Dirijo la totalidad de este artículo a la canciller Deisy Rodríguez y al presidente Nicolás Maduro.
Quienes han venido analizando la coyuntura internacional desde los últimos veinte años saben que el imperio norteamericano e ingleses atraviesan por una enorme crisis interna que medio la han sobrellevado gracias a la guerra contra Irak, de dónde sacan su mayor provecho. Aquí el tema fundamental es la energía, ósea petróleo. Es por ello que debemos ser pragmáticos, si como he dicho. Hay que usar las ventajas que nos ofrece esa coyuntura y la debilidades de los otros, aquí no priva ni vale la ética ni la moral. Me explico, el tema de Guyana con el Esequibo permite hoy más que nunca su fácil recuperación, control para que de forma absoluta e irrevocable ejerzamos la soberanía nacional sobre ese territorio.
Tanto Estados Unidos como Inglaterra necesitan al menos por los próximos diez años un suministro de petróleo barato y seguro, igualmente los guyaneses. En este punto, el gobierno debe poner sobre la mesa a ingleses y norteamericanos (a cada uno por separado y a sus respectivos gobiernos) una negociación energética favorables por 10 años, que les garantiza el país a cambio de obtener su apoyo para que Guyana acepte, sea por vía de la Corte de la Haya o vía Ginebra o en los escenarios donde se muevan, la sesión sobre el reclamo territorial del Esequibo, donde ellos salgan derrotando y con la obligación jurídica y legal de su desprendimiento de tales aspiraciones. Con ese dictamine a nuestro favor inmediatamente se debe poblar y fortalecer creando ciudades y centros urbanos cerca de la frontera para asegurar de por vida la soberanía en el Esequibo.
Y supongamos que el gobierno actual de mister David Granger comenzara una movilización militar, previo acuerdo con los anglos, que sean los mismos quienes lo detengan, lo destituyan y lo enjuicie. Por qué propongo esto, simple, porque Guyana también pasa por una de sus debilidades más grandes en los últimos 20 años y nadie mira a prestarles ayuda, dependen de nosotros, no tan solo en las compras que le hacemos, sino de nuestro suministro de energía.
Dentro de ese mismo acuerdo, esas empresas ayudaría a construir esas ciudades y parques ecológicos y turísticos bajo la premisa de extenderles las ventajas por otros 10 años, y toda inversiones en el Esequibo debe ser bajo el esquema de asociaciones mixtas.
El acuerdo que hay que proponerles a los ingleses y a los gringos, donde sean sus gobiernos nacionales los que elijan las empresas que por diez años explotaran un bloque de la faja donde no excedan más de 100.000 barriles diarios de extracción, con un descuento impositivo un 30 % más barato en relación a los acuerdos que se ha establecido para el resto de las asociaciones en la misma faja. Ellos que decidan sus empresas y la participación. A la Guyana vencida, se le reabrirán las compras y suministro de energía. Nuestro gobierno debe tener ideas y analizar con sumo cuidado todas las aristas futuras, así mismo atacar debilidades y mantener las fortalezas tanto internas como externas, además de mirar cuales son las áreas potenciales y de mayor ventajas económicas en el Esequibo, de modo de ir progresivamente penetrando y haciendo parte a los pobladores originarios que se encuentra en el territorio. En conclusión, dejemos las posturas (solo para el teatro mediático que tan bien es necesario) morales a un lado y ejecutemos un realismo político más pragmático en favor de la recuperación del Esequibo. Nuestros negociadores deben conocer muy bien las realidades de esos imperios, a Guyana, al Esequibo en su totalidad, los recursos que hay en él, también se debe crear una comisión de técnicos en todas las áreas para cuantificar las potencialidades, explotación y producción de sus recursos, así como la protección de sus áreas naturales. Es lo que yo llamo visión Dorada, Azul y Verde. Más de allí, depende del gobierno y su capacidad de negociación interna y externa. La inversión reportaría ganancia reales y con creces por donde se mida y mire. Abro el debate: Pragmatismo.
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