimiento Cinco Estrellas) ha aprobado una moción de clara intromisión e injerencia contra la independencia y la soberanía de Venezuela, con el riesgo de entregarse en las manos de la oposición venezolana de matiz fascista y golpista.
Con la excusa de preocuparse por la comunidad italiana en Venezuela, el mayordomo Casini se coloca al servicio de los intereses de los Estados Unidos, cuyo principal objetivo es controlar las grandes reservas petroleras y de agua potable. Para alcanzarlo, Washington aplica en contra de Caracas, la estrategia del “caos constructivo” de los “Estados fracasados”, de la “incapacidad del Gobierno en satisfacer las exigencias de la población”, de la “crisis humanitaria”. El escenario de la desestabilización sirve para justificar una intervención en contra de Venezuela, declarado, con el decreto Obama, una “grave e inusual amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”.
Por esto, el Parlamento venezolano, controlado por la oposición, declara un presunto “abandono injustificado del cargo” por parte del Presidente Maduro, decidiendo sin alguna competencia constitucional un “juicio político” (no previsto en el ordenamiento jurídico venezolano), e instiga a las FF.AA. y a los ciudadanos a “manifestar para que sea destituido el Presidente”.
Se trata de una acción política de naturaleza subversiva en línea con los golpes de Estado “institucionales” en Honduras, Paraguay y Brasil. Se busca crear un “vacío de poder” para justificar eventuales acciones internacionales en contra del País.
Es útil recordar que en Venezuela está vigente un sistema presidencial (no uno parlamentario), donde el Parlamento representa uno entre los cinco poderes públicos del país. El órgano legislativo no tiene ninguna competencia constitucional que le permita tomar esa decisión. Desde el punto de vista normativo, no existe “el juicio político”, o las “elecciones anticipadas”, como en cambio está previsto en otros sistemas parlamentarios.
Como en el reciente caso del parlamento italiano, se buscan obtener declaraciones internacionales en contra del país y de su legítimo Presidente, para justificar una acción militar de los Estados Unidos, directamente, o a través de la intervención de un país cercano.
No hay dudas que el Gobierno bolivariano atraviesa dificultades y es claro que se han cometido errores.
Por este motivo, la acción del Gobierno puede ser legítimamente objeto de críticas. Pero es absurdo, ilegal e inconstitucional que un poder público declare la inexistencia del Gobierno, sin alguna competencia para hacerlo.
Como es conocido, la oposición ha presionado para destituir al presidente Maduro con la utilización de “cualquier medio”; concretizando las siguientes acciones:
• Manifestaciones violentas de plaza (guarimbas) que han provocado 43 muertes.
• Modificaciones a la Constitución para reducir el período de Gobierno.
• Reforma a la Constitución con el mismo objetivo.
• Solicitud de renuncia formal del Presidente de la República.
• Proceso constituyente para realizar un cambio de Gobierno.
• Referéndum revocatorio en contra del Presidente de la República cuya suspensión no es imputable al Gobierno, sino a los errores y a la falta de unidad de la oposición.
• Juicio político, la solicitud de “elecciones anticipadas” y la declaración de abandono de cargo de Maduro.
• No satisfecha con eso, la oposición ha solicitado públicamente la intromisión política y económica por parte de países y/o instituciones internacionales, solicitando en muchas ocasiones, una intervención militar externa al país.
Pero es claro que una intervención militar encontraría una dura resistencia y abriría las puertas a una sangrienta guerra civil. Si existe un aspecto que ha sido subestimado, es justamente la actitud de un sector de las FF.AA. venezolanas, abiertamente anti imperialista y que ha contrastado públicamente todos los ataques del Parlamento.
En este escenario delicado, se debe agregar la disidencia del Vaticano de la línea de agresión violenta de los Estados Unidos. Desde hace algunos meses, se ha abierto un importante diálogo entre el Gobierno y la oposición, con el apoyo del Papa Francisco, que está trabajando para favorecer las negociaciones entre el Gobierno y la oposición, así como sucedió en Cuba, en Colombia y ahora en Venezuela. Responsablemente el Vaticano busca evitar que Venezuela se transforme en otra Siria.
Al contrario, con una desagradable página, hoy el Senado italiano se ha colocado del lado de los golpistas, tirando la puerta en la cara al diálogo entre el Gobierno y la oposición.
Refundación Comunista reitera la propia solidaridad con el Gobierno y con el pueblo venezolano, rechaza los ataques al proceso bolivariano y llama a los propios militantes a desarrollar eventos de solidaridad en todo el País.