Mientras son sumergidos en grandes ollas hirvientes por el infeliz Satanás tratando de castigarlos, mas lo que consigue es que estos criminales se gocen el supuesto martirio del padre de la maldad. Ahí está un grupo que lidera Judas Iscariote. Junto a él, Atilas, quien a intervalo es obligado a que guíe su caballo sobre un aérea de hierba la cual al sentirlo cerca desaparece, lo que hace que el jamelgo con el carapacho óseo casi afuera, derrame terribles cataratas de lágrimas, pues desde que llegó al infierno con su amo, no ha probado bocado, algo que sí hacen los huelguistas “manblas” de la mediocridad en Caracas

Atilas ríe macabramente al mismo tiempo que su caballo súplica por un poco de hierba que jamás se le dará para mitigar el hambre eterna, porque donde él pisaba cuando estaba en la tierra no crecía la hierba. Atila lleva una franela en cuyo frontal se lee, “viva Amabo, nuestro hermano de la tierra” El sargento del Enola Gay, el que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima, corre por una estepa viendo al espacio. Con el rostro dibujado de pánico, es marcado por la sombre de un bombardero que le deja caer una atómica encima, llenándolo de radiación. Los gritos más espantosos estremecen el infierno, pero al instante vuelve a reiterarse la acción. El que conduce el bombardero se aleja mientras saca una bandera en la cual se ve el rostro de AMABO

A la derecha del infierno se destaca otro de los grandes criminales de la humanidad, Francisco Franco. Varios monstruos de grandes ojos y largas lenguas puntiagudas, lo tienen atrapados entre sus inmensas manos. Franco patalea, suplica, llora, se hace pupú, se orina, pero no hay nada que hacer, una y millones de veces, es sometido al “garrote vil”. Los monstruos son llamados por Satanás “Guernicos”. Fernando VII, vestido ridículamente, aparece con sus nalgas sobre un trono, del cual es bajado violentamente. In situ aparecen centenares de aborígenes latinoamericanos. Cada uno de ellos lleva un inmenso perro de grandes colmillos. Cuando ven a Fernando VII, se les van encima y lo despedazan. No hay parangón para describir los gritos del ridículo rey mientras es devorado con las mismas armas que él utilizó un día contra esos hombres. Satanás llama a un negrito alto y de rostro inteligente, su esclavo preferido DEL CUAL TIENE UNA RÉPLICA EN LA TIERRA, y le dice algo en uno de sus oídos “yeser”, dice él negrito cuando se aleja.

Atado con fuertes cadenas se visualiza al psicópata de una nación de América el que ordenó atacar el palacio de La Moneda con un revolucionario adentro. Es lanzado al suelo. Las cadenas que lo ataban desaparecen. En ese instante llegan los fariseos que asesinaron a Cristo Jesús. Uno de ellos le da un potente derechazo por uno de sus pómulos. El criminal empero se levanta. Otro de los fariseos le pregunta: “¿Quién te dio poder a ti para que decidiera asesinar a un hombre electo por su pueblo renacuajo fétido?”. El hombre tiene rostro de fascistas igualito al de otros apellidados López y Borges. Con su mirada de cobarde. Les grita:”soy uno de ustedes, soy un traidor, un lame suela, un eunucos del imperio, ¿por qué me atacan?” Recibe otra andanada eterna

Uno con cara de loco y un bigotillo estúpido, corre detrás de otros que visten negros gabanes y que llevan cofres de oro en sus manos. Poseen rostros de avaros, de estafadores, de capitalistas. Se detienen de pronto y esperando al del ridículo bigotillo le increpan: “Oye y tú porque nos persigues ¿no te basta con los millones de los nuestros que asesinaste?”El hombre sofocado les contesta:”Bueno yo sólo quiero es decirles que así como yo desaparecí a muchos de ustedes, así mismo ustedes harán en el tiempo con sus vecinos” Y siguen corriendo sin detenerse

Satanás se encarama en una tarima. Acomoda un micrófono. Ante él aparece un grupo de hombres llamados los imperialistas gringos. La escenografía es digna del apocalipsis. Un fuerte y frío viento casi le hace caer el marabú postizo a Satanás, pero en ese instante salta un eunuco llamado “capo” y lo detiene. Satanás le da un fuerte cachetón y el eunuco se va tal un perro moviendo la cola. Satanás en un corto soliloquio:”Estúpidos lame suelas, como siempre sin dignidad... jalando bola, un asco a la raza masculina”. Los llamados imperialistas gringos están desnudos. Satanás les dice a través del micrófono: “Ha llegado el juicio para ustedes, castrados”- En verdad en no se les ve nada- Satanás continúa: “Nadie sabe en la tierra que ustedes, gobernantes de esa nación criminal, son seres anormales. Acomplejados, prejuiciados, enfermos, pero eso es...porque a ustedes les fueron negadas las esféricas que van dentro del escroto. En venganza ustedes odian a los negros, roban a los indios, a los mestizos, a los latinoamericanos ya los africanos, violan a los pueblos, hurtan a los más débiles, matan a niños, a mujeres, a jóvenes, saquean tesoros ajenos, crean fantasías con héroes imbéciles, construyen ciudades de cemento, submarino para cagarse en el mar, misiles para satisfacer el sadismo proyectando las guerras por televisión e Internet...ustedes son macabros, sin alma, además de no poseer bolas, menos tienen corazón...ustedes, cobardes imperialistas, fueron a un pueblo en Asia y esos diminutos hombres sin gigantescas botas, sin uniformes contra balas, sin cascos de acero y de hormigón, sin rayos láser, sin chalecos, sin sofisticados armamentos, los derrotaron, ¿saben por qué? Porque ustedes no tienen los que a ellos les sobró; ¡bolas! Ahora ustedes han violado a otro pueblo pequeño llamado Libia...puedo jurarles que esa será una de las más terribles derrota que los espera...ese será su eterno castigo.


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