Fue la oportunidad de los enemigos de la unión, para provocar el sismo que en efecto han provocado y destruir la labor de unificación que iniciaron el Comandante Chávez y el Presidente Santos. Ningún presidente colombiano tomó el camino de la unión con tal determinación, como lo hizo Santos, ni se hizo eco con sinceridad de los sentimientos de hermandad que exteriorizó hasta sus últimos momentos el Presidente Chávez.
Que Santos haya recibido a Capriles no es un hecho que pueda causar extrañeza, menos aún cuando sucedió a pocos días de la oportuna visita que Santos recibió del Vicepresidente del imperio.
Su reacción, Presidente Maduro, es comprensible, se trató de la recepción por un amigo, de un golpista, de un lacayo que sirve al imperio, para derrocar al gobierno bolivariano y cuya responsabilidad intelectual e instigación al asesinato de once compatriotas venezolanos, entre estos dos niños inocentes, es notoria y públicamente conocida. Sin embargo, la unión es mucho más importante que ese hecho y sus enemigos tienen presencia abierta y solapada allá, aquí, en todas partes y están desesperados por sepultar una vez más lo que construyó el Libertador y reconstruyó Chávez.
A Ud. correspondió librar batallas estelares en la reconstrucción y su tarea continúa. Gracias a Dios, la Historia no se repitió como en Berruecos y sobre Ud. sí recayó la responsabilidad de proseguir la labor por la unión de América Latina y el Caribe. Ud. es heredero de Hugo y de Simón, no permita que enemigos y traidores destruyan nuestra herencia.
*capitán de altura y productor agrícola
