¡Panico en Washington: the Cubans are coming!

Ya ni esconden su consternación: los mismos políticos que, durante décadas, difamaron a Cuba sobre el tema “no pueden viajar”, fabricando leyes criminales para llevar a cubanos enajenados a tirarse al mar, ahora buscan precipitadamente como impedir la llegada a EEUU de ciudadanos de la Isla y en el caso que logren entrar, como impedir su regreso.

 Víctimas de las  trampas que elaboraron, en plena guerra fría,  cuando la Revolución cubana, criminalmente aislada por el bloqueo, se vio obligada a  protegerse por todos los medios, incluso con leyes migratorias restrictivas, los congresistas cubanoamericanos y su clan se dieron cuenta que el tiro les sale por la culata. La estructura política construida para servir los planes anexionistas  yanquis contra Cuba está en plena alerta y busca solucionar lo que se anuncia como una peligrosa y inadvertida invasión de los que pretendían defender.

“Una vez que las nuevas leyes cubanas de inmigración entrarán en vigor, el 14 de enero, un cubano será capaz de salir de Cuba por 2 años sin perder la residencia, y durante ese tiempo podrá pasarse un año y un día en los EE.UU. y obtener su residencia aquí”, explica una experta norteamericana del tema migratorio, desde Washington.

“Así se creará un nuevo tipo de cubano-americano, con doble residencia, haciendo que la Ley de Ajuste Cubano (CAA, por sus siglas en inglés) se volverá totalmente obsoleta e incluso contra-producente. Los EE.UU. se ven forzados urgentemente a cambiar su política “cubana” con el fin de evitar que esto suceda. Y eso en pleno debate sobre la reforma de sus leyes migratorias”.

Increíblemente, en los últimos párrafos de la entrevista concedida a sus amigos de la prensa “anticastrista” subsidiada, la jefa de la mafia política anti-Cubana del Capitolio, Ileana Ros-Lehtinen acaba de pronunciarse por una revisión de esta ley hasta ahora intocable, pieza fundamental de la parafernalia jurídica desarrollada contra Cuba.

¿Apoyaría un cambio para cerrar las brechas que presenta la ley respecto a personas que dicen ser perseguidas y luego viajan con frecuencia a Cuba?, le pregunto el reportero (conocido por su colaboración con Voice of America – Radio Martí).

Ros-Lehtinen tuvo una respuesta tan torcida como un pretzel neoyorquino o un buñuelo habanero.

“Sí, estoy a favor de un cambio en la CAA para que aquellos que usan este beneficio singular y único que es solo para nacionales cubanos, no puedan regresar de visita a Cuba”. Y añadió un razonamiento que hubiera podido hacerse desde tiempo: “No se puede afirmar que uno podría ser perseguido por razones políticas en Cuba y, al mismo tiempo, regresar de visita”.

En junio, un colega del legislador David Rivera, había ya defendido la necesidad de reformar la CAA con medidas que anularían la residencia permanente a los refugiados cubanos que visiten la isla durante los cinco años siguientes a su entrada en Estados Unidos. Entretanto, las elecciones federales tuvieron el resultado de echar al controvertido Rivera – investigado por varios cargos de corrupción – en el gran cesto de deshechos de la historia conjuntamente con su proyecto de ley.

La Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1966, regala la residencia en EEUU a cualquier cubano  que alcanza su territorio, mientras cientos de mexicanos están acogidos en la tierra de la libertad por los rifles de los guardafronteras y demás pistoleros del sistema represivo nacional.

Pero lo absurdo ya no ha sido alcanzado sobre el tema en la tierra de Groucho Marx. El Nuevo Herald, fina flor del periodismo floridano, titula ahora sin darse cuenta de la calidad de su disparate: “EEUU pide a cubanos no lanzarse al mar a raíz de la reforma migratoria”

El texto se basa sobre declaraciones de William Ostick, portavoz para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, que reconoce que las nuevas reglas migratorias cubanas podrían ocasionar “cambios” en el flujo migratorio desde la isla.

El articulo precisa que “Estados Unidos mantendrá “sin cambios” sus requisitos de visas” pero añade de manera paradójica que “los ciudadanos cubanos aún necesitarán una visa o autorización válida para entrar en este país”.

No se habla sin embargo del otro pánico que está afectando esta vez, a los caídes de la corporaciones profesionales que imponen toda una serie de normas, estudios, exámenes, para permitir el acceso a su mercado. Ya buscan como levantar los privilegios otorgados hasta ahora, en este sector también, para provocar la emigración de cubanos.

jean.guy.allard@gmail.com



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Jean-Guy Allard


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